José Olivares: Empeños y desempeños; la política nada importa

Hace pocos días me encontré con un conocido en el centro de la comuna, quien amablemente me preguntó porqué había dejado de enviar colaboraciones al diario digital La Batalla. Insinuó que le causaba placer leer lo que escribía. Ruborizado, debo confesar que más por el agrado de que alguien disfrutara de mis opiniones que por la modestia que traté de aparentar, le confesé que no lo hacía porque me sentía opacado por tanta inteligencia opinante que inundaba los medios locales, por tanta reflexión académica y diversos consejos  para mejorar entuertos, que se entregaban con una autoridad intelectual digna de mejor causa.

Se despidió con una semisonrisa y me alejé pensando que había logrado perder, talvez, al único lector de mis escritos.

¿Fue mi empeño en ser agudo o mi desempeño de seudo analista lo que activó su semi sonrisa?

Los seres humanos nos empeñamos en hacer nuestras labores como creemos que deben realizarse. Sin embargo, nuestro desempeño, en muchos casos,  está lejos de ser eficiente.

Marcelo Bielsa (soy uno más que se cuelga del rosarino para conseguir réditos) nos entrega un gran ejemplo de empeño y desempeño exigente y eficiente. Nadie duda de que nos devolvió el orgullo al ver el juego de nuestra selección nacional de fútbol. No soy experto en fútbol, y la verdad, en casi nada, pero reconozco el talento y los valores de las personas. Y lo hago sin envidia, sin descalificar a nadie. Por ello no me causa extrañeza la opinión de algunos técnicos de fútbol que critican a Bielsa, sin conseguir que los equipos que dirigen tengan un juego atildado y de resultados.

Es fácil descalificar a los otros.

No somos capaces de ver la viga en nuestros ojos.

Desde la derrota de la Concertación en Enero pasado han salido al ruedo de la opinión todos aquellos que se sienten autorizados intelectualmente para emitir juicios sobre la pérdida del gobierno.

Y nuestra dirigencia política ignoró lo suficiente para poder hablar con maestría.

Pienso que la democracia funciona y el pueblo tiene cada cierto tiempo  la oportunidad de evaluar a sus autoridades. No tengo dramas con ello.

En la elección presidencial se puso de manifiesto que la Concertación alcanzó su última y más ansiada meta; ceder el poder.

“Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal, aparecen dos veces. Pero olvidó de agregar; una vez como tragedia y otra como farsa.” (Carlos Marx, El 18 Brumario de Napoleón Bonaparte.)

Lo que sigue a continuación me acarreará problemas.

He tenido tantos desaciertos en mi vida que uno más solo refrenda el dicho “qué es una mancha más para el tigre”.

Pinochet, la derecha, pierde el poder después de  diecisiete años y desencadena la gran tragedia. “Mal agradecidos “vocifera Augusto, no muy a gusto, contra el pueblo. “ No supieron valorar nuestra obra“, agregaban los que usufructuaban del poder y que ahora lo niegan.

Cuando la concertación pierde el poder, empieza la farsa; “este es culpable…no, no… ese otro “explicaban. Todos viendo fantasmas. Hasta a la presidenta Bachelet  culpaban. Pasado un poco de tiempo, quizás más calmados, se reunieron en sesudas reuniones para explicar el fracaso, Se invitaron solos. Una vez más no escucharon al pueblo   (frase de José Luis Rodríguez en el Festival de Viña y repetida por el Huaso Isla después del partido contra Uruguay) Todos los que participaron en esa farsa de razonamientos, no entendieron, no entienden ni entenderán que su alejamiento de los electores les pasó la cuenta.

¿Se ha fijado usted que cuando trata de conversar con alguna autoridad, ésta no le escucha? ¿No le parece que mira para otro lado? ¿Se da cuenta que siempre está apurado?

Uno de los  grandes  méritos de la concertación, entre otros, fue el permitir a los ciudadanos la migración social. El cambio de estatus económico a través de la educación, acceso a mejores empleos, mejores barrios y mejor calidad de vida. Se desarrolló en Chile una nueva clase social que siente que su progreso es por sus méritos. No por las políticas de protección del estado. No por el crecimiento económico  logrado por una política fiscal austera y ni por nuestra globalidad (¿Se acuerda del chiste de la derecha sobre si el ex presidente Frei Ruiz-Tagle estaba en Chile o andaba paseando?) Gracias a ello Chile progresó y ganó imagen de país serio. Gracias a ello los chilenos tenemos mejores estándares de vida.

La concertación no supo interpretar el fenómeno social ni lo que ello significaba.

Este nuevo elector, de quien nadie es dueño, tiene una mirada distinta al votante tradicional. Al que votará siempre por la concertación o por la derecha. El nuevo elector vota por el que le conviene. No por el que le imponen.

Y para ellos su ejemplo, el que mejor representaba el éxito individual, era Piñera.

Y votó por él. Y lo eligió Presidente de Chile.

Y esto es sin llorar.

A riesgo de aparecer anticuado cito una frase de Carlos Marx. “Los fenómenos y cambios sociales no solo se observan sino que se interpretan y se conducen”

Estimo que esta frase, que a mi juicio es ideológica pero transversal,  debe ser analizada por todos los líderes políticos. (Generalmente nadie me hace caso, así es que lo digo por si acaso).

En veinticuatro meses más tendremos elecciones municipales.

Hay varios que se preparan con esmero para sentarse en los sillones alcaldicio los más capaces y ocupar las sillas de los concejales la mayoría  más modesta.

Mujeres y hombres de nuestra patria dispuestos y dispuestas a sacrificarse y poner su tremenda capacidad al servicio del pueblo.

Con la inocencia que me ha acompañado a lo largo de mi ya extensa vida me pregunto. ¿Alguno de estos candidatos o candidatas está preparado, no es que se crea, para presentar al elector una propuesta seria y contundente? No una propuesta llena de lugares comunes como las que llenan los folletos de propaganda.

Esto es serio.

El nuevo elector, el que decide las elecciones, siente que la política no importa. Que los políticos son mañosos y mentiroso. ¡Dios nos pille confesados si ello es cierto¡

Está más preocupado de sus problemas, de su familia y decidió, hace rato, que la municipalidad es una institución añeja que solo les sirve para cancelar el permiso de circulación. No son usuarios del sistema, pero su fuerza electoral, tal vez no muy grande, decide las elecciones.

No pretendo dar lecciones ni pontificar sobre las campañas. Todos saben que perdí dos elecciones seguidas. Así es que qué concejos puedo dar yo.

( Sin embargo todos sabemos que en las elecciones quedan más derrotados que ganadores)

Pero solo para creerme el cuento, pienso que las elecciones municipales están ligadas a lo que los votantes  se beneficien del gobierno de Piñera.

Si el crecimiento económico de Chile continúa en ascenso y se piensa que es mérito del presidente y no la herencia de los gobiernos de la concertación, las elecciones se ven difíciles.

No soy tan pretencioso como para creer que yo tengo la solución de los problemas de la concertación. Para ello están nuestros dirigentes tan capacitados,  inteligentes e iluminados que no me cabe duda que pronto encontrarán las respuestas y dejarán la farsa a un lado.

Igual voy a decir algo.

Hagamos el sencillo acto de creer en el otro. De reconocer sus virtudes. De confiar en su capacidad y no descalificar a priori las opiniones de nuestros compañeros, camaradas o correligionarios, magníficos o modestos. De escucharnos y entre todos construir sin farsas ni caretas, una propuesta que convenza a la gente que la política sí importa…

Yo creo, estoy convencido que sí importa, pero depende de los políticos convencer a los electores que estamos hablando en serio.

La derrota electoral cuando es bien aprovechada, es una oportunidad para aprender, para mejorar, para profundizar. En una palabra; para madurar políticamente. La madurez política no la dan los años sino que en gran medida, la dan las derrotas.

Y esta madurez es el dato nuevo que el elector espera antes de las próximas elecciones

Las percibirá en las actitudes políticas, en los gestos, en la forma de hablar, en las acciones, en las propuestas…

Madurez política…De eso se trata.

Recomiendo un libro.

Machiavello & Freud, Daniel Eskibel, psicólogo y cientista político uruguayo.

Búsquenlo en la red. Les será útil.

Cordialmente

José Olivares Montoya