El exministro de Bachelet, candidato a diputado por el distrito 8, sintetizó sus propuestas en tres ejes: más democracia, derechos sociales y derecho a la ciudad.
El eslogan de candidatura a diputado por el distrito 8 del ex ministro de la presidenta Bachelet Víctor Osorio es que “No da lo mismo”.
“Tiene que ver con una cierta idea que se ha instalado en un sector de la población —explica—, de que todos los políticos son iguales y por lo tanto da lo mismo ir a votar o no votar y da lo mismo por quién se vote”.
“A mí me parece que es evidente que las diferentes alternativas políticas existentes tienen proposiciones respecto del país diferentes —comenta—, tienen concepciones de la sociedad diferentes, y tienen trayectorias diferentes”.
Hoy, dice, “uno tiene que optar entre dos caminos, entre el Chile de los buenos negocios y las buenas intenciones del expresidente Sebastián Piñera, y el Chile de derechos sociales y democracia de Alejandro Gillier. Frente a esa disyuntiva, evidentemente que no da lo mismo. Tampoco da lo mismo en el caso de las elección parlamentaria”.
Propuestas
Él mismo sintetiza sus propias propuestas en tres ejes:
“En primer lugar me parece que es necesaria más democracia y perfeccionar nuestra institucionalidad. Eso significa una nueva Constitución, pero también significa introducir cambios en nuestro sistema político que logren colocarle fin a esta separación de la política y los políticos respecto de la ciudadanía, que ha quedado tan de manifiesto en esta elección”.
Así, sostiene que debería reducirse el sueldo a los senadores y a los diputados, colocarle límites a la reelección de las autoridades, que se adopten medidas como la iniciativa popular de ley y establecer mecanismos de revocatoria del mandato de la autoridad.
“En segundo lugar, derechos sociales. A mí me parece que tenmos un país que ha experimentado a lo largo de su historia reciente un importante proceso de crecimiento económico, y lo que necesitamos es que ese crecimiento económico sea acompañado por justicia y equidad social. Por eso lo que hemos planteado es que la clave es que hay determinadas dimensiones de la vida social que no pueden ser reguladas por el mercado ni estar sometidas por lo tanto al control de la iniciativa privada. Que deben ser asumidas como derechos sociales, y que es el Estado y la sociedad la que tiene que hacerse cargo de garantizar comod erechos sociales la salud, la educación, la vivienda, jubilaciones y pensiones dignas.
Y en tercer lugar, “derecho a la ciudad”. “En este distrito hay un conjunto de proyectos que van en contradición directa contra el derecho a la ciudad. Tiltil transformado en zona de sacrificio, guetos verticales en Estación Central, propuesta de un oleoducto que atravesaría con proximidad a comunidades de Maipú y Pudahuel, crecimiento en general urbano descontrolado, que no está acompañado de crecimiento de áreas verdes, crecimiento de servicios policiales, crecimiento de servicios de educación y salud. Incremento de la contaminación, atentado contra la sustentabilidad, contra la vida y la salud de las personas de este distrito”.
“Por lo tanto, cuando hablamos de derecho a la ciudad nos referimos a establecer instrumentos de planificación del territorio que sean vinculantes y que tengan participación ciudadana, que nos permitan un desarrollo que garantice sustentabilidad, que garantice el buen vivir de las personas”.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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