Caminando, el sábado pasado, a las seis, por Avenida El Descanso, desde Hugo Bravo al poniente, se veía algo así como una cotidiana devastación.
Con túmulos de basura. Cajas, vasos plásticos, hojas verdes, alumbradas por los restos de sol.
Después, una cuadrilla municipal, trabajadores con trajes reflectantes limpiando, vehículos blancos.
Después, ya oscuro, la calle mojada. Limpiada, aunque sin lucir como las calles circundantes. Una poza de color calipso cerca de un baño químico, que a su vez estaba junto a un paradero.
Más allá, esparcidas en el barro, algunas conchas de choritos; una caja abandonada en el bandejón central. En una esquina, cinco tomates semi reventados, etcétera. Por aquí y por allá unos olores nada agradables.
En suma, ninguno de los vecinos podía enorgullecerse, a esa hora, ante sus visitas del fin de semana. Más temprano tampoco; menos.
La feria el El Descanso ocupa, los miércoles y sábados, la calzada sur de la avenida de aquel nombre. Una avenida amplia, detrás del metro Las Parcelas, como referencia.
“El problema que tenemos acá es que los días miércoles y los días sábados estamos encerrados en nuestras casas —explica Sandra Castro, presidenta del Comité de Adelanto y Seguridad El Descanso—; en caso de un accidente sencillamente no podemos ser asistidos, por Bomberos, por una ambulancia”.
“Aparte de eso existe un bloqueo tanto por la gente que trabaja en la feria como por los vehículos que se estacionan en los alrededores”.
“Nosotros trabajamos, no podemos sacar los vehículos de trabajo, estamos encerrados”, acota Luis Bastías.
Coincidentemente, el Capitán de la Séptima Compañía de Bomberos, ubicada ahí mismo, en Avenida El Descanso, indica:
“Nuestro problema es no poder salir de manera rápida y expedita a emergencias, donde un minuto marca la vida, la muerte, o que una familia pueda perder una habitación o toda su casa”.
Atendido eso, Sandra Castro resume lo que un grupo de vecinos (respaldado por centenares de firmas) viene planteando desde hace años:
“Queremos que la feria sea trasladada a un lugar apropiado para su buen funcionamiento y el bienestar y la seguridad de todos nosotros”.
“Las ferias son itinerantes —acota Luis Bastías—, deberían estar cinco años en cada sector e irlas cambiando, pero nosotros ya hemos cumplido cuatro períodos de cinco años. Está bueno ya que podamos descansar”.
Frente a ello, la Municipalidad ha dicho que, uno, el traslado de la feria es imposible, que no hay un lugar apropiado; dos, que ha adoptado las medidas necesarias para el correcto y legal funcionamiento de la misma.
“No son para nada efectivas”, comenta la presidenta del Comité de Adelanto y Seguridad. Evaluación en la que coincide Nidia Traslaviña, quien califica el aseo que hace la municipalidad como “mediocre”.
“Cuando corre mucho viento, queda todo desparramado. Las hojas de cebolla se te meten en tu casa. El aseo es muy malo, muy malo; y muy tarde”, testimonia un vecino.
“Yo vivo al frente de los pescados y de la carne, y me dejan todo sucio”, testimonia, en fin, Rosa Maldonado.
El Capitán de la Séptima declara que “necesitamos soluciones reales, no provisorias”. Y advierte que “nosotros como Séptima Compañía tomamos como medida que durante los días miércoles y sábados no habrá bomberos en el cuartel para atender emergencias… No tenemos dónde dejar nuestros vehículos, por ende los días de feria no hay bomberos en la Séptima Compañía para atender emergencias”.
Hay una causa judicial en curso, que partió el año 2013 y, de hecho, la Municipalidad pagó una compensación por sobre los trescientos millones de pesos en total.
No obstante, una resolución de febrero de este año le ordenó derechamente que dispusiera el traslado de la feria. En todo caso, actualmente, hay recursos pendientes.
Más allá de lo judicial, Sandra Castro dice que les ha costado “demasiado”, llegar a la alcaldesa.
“Aparte que le hemos pedido —acota Luis Bastías—, no sé, veinte veces que nos reciba con cartas en la Oficina de Partes, y no hemos conseguido nada”.
—Hemos seguido todos los conductos regulares —añade otra vecina.
De ser así (no veo motivos para descreer), la situación recuerda mucho a lo que está pasando con la Ministra de Educación y los Profesores.
Y cabría una breve reflexión: corresponde a la buena política que las autoridades dialoguen con la ciudadanía, en el entendido de que representan el interés general, y de que nadie está en mejor posición que aquellas para dar una visión más allá de lo técnico —de lo que puedan decir los abogados de la Municipalidad, pongamos, o el Subsecretario de Educación—.
Una visión política, en definitiva. Cuál es la visión a largo plazo, ver cómo se podría abordar el tema. Con reuniones periódicas, por ejemplo. Con un itinerario, una planificación. Un horizonte.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
La diputada por la región de Antofagasta, Catalina Pérez, renunció oficialmente al Frente Amplio. La…
Con el objetivo de empoderar a jóvenes madres y ofrecerles herramientas para transformar sus vidas,…
En un reportaje de Teletrece, emitido el 18 de noviembre, se asegura que la pastelería…
Un intento de compra de una consola de videojuegos, terminó en tragedia durante la madrugada…
Un emotivo rescate tuvo lugar el pasado viernes 15 de noviembre en el barrio Portal…
Como parte de un ciclo de entrevistas sobre las nuevas autoridades de Maipú, en un órgano…