“No por dejar de ver las cosas dejan de pasar”, escribe el precandidato a diputado por el distrito 8 Sacha Razmilic (RL). Propone que se legalice el comercio de marihuana para cualquier uso, en un sistema regulado y dirigido a mayores de edad.
Chile es el país de los extremos y las indefiniciones. Desierto por el norte y hielos eternos en el sur. Hacia un lado la cordillera y por el otro el mar. Así, nuestra geografía ha determinado finalmente el desarrollo de nuestro país, y parece ser que también nuestras ideas y pensamientos como sociedad. En el tema de las drogas, y puntualmente la marihuana, no ha sido la excepción.
Por un lado tenemos las drogas lícitas, como el cigarrillo y el alcohol, donde su venta y consumo es totalmente legal para mayores de edad. Por otro lado tenemos a la marihuana como una droga ilegal, consumida según las últimas cifras del Senda por 2 millones de compatriotas, y donde su venta es ilegal, pero no la de sus semillas, que hoy son transadas libremente incluso a menores de edad.
Si profundizamos aún más esta situación, y según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, podemos agregar que sólo en 2015 1 de cada 4 detenidos en Chile por la justicia fue por infracción a la ley de Drogas, y de ellos 2/3 fue por consumo, porte o tener plantas de marihuana. Es decir, la mayor parte de los recursos y esfuerzos que el país invierte en el combate a las drogas no concluye con menos narcotráfico, sino con alguien que simplemente consume marihuana. Esto significa una tremenda carga para la justicia y las policías, que a mi modo de ver y el de muchos chilenos, es absolutamente innecesaria, y que es producto del rígido enfoque conservador que han manifestado los gobiernos y los parlamentarios de nuestro país a través de los años.
Aquí nace una pregunta más que justificada. ¿No sería mejor idea dejar tranquilos a esos 2 millones de chilenos, y que el Estado dedicara esos recursos a perseguir a verdaderos delincuentes? Así tendríamos más Carabineros en las calles, fiscales y jueces menos recargados y menos presos aprendiendo a ser delincuentes en las cárceles.
Por eso es que como precandidato a diputado creo fielmente que hay otras maneras de enfrentar los problemas, y he lanzado públicamente una propuesta para que en nuestro país se legalice el comercio de marihuana para cualquier uso, en un sistema regulado y dirigido a mayores de edad.
Propuestas
Propongo en términos de su producción y comercialización, que la venta se restrinja sólo a mayores de edad en tiendas con patentes denominadas dispensarios, y que existan 1 cada 3 mil habitantes. La producción podrá ser local o importada, siempre a través de proveedores debidamente registrados ante el Estado. Para velar que su venta sea sólo para mayores de edad, se propone una fiscalización estricta a los dispensarios para su cumplimiento, a través de cámaras de seguridad para el registro de las transacciones y la imposibilidad de que hayan puntos de venta a menos de 300 metros de recintos educacionales. En tanto, el sólo suministro o regalo de marihuana a menores de edad sería tipificado como una forma de maltrato infantil, con todas las penas que esto implica.
El consumo en lugares públicos seguirá siendo prohibido, el autocultivo seguirá siendo derecho esencial de las personas, y la marihuana medicinal tendrá el mismo tratamiento que el resto de los fármacos. Los impuestos que se recauden se utilizarán para pagar la fiscalización, prevención, rehabilitación y control del comercio ilegal o narcoráfico, y la compra de marihuana ilegal será tipificado como facilitación de narcotráfico. Además, todo el producto comercializado deberá ser certificado y analizado por el estado, en cuanto a su calidad y topes de canabinoides establecidos, siendo catalogado en rangos de fuerte a suave y con un etiquetado obligatorio que muestre sus componentes y un aviso preventivo respecto a su uso.
No por dejar de ver las cosas dejan de pasar, y mirar de frente el tema de la marihuana y con altura de miras nos puede llevar a resolver uno de los grandes problemas de la sociedad actual, la falta de recursos para combatir la delincuencia y romper el círculo creciente del narcotráfico en nuestro país. Ya miraremos desde el desierto hasta los hielos eternos, y desde la cordillera al mar cómo con una mente amplia y basada en las libertades de los ciudadanos, cómo logramos desarrollarnos a un Chile mejor.
Presidente de Red Liberal. Precandidato a diputado por el distrito 8.
Anónimo dice
en Montevideo, Uruguay se a naturalizado el consumo. Nadie se escandaliza y cada uno puede tener su plantita en casa. Nadie recurre al narcotráfico para obtenerla.