Entramos a La Higuera un 17 de septiembre. Habíamos leído una reciente mención que terminó impulsándonos por sobre nuestros prejuicios. La imaginábamos como un lugar oscuro y quizás hostil. No hallamos hostilidad, salvo la de un parroquiano en el bar que nos increpó por andar tomando fotos: —CÁLLATE —le reconvino el barman—. ¡¿Ya te pusiste tonto?! O algo así. La … [Leer más...]