Entre la noche del domingo 10 y la mañana del lunes 11 de agosto fueron sustraídas diversas piezas de la colección del Museo del Carmen de Maipú.
Así lo confirmó a La Batalla su administrador, René Navarro:
“Entraron por la sala de carruajes, por los portones que dan al parque. Ingresaron y se vinieron aquí a la sala de la independencia, violaron esa vitrina, y de ahí sacaron lo que ellos pensaban que era oro”.
En realidad, a pesar de su color dorado, eran piezas de plata, bronce dorado, piedras semipreciosas y vidrio.
Las piezas
“Fue algo selectivo -comentó Navarro-, realizado por alguien que no entendía de la materia, porque vio todo amarillito… A él le interesó todo esto porque se veía rimbombante; esos rayos amarillos, las bases también amarillitas”.
Lo sustraído en definitiva fue:
Tres cálices, una patena y cuatro custodias y media. Todo de los siglos XVIII y XIX.
En el culto católico el cáliz es un vaso sagrado de oro o plata que sirve en la misa para echar el vino que se ha de consagrar; la patena es un platillo de oro o plata o de otro metal, dorado, en el cual se pone la hostia en la misa, desde acabado el paternóster hasta el momento de consumir; la custodia es una pieza de oro, plata u otro metal, donde se expone la hostia consagrada a la adoración de los fieles (www.rae.es).
Lo de media custodia se debe a que una de ellas fue sustraída en parte:
“(…) solamente el sol, donde va la hostia consagrada”, explicó René Navarro. Y añadió:
“Y fue un de las cosas que ya llegó de vuelta, pero como un auto chocado”.
En efecto, la PDI ha comunicado recientemente el hallazgo de algunas de las piezas, lo que lleva a René a calificar su trabajo como “bastante eficiente”.
El museo del Carmen de Maipú es un museo privado, que depende de la Corporación Voto Nacional O’Higgins, una corporación laica sin fines de lucro formada en 1944 para poner la primera piedra del edificio que reemplazó a la primitiva capilla, cuyas ruinas están delante de la explanada.
A la hora en que se realizó esta nota varias personas trabajaban arduamente en el reforzamiento de la seguridad del lugar.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
Deja una respuesta