Respuesta a los Jóvenes Chilenos: Represión y castigo.

Nada es extraño, todo parece enmarcarse en conductas esperadas y acciones para las que primero se prepara o “se trabaja” el sentimiento colectivo, lo que posibilita el desenfreno de la acción violenta de la represión por parte de los custodios del orden, conminados a actuar con rudeza y temple en contra de todo aquel que pretenda expresar su pensamiento en forma pacífica o a quien pretenda enfrentársele, da lo mismo, en la lógica del abuso y los excesos no caben discriminaciones de ningún tipo. La excusa ya se sabe, está impresa en la aplastante información y propaganda al servicio del poderoso aparato del poder, que sataniza y desprecia el fondo de las demandas sociales en este caso del movimiento  estudiantil, para tratar de convertirla en las correrías de pandilleros o enmascarados que solamente están dispuestos a subvertir el orden  y provocar destrozos o incomodidad al resto de la población.

Por suerte , estos métodos o estrategias que preparan los escenarios de artificial  belicosidad, para dar legitimidad o rienda suelta a los golpes  no son ahora un bien de consumo al que  la población  entregue su credibilidad, por el contrario está más bien instalado  el rechazo civilizado  a esta práctica, en desuso, burda, y colonial.

E tema de la educación y las desigualdades en nuestro país, es cierto no son de ahora y bien vale la pena consignar, que su permanencia en el tiempo, cruza con absoluta majestad los períodos de la dictadura militar, los gobiernos de la concertación hasta nuestros días.

Es de justicia reconocer que tienen razón nuestros jóvenes al exponer con franqueza y sin ambages , que los políticos ligados a la gobernante concertación por espacio de 20 años, poca autoridad ética tienen para subirse prestos y radiantes al carro de sus demandas, peor aún en su errático peregrinaje político ahora como opositores, muchos de ellos cual quinceañeras encantadas,  salieron a aprobar la ley de educación  propuesta por el revolucionario y defenestrado ex ministro de educación  Lavín ,  aprobada en el verano del 2011. Ellos mismos guardan ahora sagrado silencio, y solo algunos han hecho noticia recientemente haciendo una carrera por la educación, lo que ha tenido en algunas redes de comentarios dos calificaciones recurrentes: oportunistas y ridículos.(por cierto de las que se puede repetir obviando los calificativos ofensivos)

 Definitivamente la concertación en su gestión educativa parece ser la historia figurada de la princesa que ni siquiera despertó con el clamor de los estudiantes, y más bien se preocupó de desactivarlos con  diatribas y monsergas de expertos  tecnócratas multifuncionales.

Allí quedaron los jóvenes y sus aspiraciones, hasta que emerge una nueva y potente forma de  protesta estudiantil, que es muy probable se haya forjado expectativas con el gobierno encabezado por el presidente Piñera, que en el complemento de sus promesas de gobierno, repitió con majadera insistencia que los profesionales  técnicos y toda la  nueva fronda de eximios colaboradores  de su gestión,  eran el equivalente a verdaderas estrellas de Hollywood, que descendidas de los púlpitos de las universidades más rimbombantes de la tierra  o bien despojados de las escafandras de su éxito  en la vida privada, ahora estarían dedicadas a gobernar en un estado de permanente vigilia trabajando veinticuatro horas,  siete días a la semana.

¿Cómo no anidar en el espíritu de nuestros jóvenes, la esperanza de una solución a sus postergadas demandas?  ¿Quién puede escapar al deseo de reivindicar sus derechos si el interlocutor se ha definido como sabio, exitoso, casi todopoderoso?

Que tristeza, la respuestas han sido ambigüedades, lugares comunes, incertezas y ahora a todo aquello, se le agrega la “capacidad disuasiva”, que no es otra cosa que este juego de escaramuzas, en las que los agentes del orden desahogan su preparación y ansiedad, golpe a golpe, muchos lo harán con el placer de su  vocación, otros cumplirán las órdenes jerárquicas de su trabajo, para los unos y los otros la arenga será la misma, despejar las calles, estar atentos a cualquier indicio de  protesta que  ponga en riesgo el orden republicano, que se identifique bien al objetivo enemigo, cuyas características principalmente obedecen a las de  revoltosos de aspecto juvenil que desfilan gritando consignas cuya palabra clave para  confirmar su sospecha es …  educación.

Cierto es que la historia está llena de grandes ejemplos de lucha y sacrificio que asumidos de manera épica por la juventud, han dado lugar a transformaciones y equilibrios perdurables en las relaciones de reconocimiento a los derechos de las personas. Así de este modo parece muy justa la lucha de nuestros jóvenes, tanto como injusto es sacrificar y desatar una violencia excesiva en su contra, porque de seguro su  lucha madura tendrá los frutos esperados, para entonces les reconoceremos como los baluartes de una sociedad que se aproxima de mejor forma a la igualdad esperada. ¿Por qué razón entonces no escucharlos ahora?.