Desde que el Mundial de fútbol comenzó el jueves 12 de junio en Brasil, las protestas en este país han ido bajando. Un sociólogo llamado Rudá Ricci, explica lo que sucede:
Brasil es un país difícil de explicar. Cuando parece que estamos entendiendo, ocurre todo lo contrario. Esa población medio despolitizada que fue a las calles en junio se asustó (La Tercera).
Y aunque la presidenta Dilma Rousseff ha sabido bajar las revoluciones de quienes protestaban contra su gobierno, de todas formas se han registrado algunos episodios de enfrentamientos. Este 17 de junio, en la ciudad de Fortaleza, unos manifestantes bloquearon una calle justo cuando se disputaba el partido de Brasil contra México, y lanzaron piedras contra un bus de la FIFA. La policía civil les lanzó gases lacrimógenos.
Asimismo, también se registraron enfrentamientos en la ciudad de Belo Horizonte, en donde los manifestantes pidieron la desmilitarización de la policía militar, aparte de protestar contra la FIFA. El medio Informador, dice esto:
Con motivo de la protesta, algunas mujeres y hombres se quitaron sus camisetas y escribieron en sus cuerpos, simulando sangre, frases contra la represión policial y en recuerdo de Amarildo de Souza, un albañil al parecer torturado y asesinado por la Policía en Río de Janeiro (Informador).
Además, el sábado pasado, hubo una amenaza de bomba en el estadio Arena Amazonia, en donde jugaría Inglaterra, por lo que se puede deducir que el descontento aún está latente y puede volver con fuerza. Como explica el sociólogo Rudá Ricci:
Posiblemente la primera gran tensión va a ser el 28 de junio, cuando Brasil juegue los octavos de final aquí en Belo Horizonte (La Tercera).
[Imagen: Ninja Midia, en Flickr).
Deja una respuesta