El domingo 4 de julio 2013, el conglomerado opositor denominado “Nueva Mayoría”, realizó elecciones primarias en 11 distritos (algo es algo), llamadas primarias convencionales, que sin bien, no tienen el carácter formal vinculante de las anteriores, representan un ejercicio de la voluntad de los participantes, que viven y gozan con estos entretelones de la política.
En términos generales destacaron en estas elecciones el triunfo de los candidatos comunistas, y del candidato de la Democracia Cristiana José Burmeister y ciertamente la derrota de un consagrado, el PPD Enrique Accorsi, actual diputado por el distrito 24 de Peñalolén y la Reina.
En lo que corresponde a los distritos en que se compitió en la circunscripción de Santiago Poniente, ha existido mucho entusiasmo por los fresultados en la parcialidad del candidato a senador Alberto Undurraga (DC), que pretende sacar de su asiento en el senado al experimentado y sempiterno actual senador Guido Girardi.(PPD)
Pero en realidad al igual como los captadores del sistema previsional o salud, cada uno se las arregla para mostrar la mejor cara del triunfo y la derrota, lo cierto es que podría haber atisbos de sutiles mensajes de los electores que dejaron en el camino a un honorable diputado en ejercicio (Accorsi), que llevaba tres periodos en el cuerpo, y previendo quizás el cansancio del electorado de su distrito, intentó por otro lado, los resultados están a la vista, salió en tercer lugar y quedó fuera de competencia. (fueron más astutos sus colegas que hablan de las primarias y la democracia pero no se someten a su ejercicio).
Pero estos resultados no dan para sacar cuentas alegres respecto de la suerte de la contienda senatorial en la zona poniente, y en estas elecciones no ganó ni perdió ninguno de los postulantes de la nueva mayoría al senado.
Solo en noviembre se despejarán los mitos que circulan en torno a esta elección, que “Girardi es difícil de vencer” que “Girardi está a la baja”, que “Undurraga puede triunfar” que “Undurraga igual gana si pierde” etc.
En las apuestas puede ser perfectamente que Girardi conserve todavía alguna ventaja, la que se dice tendría – según distintos sondeos o encuestas- que pueden no ser tan certeras como antes y que le darían unos 10 o 15 puntos a favor, por lo demás el equipo de Undurraga lo asume como parte de algo que sabían desde el principio y que en cuyo mérito saben tiene que acortar la distancia para tratar de hacer verdad aquel dicho hípico que reza “Caballo pillado, caballo ganado”
¿Qué pasará?, nada está tan claro, ni tan fácil de pronosticar, en cualquier caso este resultado será una buena crónica de futuro, por ejemplo si llegara a ganar Undurraga, se podría decir que Girardi fue un importante contribuyente de su propia derrota y que impensadamente comenzará a ser leyenda su estilo que durante un par de décadas ha marcado una forma de hacer política que en su momento deslumbró sin contrapesos por su estilo directo, irreverente, transgresor, que sin duda cambió los paradigmas de una política empaquetada y allegó y despertó la adhesión de los ciudadanos hacia una mirada de nuevos ejes temáticos, como la defensa de los derechos ciudadanos, el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales, el acceso a la salud, y la denuncia de las prácticas abusivas de grandes grupos de interés económico.
Girardi es un candidato de alta competencia, por ello no es poco el esfuerzo que debe hacer Undurraga para acercarse al triunfo, y no bastará con etiquetar su campaña en la idea de las buenas prácticas, con las que subliminalmente quiere fustigar a su oponente, y es que al parecer estas frases reiteradas de “la buena política” y de “las buenas prácticas”, debieran superar el estado de slogan a veces algo siútico y estar acompáñadas de un sustento más palpable de nuevas ideas y propuestas que abran ventanas a nuevos imposibles reclamados por los ciudadanos, donde la novedad sea el atractivo y la fortaleza del mensaje el medio para convencer que es bueno hacer un cambio no por el mero cambio, que al final es lo que menos puede importar a los electores.
Será una bonita contienda, donde la nueva mayoría ha querido gastar el activo de dos liderazgos que se esmeran por diferenciar su notable parecido.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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