“¡Blanquita!; ¡vamos, blanquita!”, le decía el veterinario Eduardo Guajardo Sánchez a Perla, con evidente amor, en una plazoleta del barrio Los Castaños, en la comuna de Maipú.
Perla hacía todo lo posible por avanzar. Ladraba, se arrastraba. Ladraba tanto que pronto hubo una sonajera de ladridos de los perros del entorno. Se paraba, se caía.
De hecho, antes, en la consulta, había asomado arrastrándose. Lloriqueando, medio fundida.
“Esta es una perrita convaleciente —nos contaba el médico—, que está en un estado de recuperación de una enfermedad grave como el distemper, el cual deja secuelas, y lamentablemente le dejó la secuela de estar postrada. Es una perrita joven que tiene muchas ganas de vivir, entonces tenemos que retribuirle su esfuerzo”.
“El distemper o moquillo canino es una enfermedad viral altamente contagiosa —nos explicó—, que tiene prevención, que es la vacuna, que está al alcance de la mayoría de las personas que tiene perrito. Es una enfermedad que da por irresponsabilidad, por no vacunar a tu perrito o por botarlo a la calle”.
Para él, de hecho, “es una enfermedad que define la vida en la calle: larga, dolorosa y que te va apagando de a poco”.
“Empieza con un moquillo, con diarrea… Lo que nunca falta en un distemper es secreción ocular —dijo—. Entonces, una persona que tiene un perrito sin vacunar y empieza con secreción ocular, falta de ánimo e inapetencia, tiene que sospechar al tiro de distemper y hacer un examen temprano, porque entre más temprano se ataque la enfermedad es mejor”.
Lamentablemente Perla no recibió el tratamiento adecuado en la fase inicial de la enfermedad, así que llegó solo levantando un poco la cabeza y sin poder alimentarse por sí misma a manos de la fundación Huellas Unidas y a través de esta a las del médico. Tras dos semanas de cuidados y atenciones se alimenta por sí sola y este cree que puede volver a caminar.
Ahora, debemos ponernos responsables. ¿Qué es lo que se necesita?
“Lo que necesitamos ahora es la ayuda de un fisiatra —dijo el médico—. Un fisiatra es un especialista que la ayude en su tema de la movilidad. Porque, de tantos días que estuvo sin caminar, se atrofiaron sus músculos. Entonces necesitamos fortalecer su musculatura y, a su vez, que coordine sus movimientos. En esa etapa estamos. Ahora que se recuperó, necesitamos que recupere sus movimientos para que sea autovalente y la puedan adoptar. Porque a un perrito así es muy difícil que alguien se lo pueda llevar”.
—La idea es que la adopten ahora —dijeron desde Huellas Unidas—, porque ya el veterinario hizo toda su parte acá.
“Es un caso súper especial —dijo este—. La persona que la adopte tiene que ser una persona con tiempo y con mucha dedicación, porque va a tener que hacer los ejercicios que el fisiatra indique”.
Lo otro, no menos urgente, es pagar el tratamiento médico y la hospitalización.
El veterinario Eduardo Guajardo atiende primordialmente a domicilio. Sus teléfonos son el ±569 9316 7197 y el 2 2781 3991.
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