Al pasar por Camino a Melipilla, muchas veces hemos detenido la mirada en lo que se alcanza a divisar de una antigua casona, cuya fachada y su entorno de rica naturaleza, indiscutiblemente representan vestigios de un pasado cuya imagen parece estar en sus días finales, producto de algún proyecto moderno que en sonidos de máquinas y nuevas construcciones dejarán solo como un recuerdo más. Así parecen apreciarlo algunos vecinos del Maipú tradicional que elevan sus voces para defender el patrimonio histórico cuyo legado ven amezado.
“Signo de los tiempos. El mercado inmobiliario, ante vacíos legales y falta de regulación, ejerce su derecho a invertir en antiguas propiedades para luego venderlas totalmente transformadas. Asimismo, los propietarios, ante aparentemente generosas ofertas económicas, también ejercen su derecho a vender sus terrenos. Nada reprochable. Así se comporta el mercado que “planifica” la ciudad y que pronto puede hacer desaparecer una de las últimas casonas que quedan en Maipú”. Así se iniciaba una nota publicada en este sitio el 23 de octubre de 2011, referida a la venta de la casa y parque de la familia Pinto, en la Av. Pajaritos. Ahora, se reitera lo escrito en esa oportunidad, solo cambia la propiedad.
Esta vez corresponde a la venta de un inmueble de conservación histórica, ubicado en Camino a Melipilla con Tres Poniente, a la entrada del antiguo camino conocido como San Juan de Chena, sector El Abrazo. La acción depredadora hacia el patrimonio cultural afectaría a una construcción de dos pisos, de principios del siglo XX, rodeada de un parque con especies nativas y exóticas, perteneciente a la familia Valdés. En esta construcción se filmó la película Julio Comienza en Julio, del director chileno Silvio Caiozzi, en 1976. Es la única edificación de tipo residencial de antiguas familias santiaguinas que aún se conserva en el sector sur poniente de la comuna. El lugar donde está ubicado este parque y la casona es de gran densidad poblacional, por lo que la presencia de esta arboleda es esencial en el medio ambiente de la comunidad.
Esta es una nueva oportunidad para que las autoridades pasen de los discursos y “cortes de cinta” a las realizaciones verdaderas. Con mucha resonancia se anunció la creación del Ministerio de la Cultura y del Patrimonio, entregando una señal por el interés en la mantención y cuidado de la herencia cultural. Fruto de esto se compró el palacio Pereira en el centro de Santiago para albergar oficinas relacionadas con la Dibam. Acertada decisión. Sin embargo, surge la pregunta ¿los vecinos de una población ubicada en el sector poniente de una de las comunas más grandes y populosas de Chile, con un pasado histórico fundamental para la nación, no merecen tener un parque y una casa patrimonial que albergue sus actividades y mejore su calidad de vida?. El Ministerio de Bienes Nacionales, la Comisión Nacional del Medio Ambiente, el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, la Municipalidad de Maipú y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (futuro Ministerio de la Cultura y del Patrimonio) tienen la palabra.
En forma inmediata, la Municipalidad de Maipú y el Ministerio de la Vivienda deberían tener alguna explicación acerca de esto. En el Plan Regulador Comunal, la propiedad que está en venta aparece tipificada como Inmueble de Conservación Histórica, por lo que queda bajo la protección de la Ley General de Urbanismo y Construcciones del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo. En esta Ley, el Art. 60 expone: “Igualmente, el Plan Regulador señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica, en cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o refaccionados sin previa autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente”. ¿Dónde está la autorización? Si la hubiera, ¿fueron tomadas en cuenta las opiniones de los vecinos?, ¿qué autoridad ministerial o municipal se hace responsable de esa autorización? Estas son preguntas que van más allá de la buena voluntad o “sensibilidad patrimonial” de la autoridad. Son interrogantes que apuntan directamente a la legalidad de la acción.
Esta es también una oportunidad para quienes desean ocupar la alcaldía de Maipú y para los candidatos a concejales. Investigar, pedir antecedentes y comprometerse de verdad con la defensa del patrimonio cultural comunal podría hacer la diferencia al momento del recuento de votos.
Para terminar, esta luz de alerta la puso don Mauricio Retamal, vecino de la comuna de… ¡Padre Hurtado!, quien viaja todos los días por Camino a Melipilla y vio el letrero de la venta. Se agradece las gestiones que hizo para que se pusiera en los medios de comunicación este hecho.
Ojalá esto sea el inicio de una campaña en defensa del patrimonio de Maipú. Lo contrario significaría continuar diciendo, cada vez que se quiere mencionar alguna construcción significativa,
Fuente: www.maipupatrimonial.cl
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