Quizás la labor principal de las y los concejales sea fiscalizar la gestión del alcalde, el cumplimiento de los planes y programas de inversión municipal y la ejecución del presupuesto municipal.
Por esto, para que se cumpla el espíritu de la ley, resulta no solo comprensible sino que deseable que en las sesiones del Concejo se genere una discusión: es un indicio de que existen diversos puntos de vista.
Ayer, la discusión del concejo se suscitó precisamente en la votación de una modificación presupuestaria para el área de la salud municipal.
Sorprendentemente, concluyó con la alcaldesa retirándose y advirtiéndole al concejal Alejandro Almendares que no se sentara en su silla. “Sin comentarios”, dijo este. Pero nosotros haremos algunos, no sobre la situación misma sino a propósito de ella, comentando algunas nociones sobre el funcionamiento del Concejo.
La alcaldesa es la presidenta del Concejo. Si se va, el presidente del Concejo pasa a ser el concejal que haya obtenido la más alta votación en la última elección. En el caso de Maipú, se trata del concejal Alejandro Almendares.
Ojo: no es que el concejal reemplace a la alcaldesa, sino que el concejal pasa a ser el presidente del Concejo (por lo que resulta natural que se siente en la testera). Sus atribuciones en la sesión tienen que ver esencialmente con mantener el orden y dirigir los debates.
El orden es un tema importante para el Reglamento del Concejo Municipal de Maipú. Las faltas al orden son usar la palabra sin la venia del presidente, precisamente; referirse a asuntos ajenos que no guarden relación con la materia en discusión; interrumpir a quien hace válidamente uso de la palabra; faltar el respeto y no guardar la debida compostura en la sala.
Cuando un concejal tiene la palabra, no puede ser interrumpido sino por el presidente, y solo para exigirle el cumplimiento de las disposiciones reglamentarias. Esta interrupción no puede usarse para contra argumentar o impedir lo que el concejal estime exponer.
La administración Barriga implementó la excelente política de transmitir en vivo los concejos municipales. Lamentablemente, varias transmisiones han finalizado antes de que el concejo concluyera. En el caso de ayer, finalizó cuando la alcaldesa se retiró. Más de una vez ha finalizado antes del Puntos Varios. Y sobre esto hay que decir algo:
El concejo se divide, básicamente, en las Cuentas que dan el alcalde y las comisiones de trabajo; en la Tabla Ordinaria, que es cuando se votan los proyectos, y; en la Hora de Incidentes o Puntos Varios, destinada a la libre intervención de los concejales y en la que también se le da la palabra a la comunidad.
Acá pueden ser discutidas todas las observaciones y proyectos nuevos que deseen someterse al Concejo (por ejemplo, ayer se planteó el tema de la inseguridad en la Villa El Abrazo), como asimismo los asuntos que se encuentren en tramitación.
También es cuando los concejales pueden solicitarle al presidente del Concejo toda la información relacionada con la administración del municipio. Del mismo modo, requerir los antecedentes necesarios para alcanzar sus cometidos al alcalde, que está obligado a responder por escrito y dentro de un plazo.
Obviamente, cuando la alcaldesa se va, se pierde su participación en la discusión y su voto. El alcalde tiene derecho a voto. Si se va, se pierde ese voto. Esto, aunque su presencia no se compute para calcular el quórum.
Ayer, luego de que se fuera la alcaldesa, se votaron aportes municipales para cuatro proyectos en distintas áreas que se van a postular a fondos del Gobierno Regional. Es decir, una materia de relevancia comunal.
Asimismo, algo de no menor importancia para el vecindario: la patente del bar El Late, ubicado en Avenida Central.
Entonces, es más que deseable que la alcaldesa esté presente durante todo el concejo, y también que este sea transmitido íntegramente a la ciudadanía. Si es que las interrupciones no se han debido a imponderables, habría que decir que la transparencia a medias ya no es transparencia.
Cuando la alcaldesa le apagó el micrófono a la concejala Marcela Silva, el año pasado, varios concejales manifestaron su rechazo abandonando la sala. Almendares se quedó en su puesto. Ahora, que sufrió el bochorno de la silla, recibió el apoyo de Silva y de todo el cuerpo colegiado, lo que agradeció.
Para que en el concejo haya una discusión de buen nivel, es fundamental que los distintos puntos de vista se expresen. No porque todos sean acertados, sino porque el más acertado es una construcción colectiva.
Y como dijo Almendares ayer, desde la silla, desde la testera, como presidente del Concejo, “estamos llamados a eso: a construir”.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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¡Ja, ja, ja! Me imagino como la niña maneja las sesiones del Concejo Municipal...: Concejal, no me mire! Usted, no me hable! Concejal, no ocupe mi silla! Usted, no tome agua! Concejal, no hable por teléfono! Ustedes, no se coman las galletas! Concejales, párense! Concejales, siéntense! Concejales, cállense! Ustedes, no se rían! ¡Ji, ji, ji!
No tengo nada personal contra ninguno de los Concejales elegidos en Maipú, sin embargo, noto que ninguno de ellos tiene la personalidad suficiente como para intentar hacer una conferencia de prensa o emitir un comunicado conjunto en contra de la señora Barriga. Tengo mis dudas si les falta personalidad, coraje, o lo que sea, pero en lo concreto, no hacen nada que desvirtúe las características de esa niñita que lo único que hace es desprestigiarlos, de tratarlos de tontitos, de soretes, de no tener agallas, y eso le hace muy mal a la democracia y a ellos mismos; se quedan como pollitos, callados, no sacan el habla, se chupan, en definitiva, se quedan como plantas, y tal vez lo sean. Parecen títeres de no sé qué.
Por favor gente “pro-comuna” Concéntrense en realmente trabajar y avanzar, en vez estar al asecho de Cathy. Debe ser tan difícil, hacer que la comuna renazca trabajando con el enemigo (porque desde fuera, eso es lo que parece).
Propongo Una prueba tipo cuestionario, para las personas que pertenecen al consejo municipal, de esta forma se puede medir el conocimiento y elocuencia a la hora de tomar decisiones.
( nacida, criada y creyendo en Maipú)