Cuando nos enfrentamos a la pregunta, cómo sueño mi país, tocamos la fibra de nuestras propias vidas. En lo personal, soy cristiano, y sueño con cambiar el mundo. Ahora, cómo hacemos eso, qué significa…
Lo fundamental es tener la meta, un objetivo claro a alcanzar, y en este caso es proponer el establecimiento de una civilización del amor. Esto implica que necesitamos una sociedad que ponga en el centro a la persona, pero no solo desde el punto de vista materialista, también desde una dimensión espiritual. Seres Humanos integrales, cuerpo y alma, por lo que debemos basar nuestro diseño con la mirada de cómo hacer de que este Ser crezca y se desarrolle para que sea Feliz, para que pueda amar y ser amado.
Hoy todo está pensado desde el mercado, oferta, demanda, generar riquezas, consumir y subsistir. Nos enseñan desde pequeños a enfrentar este mundo, preparándonos para buscar trabajo o asumir cargos, dependiendo desde el entorno donde se nazca, pues la movilidad social, como le llaman al pasar de tener pocos bienes materiales a muchos, es muy poca. Hoy se nace prácticamente predestinados a un rol dentro de este sistema capitalista.
Nacemos, nos preparan para un oficio según las necesidades de los dueños del sistema, trabajamos, con el poco tiempo libre intentamos formar familia, nos endeudamos para poder cubrir las necesidades de nuestros hijos, nos deprimimos, nos separamos, nos quedamos cesantes, nos enfermamos, y de vez en cuando nos juntamos a disfrutar con las drogas legales disponibles (alcohol, carne, tabaco, televisión) para finalmente morir, morir siendo un número más en la estadística, pero que realmente al sistema le importa muy poco, porque nos reemplazara con nuestros hijos, a quienes a pesar de nuestros esfuerzos por darle mejores herramientas, no cuentan con la red social suficiente para poder acceder a otra escala de beneficios que tienen las personas que heredan el control del actual sistema.
Por ende es importante recalcar lo que queremos. NO QUIERO NADA PARECIDO AL ACTUAL SISTEMA. En el nuevo modelo de desarrollo social, nos debiéramos preocupar del ser humano desde su gestación, estableciendo como derecho los cuidados a la mujer embarazada, asegurando su alimentación y atención medida de calidad, igualdad de acceso a equipos tecnológicos y médicos para su parto, pre y postnatal para ambos padres hasta el año de vida, para que el nuevo ser se pueda vincular, con la ayuda de sus progenitores, a este nuevo mundo. Posteriormente darle Derecho a la educación permanente: sala cunas donde se les comience a entregar cultura y se le introduzca el valor social fundacional, Amor por el prójimo. Compartir, trabajo en equipo, colaboración, cooperación. Luego Colegios y liceos de calidad humana, que les entreguen todo el conocimiento y formación para ser líderes, orientándolos para que descubran su verdadera vocación para que la puedan desarrollar en universidades e institutos en donde conocerán las entidades productivas disponibles o podrán formar nuevas junto a otras personas, con las herramientas de apoyo del estado, asegurando el Derecho al trabajo. Entidades productivas con fines sociales, generadoras de empleo, de recursos, pero siempre con el foco de que su fin es el desarrollo del ser. Debe ser derecho del ser humano y fin del estado, que todas y todos sean formados desde su nacimiento hasta su muerte, orientando nuestra sociedad a la adquisición de cultura, conocimientos y no de bienes materiales.
Debe ser establecido el derecho a formar familia, lo que implica el derecho a la vivienda digna, justa y equitativa, acorde a las necesidades y tamaño de cada familia, a la salud, física y mental, protegidos desde su concepción, hasta su muerte.
Para quienes se equivoquen y violen las leyes, primero, derecho a justicia para las víctimas, pero también derecho a la reformación y reinserción a los victimarios.
Mirar los límites y fronteras con nuestros países vecinos como puntos de encuentro para el intercambio y no como líneas de separación, volver a pensar la integración latinoamericana y liderarla.
Liderar los procesos de cambio globales, ser sal y luz, proponiéndole al mundo soluciones, y no estar esperando lo que dicten las superpotencias, para ello invertir y darle valor a la investigación científica y tecnológica.
Todo esto financiado asegurando la justa distribución de los bienes, sueldos acordes al esfuerzo y no a la especulación, justos y proporcionales al mérito, y con la adecuada protección y explotación de recursos naturales por parte del estado, garante de que los beneficios serán para todas y todos.
Este es mi sueño país, ahora me gustaría leer los suyos, participe del proceso constituyente, intercambiemos sueños y construyamos en conjunto una nueva constitución para un nuevo Chile. Atrévase, solo está a un clic de cambiar nuestro futuro: https://www.unaconstitucionparachile.cl/registro
Fraternalmente,
*Militante del Partido Demócrata Cristiano, vive en Maipú.
Militante del Partido Demócrata Cristiano.
Vive en Maipú.
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