Tratar de evitar referirse a la violencia, la delincuencia sin freno que azota los barrios, comunas y regiones del país, para no difundir y exagerar la crónica roja o la sensación de inseguridad que se vive, se empieza a tornar difícil de no hacer mención, especialmente cuando se trata de casos que afectan a víctimas inocentes como este caso que se trata de una niña de 10 años.
Es importante y siempre más esperanzador compartir noticias y difundir hechos donde tiene relevancia el mejoramiento de calles, luminarias, plazas, parques, lugares y espacios dedicados a la familia, la recreación, algo de la escasa cultura y arte que se ejecuta, pero la vida de las personas, garantizar su seguridad, su libre tránsito, es una condición natural, prioritaria, de la que se deben hacer cargo las autoridades locales y de gobierno, destinando los recursos, los planes, las ideas que resulten más eficientes para enfrentar esta ola de delincuencia. Evitando repetir más de los mismo, porque no se obtendrán resultados distintos.
Maipú, que contribuye de manera activa y abundante al registro diario de delincuencia desatado en la región y el país en general, es el lugar donde nuevamente una víctima inocente, una niña de 10 años pierde la vida de manera artera y cobarde a manos de criminales que hacen de la ciudad un paisaje tempranamente solitario en las tardes, donde la gente de trabajo, decente vive paradojalmente entre rejas para no caer víctima de los pistoleros que pululan por sus barrios.
El crimen tuvo lugar en la comuna de Maipú, en las calles La Galaxia con Inca de Oro, el sábado 13 de enero alrededor de las 22:00 horas, mientras la menor se encontraba al interior de un automóvil, que fue objeto de varios impactos de bala, las que hirieron mortalmente a la niña.
Familiares de la niña fallecida, consternados y abrumados por la tragedia, tuvieron palabras para quejarse del lento actuar de la policía, además de hacer sentir que no hubo presencia de autoridad alguna en el lugar.
¿Hasta cuándo?
Ahora vendrá un largo proceso investigativo más para determinar las causas precisas del hecho e identificar a los delincuentes responsables, mientras quienes sufren el dolor de ver como se pierde una vida humana, de esta forma tan incomprensible y dolorosa, deben cargar con un sufrimiento irreparable, mientras el resto de la población no en vano se pregunta ¿Hasta cuándo?, ¿Qué debe pasar para dejar de contar muertos y tragedias y enfrentar estos altos índices de criminalidad?
Algo más que decir que se tendrá mano firme.
Presidente Boric y alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, conmovidos a través de las redes sociales.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.