Entrevista de archivo 2007-2008
Con casi treinta años de vida política, Nadia Ávalos no ha dejado de luchar para conseguir una sociedad más justa y equitativa. Desde la Dictadura se la vio encabezando demandas en pos de su gremio, los profesores, periodo en el cual la trinchera comunista estaba más que vedada. Hoy puede hablar a rostro descubierto, sin temor a letales represalias.
Por Geraldine Guggisberg Florez
a baja estatura y mirada profunda contrastan con la grandeza de las ideas y pensamientos que Nadia Ávalos proclama. A diferencia de quienes distorsionan la lucha sindical y los derechos del trabajador, esta dirigente comunista trabaja para
conseguir condiciones más justas, en donde un cargo municipal podría ayudar a gestionar de manera más eficiente la consecución de estos propósitos.
Siendo dirigente sindical, durante plena Dictadura, no le importaron la fuerza de las represalias, pues la causa era más fuerte y las demandas de los profesores no podían esperar.
– ¿Cómo inició su trayectoria en educación?
Desde los años 80’s estuve en la AGECH (Asociación Gremial de Educadores de Chile), que era una organización paralela a lo que es ahora el Colegio de Profesores. El año 86’ formamos un Sindicato de Trabajadores de la Educación en una escuela particular subvencionada de La Granja. Ahí estuve durante diecisiete años y en ese tiempo fui Presidenta del sindicato. En esos tiempos éramos el único sindicato de trabajadores porque estábamos en tiempos de Dictadura. También fui secretaria de
otro sindicato de un colegio particular subvencionado de La Pintana y posteriormente fui Directora de una Federación de Sindicatos de Escuelas Particulares Subvencionadas y durante dos periodos fui Presidenta de la Confederación Nacional de Colegios Particulares Subvencionados. Después de eso fui dirigente comunal del Colegio de Profesores de Maipú, hasta el año 2007.
– ¿Qué opinión tiene sobre la evaluación docente?
Buen tema. Primero hay que aclarar algo sobre las falsas ideas que se intentan internalizar en el conciente e inconsciente de la gente, respecto a que los profesores nos negamos a evaluarnos, cuando en realidad no es así. No hay profesor en Chile que se niegue a la evaluación. Lo que pasa es que cuando planteamos que esta evaluación docente, que forma parte de un conjunto de leyes al alero de la LOCE, responde a eso. Y por lo tanto el objetivo final, de forma y de fondo, es que se pretende tener mayor flexibilidad laboral, es decir, que los profesores perdamos definitivamente la poca y nada estabilidad en el cargo, ahorrar el costo en educación a costa de los beneficios de los profesores.
– Cuáles son, entonces, las prácticas arbitrarias y negativas que contiene la evaluación docente.
Nosotros tenemos que llenar un portafolios para cumplir con los requerimientos de esta ley, lo cual significa muchas horas de trabajo después de la jornada laboral normal del docente. Por lo tanto, hay mucho tiempo -personal y de la familia- que tenemos que ocuparen llenar este portafolios. También está el tema de que quien evalúa, finalmente, es el alcalde de las comunas respectivas, y si tienes la mala suerte de ser “conflictiva” o ser crítica del sistema imperante, por supuesto que te harán una evaluación negativa. Y lo que es peor, no se conocen los resultados de cómo te evalúan, entonces no tengo la posibilidad de apelar para demostrar de que o que están diciendo sobre mí no corresponde, porque la apelación es al mismo organismo que me evalúa. También estamos con el tema de las filmaciones a las clases, en donde detrás de esto hay un tremendo negociado, porque son empresas externas que realizan estas filmaciones. Entonces detrás de esto hay todo un montaje por parte del profesor para hacer “la” clase. Además afirmo que hay un negociado porque hay ofrecimientos de empresas por internet que ofrecen hacerte el portafolios cobrándote un dineral.
– Según usted, ¿cómo debiera ser la evaluación docente?
Que no sea punitiva y saber para qué me están evaluando. Por lo tanto, necesitamos una carrera profesional, de tal manera, que me reconozcan si soy buena profesora y eso me permita, en un escalafón, poder ir mejorando no tan sólo mi remuneración sino también mis condiciones laborales de trabajo.
– ¿Qué piensa de la Ley General de Educación?
Me sumo, me interpreta y me sumo a lo que dice nuestra organización, que es el Colegio de Profesores hoy día. Tenemos una LOCE que nos dejó instalada Pinochet un día antes que asumiera Aylwin –porque así se hacían las leyes en ese minuto- y dejó amarrado todo este sistema que tenemos hasta ahora. En definitiva, lo que plantea es mayor privatización de la educación, ese es el objetivo principal, en donde el Estado pierde el rol que históricamente tuvo, que es asumir y hacerse cargo de la educación. Con esta ley el Estado asume un rol meramente subsidiario. Además, el problema es que cuando se envía el proyecto de ley al Congreso no se toman en cuenta los acuerdos tomados anteriormente, y se discute -a puerta cerrada- entre la Concertación, el Gobierno y la Alianza. Ese es el engendro que tenemos hoy en día en el Parlamento.
– Cuál es su crítica a la LGE
En primer lugar, que el rol del Estado se sigue manteniendo tal como está: un Estado Subsidiario. En segundo lugar, cuando el lucro –que es otro punto conflictivo- antes se hacía de hecho, hoy se consagra de derecho: es legal en este país lucrar con el fondo de todos los chilenos.
– ¿Y tiene algún aspecto positivo, según su apreciación?
La Superintendencia, que debiera tener mayor fiscalización, pero también tiene sus bemoles. Porque esta superintendencia tendría tales atribuciones que, por ejemplo, en el caso de aquellas escuelas que tienen malos resultados -es decir, bajos resultados de Simce o de la PSU- ellos tienen facultades para cerrarla. Se están tomando medidas que no corresponden a lo que deberían hacer, porque por más que digan que la calidad de la educación pasa porque los profesores hagan buenas clases, la verdad es que eso es sólo una parte. Aquí hay un problema social enorme del que no se hace cargo el Gobierno, lo cual está incidiendo en el rendimiento de las escuelas más pobres. La calidad de la educación depende de la distribución de los ingresos, es decir, los niños que son pobres están condenados a tener una educación de menos calidad, deficitaria, porque hay problemas de constitución familiar, cesantía, alcoholismo, drogadicción, y esos problemas inciden en la escuela porque no está en su mano solucionarlos.
Ávalos dirigente, ahora y siempre
Usted ha tenido una activa participación dirigiendo y representando a su gremio. ¿De dónde nace esa vocación?
No sé si es vocación o no, pero la primera vez que fui elegida presidenta de un sindicato la más sorprendida era yo, eran tiempos de Dictadura. Pero a pesar de eso había un grupo de gente que nos atrevíamos a criticar lo que había –yo estaba en AGECH en ese tiempo-, a defender los derechos de los trabajadores, a pesar de todo el miedo que había y de que también podía significar perder la vida, como le ocurrió a muchos colegas míos. Entonces eligen a la persona que se atreve más y quien los puede representar mejor por el terror imperante. Entonces uno va aprendiendo y se va relacionando con otros dirigentes y organizaciones, y la verdad es que después ya no hay vuelta atrás porque empieza a gustar también, porque uno tiene una visión o filosofía del mundo.
– ¿Y esa filosofía está representada completamente por el Partido Comunista?
Sí, absolutamente.
– ¿Por qué?
Porque es el partido que me interpreta a mí, en términos que es un partido de los trabajadores. Es un partido que propende a tener una sociedad más justa en donde los ciudadanos -por el hecho de ser humanos- tiene derechos básicos que no nos pueden quitar y no nos pueden negar, y que el cielo que dicen los cristianos -en opinión de nosotros- tiene que estar aquí en la tierra. Eso es posible y luchamos para eso. El Partido Comunista me interpreta plenamente en cuanto a sus objetivos y utopías.
– ¿Pero no habrá una contradicción? Sabemos que las utopías son un sueño y no son más que una aspiración casi imposible.
Bueno, yo hablo de las utopías, pero también de los objetivos que propendemos nosotros. Y en el mundo ha habido y hay experiencias de sociedades más justas. Pensar en una sociedad más justa no es una utopía, eso también forma parte de las falsas ideas que nos quieren meter a nosotros quienes tienen el poder económico. Nosotros pensamos que sí es posible tener un mundo más humano y más pensado en las personas, no tanto en la plusvalía y en el lucro para unos pocos. Y eso es posible de lograr, si existieran realmente voluntades. No es utópico pensar en una sociedad más justa.
– Volviendo al tema de la dirigencia durante su participación el Colegio de Profesores de Maipú, ¿cuál fue el mejor y peor momento?
Cuando asumí como Secretaria del Colegio de Profesores en Maipú, el año 98’, hubo una gran movilización en donde surgieron las primeras divisiones y falta de credibilidad por parte de la mayoría de los profesores de acá. Había muchas diferencias profundas, en cuanto a la dirigencia misma, atendiendo los diferentes pensamientos políticos. Esos fueron los peores momentos. Pero también fuimos construyendo, muy de a poquito y con muchos problemas, una unidad efectiva y clara. Y eso se logró, pudimos converger en objetivos comunes por el bien de la organización.
– ¿Cuáles fueron los mayores logros del Comunal Maipú durante su participación?
La credibilidad y unidad de los profesores. También logramos que nuestra organización fuera respetada en la comuna y fuéramos escuchados, además de que las autoridades de turno cumplieran lo que prometieron, aunque no fue todo.
– ¿Cómo se comportaron los alcaldes mientras usted estuvo como dirigente del gremio de los profesores?
Cuando yo estaba, Herman Silva ya estaba terminando su administración. Después Roberto Sepúlveda –que fue de las peores en su relación con los profesores-. Ahí empezaron los sumarios, despidos masivos, se fueron perdiendo muchos derechos, y ahora nos toca la administración de Alberto Undurraga. Él prometió muchas cosas, incluso firmó un protocolo de acuerdo -siendo él candidato-, que posteriormente lo cumplió a medias.
Religión: comunista
– Políticamente, ¿cómo inició su carrera?
Yo soy militante política desde agosto del año 88’, ahí empecé en el Partido Comunista. Pero antes de eso me sentía muy ligada e identificada, pero no activamente.
– Y qué ha significado ser comunista, ¿le ha traído problemas?
Nunca lo he escondido, siempre lo he dicho. Hubo un tiempo en que decir en este país “soy comunista” significaba incluso perder la vida. La discriminación por el hecho de ser comunista la vivo hasta el día de hoy, absolutamente. Cuando una se hace más conocida en algunas comunas y en algunos sectores, es vetada, y ahora sufro la situación de cesantía permanente. Tengo trabajos esporádicos, pero cuando me empiezan a conocer, hasta ahí nomás llega.
– Volviendo al tema de las simpatías políticas, ¿en qué momento se dio cuenta que el Partido Comunista era el suyo?
Hay toda una trayectoria detrás también, no fue por generación espontánea. Yo vengo del norte del país, nací en Chuquicamata, y viví en un ambiente donde la política se hablaba en forma normal en mi casa, porque mi padre fue dirigente de trabajadores del cobre –un hombre siempre ligado al socialismo- y discutíamos mucho de política. Yo lo acompañaba a las reuniones sindicales y recuerdo que no me aburría. Por ejemplo, conocí a Altamirano cuando fue a hablarles a los trabajadores del cobre. Entonces –creo- que de alguna manera eso te va marcando el ambiente en que tú vives y después las otras cosas vienen mucho más fáciles.
– ¿Y su familia qué opina respecto a que usted esté tan ligada a la política?
Cuando empecé a militar, ellos no supieron -no se los dije nunca- ni tampoco mi trabajo político clandestino, que en algún momento lo hicimos, porque el temor era muy grande. Entonces, para no darles una preocupación, nunca supieron que yo tenía esas actividades políticas. Lo supieron hace poco y lo respetan absolutamente, nunca he tenido problemas al respecto. Y lo entienden también porque mi papá estuvo muy ligado al tema político y sindical, entonces lo ven como normal.No más de lo mismo
– ¿Cuál fue su motivación para ser candidata a concejala?
Aunque a algunos les cuente entender, estas candidaturas no responden a un deseo personal. Los militantes comunistas cumplimos “tareas “. Si el partido decide que yo tengo que representar las ideas del partido, cumplo la tarea. Si el día de
mañana decide que mi tarea no es ésa, sino que en otro lado, yo voy a ir a cumplirla. Y no es tampoco que me ordenen. Por lo tanto, aquí no hay gustos personales en que yo decida levantar una candidatura, no. Aquí responde, en primer lugar, a que me siento representante de una alternativa política que pensamos que le hace falta a esta comuna, no queremos más de lo mismo.
– ¿Y cuál es ésa nueva propuesta?
Queremos un Gobierno Comunal con la gente, que tenga una administración con participación real, que la gente decida para qué quiere los recursos… Queremos un Gobierno distinto con la gente, queremos una comuna que se preocupe de los niños y tercera edad, y eso tiene que ver con la salud comunal. Que la comuna se haga cargo de lo que es educación. Hoy hay un franco abandono y deterioro de los establecimientos educacionales, además del mal financiamiento. Y otra gran preocupación es la seguridad ciudadana. La solución no va con poner cámaras de vigilancia que invaden la privacidad o poner casetas por todos lados. El problema de la delincuencia no lo va a solucionar el alcalde de turno ni la municipalidad, se tiene que solucionar dándoles mayores oportunidades a los jóvenes con riesgo social –y eso lo puede hacer la municipalidad-, que haya programas que se preocupen de esos jóvenes que están en tierra de nadie. Nuestra propuesta es tener un proyecto de educación que incluya a esos jóvenes en riesgo social, que los saque de las calles y de estar parados en las esquinas drogándose y tomando. Se necesitan programas y proyectos dedicados especialmente a ellos
– En cuanto a la candidatura a alcalde de Juan Andrés Lagos, ¿ustedes creen que es una forma de presión para el acuerdo por omisión?
No. El acuerdo por omisión –hasta lo que yo tengo entendido, porque se ha manifestado públicamente- es en aquellas comunas donde existe la alcaldía de derecha. Y el pacto por omisión está referido a recuperar solamente esas alcaldías, no las candidaturas a concejales. Esto significa que en aquellos lugares donde haya un alcalde de derecha, y en donde la Concertación tenga una votación importante y sumada a la nuestra es posible obtener el triunfo, entonces nos omitimos. Ahora, hay otras comunas –por ejemplo Estación Central- donde tenemos buenas posibilidades de una votación importante con nuestro candidato Hugo Gutiérrez, en donde ahí podría haber una omisión por parte de la Concertación. Ése es el acuerdo por omisión. Hay conversaciones hasta ahora, no hay nada final al respecto. La misma DC ha ratificado que siguen habiendo conversaciones, pero no está dicha la última palabra.
– ¿Cómo explica usted que en el Parlamento, tanto Derecha como Izquierda, estén votando en bloque los proyectos? ¿A qué se debe esa asociación implícita que se ve desde hace un tiempo?
Me lo explico de la siguiente manera. En primer lugar, nosotros hemos señalado en forma muy crítica, como oposición a este sistema neoliberal, de que aquí lo que se ha hecho es administrar el modelo que dejó Pinochet. Cuando expresamos eso, nos explicamos de alguna manera por qué votan a favor de leyes que, en realidad, van en contra de lo que piensan las grandes mayorías. Eso por una parte. Por otro lado, este sistema ha hecho de que muchos parlamentarios –inclusive la Ministra de Educación- son empresarios de la educación. Entonces cuando se dan cuenta de que transformaciones más profundas echarán a
perder el negocio educacional que se está dando hasta ahora, obviamente van a votar en contra. Y eso es lo que se está dando en el Parlamento. El tema aquí es que están acordando cosas entre cuatro paredes, acuerdos consensuados, y cuando salen a la luz, todos sabemos que no son para beneficiar a las grandes mayorías, sino a un grupo y para seguir subsistiendo con el modelo.
– Supongamos que usted es una pitonisa. ¿Qué pronostica para las próximas elecciones municipales en Maipú?
Sin tener bola de cristal ni nada (ríe), pienso que se nos abren unas muy grande posibilidades a la lista del Juntos Podemos Más. Creo que vamos a aumentar la votación acá y que vamos a tener presencia en el Concejo Comunal Municipal. Si no es uno, dos concejales. Porque hay que considerar que aquí van cinco listas y hoy existe mucha disconformidad, mucho desaliento y desesperanza, y los votos se van a ir a alguna parte. Y pensamos que en ese contexto vamos a tener muy buenas posibilidades. Estamos trabajando para que esas voluntades que se expresan en contra de este sistema imperante, voten por nosotros y esta nueva alternativa, en un cambio de verdad y no más de lo mismo. Creo que nos va a ir bien y podremos mirar de otra manera la próxima elección presidencial, será un contexto político diferente, será un llamado de atención para la concertación. Porque nosotros, como comunistas, pensamos que lo peor que le puede pasar a este país es tener un presidente de derecha, sería una desgracia.
Nadia Ávalos asegura que es tal el descontento al interior de la Concertación, que hay –incluso- gente ligada a la Democracia Cristiana que ha comprometido su voto con los candidatos comunistas, pues están descontentos con los resultados de las últimas administraciones, por basarse en un sistema fundamentado en la posesión de los cargos: “están hasta arriba con todo lo que está pasando, además de que este sistema ha hecho que quienes están en el poder se hayan apoderado de los cargos y no los pueden sacar”, enfatiza.
Nota de la Batalla: Nadia Avalos, es en la actualidad concejal(a) de la comuna de Maipú (2008-2012)
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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