No es fácil dar con el bar Panguipulli. Sobre todo una noche tan brumosa como la del sábado recién pasado (31 de mayo). Se pierde entre los neones de las botillerías de calle Portales, llegando a Huáscar.
Dentro, encontramos a representantes de cuatro generaciones de cantautores maipucinos: Pancho Provoste; Branco Figueroa; Jaime Barrueto e integrantes de Alawaite; además de jóvenes como Edgardo Cruz, Javier Marín y Lautaro Llancaqueo.
Se trató de “Sonidos Periféricos IV”, tocata pro fondos para la grabación de “Guitarra Fusilera”, disco de Jaime Barrueto, sucesor del demo EP del mismo nombre editado en 2011.
A fin de cuentas y según el propio Barrueto: “Entre los gastos varios, me van a quedar cinco lucas”. “Pero en realidad fue la excusa para juntarnos —agregó— y para darle cabida a cabros jóvenes, que por lo general no les dan la mano para tocar en ningún lugar”.
Descubrí (yo, en lo personal) la música de Lautaro Llancaqueo, que calificaría como fuerte y clara, y compararía con una llama batiéndose con el viento.
Fue uno de los puntos altos, a mi parecer, junto con la presentación del propio Barrueto que, salpicada de llamamientos al silencio, resultó bastante extensa. Mientras por mi oído izquierdo entraba una conversación estridente, mis ojos captaban a un hombre embelesado por el canto en homenaje a Alan Rodríguez.
El “Panguipulli”
“El Panguipulli ha sido EL local por muchísimos años con música en vivo original”, destaca Barrueto.
Tanto él como “Mosila” Urzúa, de Alawaite, coinciden en que ha cobijado a cierta escena musical de la comuna.
Una escena, según Urzúa, imbricada en aquel movimiento que tiene al “Pingüinazo” de 2006 como uno de sus símbolos identitarios.
Dice:
Yo siento que hoy en día nosotros, que estamos viviéndolo, no nos damos cuenta, pero históricamente dentro de la comuna es un momento como súper importante.
Y agrega:
Yo creo que cuando tenga cincuenta años voy a mirar hacia atrás y me voy a sentir orgulloso de haber estado haciendo algo artísticamente importante en un momento importante de la historia, no solamente de Maipú.
Luego menciona organizaciones políticas, sociales y culturales —“Colectivo La Base”, por ejemplo— y personas —Ariel Ramos (concejal del Partido Comunista) y Javo Caris (de “La luz del Mambo”), por ejemplo—, como partes reconocibles de aquel momento.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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