Por María Elizabeth Hernández Figueroa, Candidata a Constituyente Distrito 8.
Las Maipucinas y los Maipucinos sabemos que estamos inmersos en un sistema tremendamente injusto, en donde las personas reciben pensiones de hambre, salud y educación de mala calidad, endeudándonos para intentar llevar un día a día decente, sin embargo resulta difícil alcanzar condiciones dignas para cada familia que habita en nuestra comuna.
Desde mi experiencia, como maipucina criada y educada en la comuna, puedo entender que somos familias de esfuerzo, hemos estudiado y trabajado para lograr un mejor vivir y por lo mismo me doy cuenta cómo la actual Constitución está hecha para favorecer a las grandes corporaciones y a sus representantes, antes que a las personas. Hoy tenemos la oportunidad histórica de redactar una nueva Carta Magna desde la ciudadanía y de quienes hacemos Chile. No podemos dejar el proceso en manos de quienes en 30 años no han tenido la voluntad de construir un País más justo, especialmente para los adultos mayores que no pueden seguir esperando para poder vivir dignamente. Tampoco podemos permitir que las niñas, niños y adolescentes que tienen la esperanza de crecer en un Chile diferente, se queden sólo en la ilusión o el sueño de hacerlo.
Una de mis prioridades en la Nueva Constitución es devolver los derechos Sociales a la Ciudadanía, es decir, acceso a Salud y Educación gratuitas y de calidad, Pensiones dignas con perspectivas de género y derecho a la Vivienda. Sin embargo, como solo puedo elegir un artículo, será el siguiente:
Derecho a la Educación:
“El Estado deberá financiar, garantizar y priorizar como un valor esencial el acceso a la educación Pública, gratuita y de calidad, en todos sus niveles, Parvulario, Básica, Media y Superior“
Además de los derechos sociales no puedo dejar fuera el desafío más grande que tenemos como especie humana para los próximos años, me refiero al Cambio Climático.
Si reflexionamos un poco podemos darnos cuenta que nuestro clima ha cambiado. Es cosa de recordar cómo hace 20 años las grandes y sostenidas lluvias en invierno anegaban las calles de nuestra comuna. Estábamos pendientes de que el Municipio preparara las calles para una cruda estación, comprábamos chaquetas, botas, paraguas mientras niños y niñas faltaban al colegio los días difíciles. Pero hoy esos problemas son parte del pasado puesto que actualmente los inviernos son cortos y de pocas lluvias. Se ha dado paso a extensos periodos de calor y altas temperaturas, lo que se agrava aun más cuando tenemos cada vez menos áreas verdes con las cuales aumentar nuestra calidad de vida.
Esta situación es especialmente dramática en Maipú, ya que nuestro consumo de agua depende en gran medida de las lluvias y de la respectiva recarga del acuífero de donde SMAPA extrae el agua. Entonces derechamente nos preguntamos, ¿hasta cuándo tendremos agua si la sequía se mantiene? Por otra parte, la falta de agua se manifiesta en la menor disponibilidad de frutas y verduras, por ello cada vez es más caro ir a la feria y prácticamente inviable comprar fruta en el supermercado.
Para enfrentar este desafío necesitamos que se reconozca y se asuma la problemática en la nueva Constitución, para que así tanto los gobiernos de turno como los municipios no se puedan seguir desligando del tema, cortando árboles y destruyendo las pocas áreas verdes que nos quedan.
Es por lo anterior que para la nueva carta Magna propongo no solo un artículo, sino que un principio constitucional: “Principio de Acción Climática”.
Contar con esta herramienta nos permitirá alinear la Constitución bajo un enfoque ecológico y de futuro, a través del cual podremos implementar una nueva institucionalidad Climática que pueda ir fomentando, orientando y controlando los avances de los compromisos internacionales adquiridos por Chile, como al acuerdo de París. Además, emplazaremos a nuestras autoridades a que se hagan cargo, destinando atención y recursos al cuidado de nuestra agua, a la calidad de vida de nuestros adultos mayores, a la mantención de áreas verdes, y a responder con fuerza frente a nuestras mayores amenazas ambientales, como el cordón industrial de Camino Melipilla y los presentes y futuros proyectos que afecten nuestra seguridad hídrica.
En la convención constitucional no podemos olvidar de dónde provenimos y hacia donde avanzamos como sociedad, debemos evolucionar bajo el prisma de la vida en comunidad, en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
MARÍA ELIZABETH HERNÁNDEZ FIGUEROA
PARTIDO ECOLOGISTA VERDE
Pacto Partido Ecologista Verde
Ingeniera en Administración
Programa