Las desvinculaciones masivas de la administración Barriga fueron muy celebradas en su momento.
Recuerdo a un amigo, votante “progresista”, encomiando el talante férreo de la nueva alcaldesa de Maipú, que había echado “a los apitutados, que no trabajan”.
Los tribunales se han encargado de desmentirlo, al menos en lo de que no trabajaban.
Las y los trabajadores a honorarios, cuyos contratos se renovaban periódicamente y que la administración entrante no renovó, demandaron a la municipalidad por despido injustificado, nulidad del despido y cobro de prestaciones.
Esto, bajo el entendido de que, en realidad, a pesar de estar contratados bajo esa modalidad, desempeñaban funciones permanentes y bajo subordinación, por lo que resultaban aplicables las normas del código del trabajo. No bastaba solo con no renovarles el contrato.
Por de pronto, había que notificarles primero conforme a la ley.
Un reciente reportaje de El Dínamo proyectó que la municipalidad de Maipú podría desembolsar unos veinte mil millones de pesos por juicios perdidos.
EL DESCALABRO SERÍA TAL que preferimos quedarnos, por ahora, con el desmentido de la municipalidad…
Ahora, una de las formas de poner término a un juicio antes de llegar al final (es decir, antes de perderlo, eventualmente) es la transacción. Un acuerdo entre el trabajador y el municipio, que consiste básicamente en que este le paga un monto al trabajador, sin reconocer nada de lo que alega.
Evidentemente, para transigir se necesita plata. Y el concejo municipal es el órgano por el que pasa la plata, al menos las grandes cantidades, que gasta la municipalidad.
Es por ello que la administración lleva al concejo la aprobación de las transacciones. Es decir, de la plata que va a necesitar para pagar el monto que se comprometió a pagar.
El miércoles 6 de junio, El Dínamo publicó la transcripción del audio de uno de aquellos juicios laborales, en el que la jueza le dice al abogado de la municipalidad de Maipú, quien dijo que no podía acordar una transacción, por no haber aprobado el concejo las platas…:
–A ver… No puedo dejar pasar la molestia que siente el tribunal cuando otorga facilidades para que se dé una salida al conflicto, que lo puede llevar a condenar y pagar mucho dinero, y se despilfarre una oportunidad. Eso primero quiero representarlo. Yo no sé quién es el responsable, pero aunque usted tenga la mejor contestación del mundo, si no tiene gente atrás que avale las decisiones correctas en la oportunidad que se les da, va a perder los juicios y va a tener que responder por eso. Es plata municipal, eso es lo que más duele. Si vamos a condenar al municipio, no es como condenar dinero de privados, es plata de la gente. Están arriesgando a perder plata de la gente. Usted vino sin nadie, no vino nadie a absolver posiciones, lo mandaron solo…
–Sí, Su Señoría… No concurrió ninguna de las personas que tienen facultades…
–Entonces, ¡cómo! De verdad, me parece impresentable que el municipio, que es una organización que se supone que es respetuosa del tribunal, no mande a nadie a absolver posiciones, sabiendo que eso lo puede llevar a perder el juicio en un dos por tres. Eso realmente le hace perder el juicio a una parte. Si no puede venir la señora Barriga, por último mandará a alguien, no sé, al señor Carlos Farlie, el abogado que está compareciendo por la municipalidad. ¿Dónde está él? ¿Cómo no puede venir? ¿No se rebaja a venir al tribunal el caballero? Eso me parece impresentable, incluso es denunciable. No puede ser que porque alguien no quiera venir puedan perder millones de pesos. No le puedo dejar pasar esto. Usted me disculpa, abogado, pero esta situación nos hace perder tiempo a todos. Si realmente la municipalidad es inteligente, se va a dar cuenta de que le va a convenir acordar lo juicios y, si no, alguien va a tener que responder por las decisiones poco inteligentes y oportunas que pueden tomar, y que van a involucrar el patrimonio municipal y eso es lo que más duele. Esa gente tiene que tener responsabilidad política por eso.
La misma mañana que se supo esto, en concejo, la alcaldesa le decía al concejal Donoso que se querellaría en su contra, por injurias y calumnias:
—Nos vemos en tribunales.
Esto a raíz de unos dichos del concejal a propósito del mismo tema. En fin, el concejo haciendo agua.
En el mismo concejo, la concejala Silva alegó haber recibido una “respuesta paupérrima” a su pregunta por el detalle de las desvinculaciones y los juicios. Un reclamo que en todo caso se oye desde hace meses.
Es decir, sin considerar, aparentemente, al concejo, y bajo una impronta pretendidamente apolítica —como suele operar la derecha—, la municipalidad desvinculó gente. La concejala Silva pidió el detalle de las desvinculaciones y los juicios, recibiendo una “respuesta paupérrima”. Esa gente demandó a la municipalidad y esta se comprometió a pagarle para terminar los juicios, pidiéndole a la concejala Silva que apruebe los montos…
Tanto la alcaldesa como las y los concejales son autoridades políticas. La política supone la deliberación pública. Es decir, la discusión sobre los pro y los contra de las decisiones.
Más allá de si la defensa del municipio, es decir su equipo jurídico, está haciendo agua, me parece que lo que hizo agua originalmente es la manera de administrar la comuna, pretendidamente por fuera de la política de la administración Barriga.
Por fuera de la política están, precisamente, los tribunales, que es donde la alcaldesa seguirá viendo al concejal Donoso, además de a la concejala Silva y al concejal Ramos.
[La imagen de portada es de la municipalidad de Maipú].
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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