Pareciera que se adelantó la noche de Halloween y cierto es que no hay recuerdo ni en los peores momentos de campañas municipales anteriores en la comuna de Maipú, del grado de violencia, matonaje y amedrentamiento que ha traído consigo la actual contienda electoral.
Imágenes televisivas videos y relatos de prensa, dan cuenta de una inusual y desmedida ola de violencia en la que se involucra a integrantes del comando de campaña de Joaquín Lavín hijo, incluso de una presunta amenaza de muerte de la que habría sido objeto un integrante del comando de Vittori por parte de una persona que las imágenes muestran en un recinto policial, vestido con chaqueta de cuero y sindicado como jefe de campaña de Lavín.
La madrugada del día martes fueron correrías nocturnas, frenadas, groserías, agresiones y destrucción, las que -según citan diferentes medios informativos- se apoderaron del centro y entorno de calles principales de la comuna.
Los maipucinos ya deben tener a esta altura tomada la decisión respecto de cuáles serán sus preferencias electorales, pensando en el bien de la comuna y la continuidad y avance del progreso y desarrollo de los últimos años, consiguientemente cuesta explicar racionalmente esta vocación pendenciera de algunos personajes violentistas que solo ensucian procesos cívicos tan normales en una convivencia democrática.
El domingo los electores concurrirán a las urnas y tomarán una decisión en un ambiente tranquilo, pacífico y de respeto por los resultados cualquiera que estos sean.
¿Qué sentido o desviación obsesiva tiene subir o destruir un cartel más o un cartel menos a unos cuantos días de la elección?
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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