Viernes 27 de abril, en el Teatro Municipal tenía lugar la cuenta pública de la administración de la Alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga. El evento destacaba por las luces, cámaras, alfombra roja, personal contratado para “motivar a los asistentes” a aplaudir, book de fotos de Cathy Barriga, entre otras cosas. Lo que debía ser una actividad “simple” que todas las instituciones públicas deben realizar por ley, se transformó en algo más parecido a un espectáculo. Entre los asistentes asomaba una sola pregunta: ¿Cuánto fue lo que se gastó en semejante acto? Pues bien, esta semana nos enteramos por la prensa, que la cuenta pública tuvo un costo de $48 millones de pesos.
¿Pero está dentro del rango normal de lo que gasta una municipalidad para hacer una cuenta pública? Claramente NO, si lo comparamos con el presupuesto de otros municipios (de mayores recursos) para estos mismos fines, como Providencia ($12 millones aprox.), Las Condes ($20 millones aprox.) o Vitacura ($3millones aprox.). Y en este punto pareciera imposible no disgustarse o sentir extrañeza. Si justamente el espíritu de la cuenta pública es que los vecinos y vecinas de la comuna puedan informarse y fiscalizar lo realizado por la municipalidad, en aras de velar por el correcto uso de los recursos públicos, el montar un verdadero espectáculo sólo para ensalzar la figura de la alcaldesa es totalmente irracional e irresponsable, y apunta totalmente a lo contrario. Esto es aún más grave cuando los problemas de los vecinos y vecinas son múltiples: educación, salud, filtraciones de agua, microbasurales, hoyos en las calles, áreas verdes y un largo listado que afectan a los distintos barrios de la comuna. Entonces, ¿no había ningún otro problema al que se pudiera destinar esos $48 millones de pesos o parte de estos?
Esta situación no es más que la expresión de una política que no se hace cargo de administrar el gobierno local para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sino que para posicionar mediáticamente a Cathy Barriga. Los maipucinos y maipucinas quedamos relegados a un rol de meros espectadores, a merced del despilfarro de recursos públicos con tal de asegurar una buena oportunidad para posicionar a la alcaldesa. No importa el costo, Maipú está al servicio de Cathy Barriga y no Cathy Barriga al servicio de Maipú.
Ante esta irresponsabilidad, lo mejor que podemos hacer como maipucinos y maipucinas es estar atentos y sacar la voz cuando sea necesario, porque lo peor que puede ocurrir es que este tipo de situaciones se transformen en algo “normal”. Después de todo debemos dejar en claro que con los recursos públicos no se debe jugar. Ahora bien, el desafío para las fuerzas políticas es aún mayor y va más allá de solo quedarse en la denuncia y el descontento con la actual administración. El desafío es avanzar hacia la construcción de un proyecto político local que le haga sentido a la gente, responda a sus necesidades, sepa incluir sus anhelos para los próximos años, pero también que se haga cargo de hacerlo con responsabilidad presupuestaria y transparencia en su accionar, para que finalmente el día de mañana sean varios los que estén al servicio de la comuna y no la comuna al servicio de unos pocos.
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