El 29 de diciembre del 2016 ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, del Ministerio del Medio Ambiente, el proyecto de construcción de un oleoducto entre Maipú y Pudahuel, para abastecer de kerosene de aviación al aeropuerto.
Para esto, la empresa SONACOL presentó un Estudio de Impacto Ambiental.
Entre el 9 de enero y el 3 de abril de este año, la ciudadanía y los organismos públicos involucrados pudieron hacer llegar observaciones a dicho Estudio.
A partir de estas, el Servicio de Evaluación Ambiental entregó un Informe consolidado de solicitud de aclaraciones, rectificaciones y/o ampliaciones (ICSARA).
Ahora la empresa está elaborando la Adenda al Estudio de Impacto Ambiental que presentó, con sus respuestas al ICSARA, para cuya entrega tiene plazo hasta el 25 de septiembre.
Hasta ahí el curso institucional del proyecto.
Pero en ningún caso la empresa ha dejado de actuar en terreno. Desde hace ya varios años que ha buscado aproximarse a la comunidad circundante al trazado.
“Esto porque SONACOL, en el marco de su programa de responsabilidad social, tiene el compromiso de trabajar por mejorar la calidad de vida de las comunidades en las que opera”, dice.
Tampoco han dejado de actuar las y los vecinos organizados en la Coordinadora Ciudadana No al Oleoducto de Sonacol en Maipú, “ya que el proyecto presenta varias falencias y es un peligro para nuestra calidad de vida”, por la vía de la recolección de firmas para presentárselas a la autoridad competente, y difusión, por ejemplo.
La noche del martes 23 de este mes la empresa se reunió con representantes de dos juntas de vecinos del sector de El Abrazo.
Según la empresa, tenía como objetivo invitar a las juntas de vecinos de los barrios del área del proyecto a integrar mesas de trabajo “en las que se puedan abordar los tres temas principales que preocupan a los vecinos: seguridad barrial; medidas de mitigación y contribuciones a beneficio de la comunidad”.
De acuerdo al artículo 13 de la Ley de Medio Ambiente, los acuerdos entre el titular del proyecto e interesados durante el proceso de evaluación de impacto ambiental no son vinculantes para la calificación ambiental del proyecto.
Esto es, no sujetan a la autoridad a la obligación de aprobar o no el proyecto.
Ahora, el artículo 17 señala que los proponentes deberán informar a la autoridad ambiental si han establecido, antes o durante el proceso de evaluación, negociaciones con los interesados con el objeto de acordar medidas de compensación o mitigación ambiental, “individualizando en tal caso a las personas con quienes se estableció la negociación, así como el contenido y resultado de la misma”.
Si fuere aprobado el proyecto, y este contempla compromisos ambientales voluntarios, el titular estaría obligado a cumplirlos.
“Dentro de lo que se conversó en esa reunión, SONACOL dijo que se iban a firmar unos pactos, que se iban a firmar unos documentos”, cuenta Maribel Soto, dirigenta social de Portal del Bosque que estuvo en la reunión.
Ella piensa que en definitiva serían presentados en respaldo del proyecto, “porque ya eso se hizo el año 2013, cuando hicieron las participaciones ciudadanas con Portal del Bosque. Hicieron firmar a muchas personas que ni siquiera eran dirigentes, indicando que habían aceptado el proyecto, y ahora se conversa con las personas involucradas y ellas indican que en ningún momento aceptaron el proyecto, e inclusive sacaron firmas en contra”.
Tanto como ella Raúl Gómez, vecino de El Abrazo que también asistió, estima que este barrio maneja en general muy poca información sobre el tema.
—¿Producen este tipo de instancias el efecto de dividir a la comunidad afectada?
—A las juntas de vecinos que no conocen del tema o que se entregaron desde el primer momento a hablar con SONACOL puede ser que sí —responde—, pero la mayoría de los dirigentes dentro de la coordinación ciudadana que tenemos tienen la postura de rechazo absoluto al proyecto.
Es así que la Coordinadora Ciudadana No al Oleoducto de Sonacol en Maipú ha hecho un llamado en el sentido de “que estamos esperando las respuestas a las observaciones y que es conducto regular que debemos seguir”.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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En el caso del barrio Los Bosquinos, las participaciones tempranas del veranito 2014-2015, adjuntadas por Sonacol para su proyecto 2da Línea Oleoducto M-AAMB, no son más que un montaje pseudometodológico-comunicacional: pinches reuniones sostenidas a puertas cerradas con supuestos "líderes" vecinales de la época. Cuatro o cinco reuniones realizadas entre la empresa de comunicaciones contratada por Sonacol y 4 o 5 vecin@s sin atribuciones de representatividad alguna. Muestreo, al peo.
En el caso específico de villa Portal del Bosque, se sabe que F.A.N.P no formaba parte de la directiva de la época y no era portavoz de ningún tipo de discusión, debate u opinión vecinal sobre el proyecto de SONACOL. Dicho de otro modo, F.A.N.P no era representante comunitario y en ningún caso el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental debiera catalogar las reuniones de SONACOL con F.A.N.P como acuerdos de aceptación colectiva hacia el proyecto Segunda Línea Oleoducto M-AAMB o como acuerdos de mitigación frente a los impactos negativos del mismo.
El proceso de participaciones tempranas 2014-2015 no fue ni completo ni satisfactorio, ya que la directiva del comité de adelanto de la época solicitó reuniones con los representantes de la Sociedad Nacional de Oleoductos con el objetivo de concretar encuentros abiertos hacia las bases vecinales de Villa Portal del Bosque, pero dichas peticiones no tuvieron respuesta por parte de SONACOL. Los petroleros no quisieron enfrentarse a legítimos representantes ciudadanos.
Hoy día, Sonacol vuelve a las mismas y con más patrañas. Si Sonacol llama, NO ASISTA, su firma será mal utilizada y su opinión, tergiversada y manipulada.