El lunes 23 de abril, Sonacol le respondió a la Coordinadora No al Oleoducto de Sonacol en Maipú, sobre su propuesta de trazado alternativo para el oleoducto que la empresa proyecta construir en la comuna. El martes 24 detalló los resultados de su estudio de factibilidad de la propuesta.
El martes 24, Sonacol señaló que “de acuerdo al compromiso adquirido, la empresa realizó un análisis exhaustivo de la propuesta recibida, que incluyó una revisión en terreno del trazado planteado. Impactos ambientales, sociales, técnicos y económicos, además de una extensión notoria en los plazos de construcción, complican su implementación”.
Y detalló los resultados de su estudio de factibilidad de la propuesta:
Aspectos técnicos y ambientales
“En los sectores de intervención urbana, Sonacol utiliza el mismo corredor energético donde se encuentran oleoductos en operación desde hace 60 años sin ningún incidente, y que transporta la totalidad de los combustibles que se consumen en la Región Metropolitana. Esta medida va en línea de lo recomendado por la autoridad, y evita el uso de terrenos o cambios de uso de suelos”.
“La propuesta de la Coordinadora considera a Curacaví como punto de origen, comuna donde no existen las instalaciones necesarias para realizar los procesos operativos y de seguridad requeridos para el almacenamiento, tratamiento y despacho de los productos. En términos concretos, para hacer factible la propuesta sería necesario construir una nueva Planta de Almacenamiento de Combustibles en 40 hectáreas de terrenos agrícolas que hoy no están habilitados para estos fines, y que requieren un cambio en el uso del suelo por parte de la autoridad”.
“Por otra parte, el limitado espacio disponible para la instalación del oleoducto al costado de Camino El Molino, Cuesta Barriga y Ruta 68, dificultan su ejecución. Junto con ello, la intervención en puentes y cercanía de túneles representa problemas ingenieriles para garantizar la estabilidad y seguridad de estas estructuras”.
“Finalmente, la intervención en cerros y los movimientos de tierra asociados a ella, interrumpen el normal tránsito de la Ruta 68, generando un alto impacto vial en la principal conexión entre Santiago y Valparaíso”.
Un sistema de transporte de estándar internacional
“El actual proyecto en tramitación ambiental supera ampliamente los estándares de seguridad y operación de la normativa chilena. Sin embargo, y tomando en consideración las aprehensiones de la comunidad, la empresa propuso medidas adicionales, entre las que se incluyen las siguientes:
• Aumentar la profundidad del oleoducto de 2,0 a 2,20 metros en las áreas urbanas (la normativa indica 0,90 metros).
• Incrementar la cantidad de válvulas telecomandadas en el área urbana, instalando una cada 3 Kms. (lo usual es instalarlas cada 12 Kms.).
• Instalar losetas de hormigón, para aumentar la protección sobre el oleoducto en las zonas residenciales, aun cuando el sobre espesor de la cañería ya considera protección adicional a la establecida en la normativa.
• Efectuar inspecciones internas con equipos robóticos inteligentes de alta resolución con mayor periodicidad a lo que establece la norma”.
Sonacol, además, reiteró su voluntad de mantener el diálogo con la Coordinadora No al Oleoducto, así como con todas las comunidades involucradas en el proyecto.
Necesidad país
“El Proyecto busca garantizar en el corto plazo el abastecimiento del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez. Actualmente ya se están realizando 10 viajes diarios en camiones para dar respuesta al aumento de la demanda de combustible”.
“Por la naturaleza del trazado propuesto (construcción de una nueva planta de abastecimiento en Curacaví y nuevo oleoducto), se estima que pasaría más de una década para su operación, lo que podría derivar en una situación crítica para la logística de abastecimiento del principal terminal aéreo del país”.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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