El femicidio número 36 en lo que va del año en Chile se cometió ayer en Maipú.
Así lo consigna en el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) en su estadística oficial.
Según informó www.cooperativa.cl, el lunes 10 de noviembre de 2014, Claudio Mella de 23 años asesinó a su pareja Paulina Iturriaga, de 26, con arma blanca, en el pasaje Quillagua de la villa San Luis.
Tras ello atacó a sus dos hijos de 6 y 4, matando a este último.
El sujeto, que ya tenía una denuncia por violencia intrafamiliar que fue sobreseída en 2013 por “buena conducta”, confesó el crimen a Carabineros.
Femicidio es el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer.
El femicida mata motivado por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad sobre las mujeres.
El concepto fue creado en la década del 70 para hacer visible una realidad que hasta el momento no se estaba considerando: La dominación que ejercen los hombres sobre las mujeres es tan grande que muchas veces termina en asesinato.
Según un informe difundido por la ONU, un 50% de los asesinatos de mujeres en el mundo, (y en algunos países un 70%), son perpetrados por sus parejas varones, mientras que sólo un 5% de las muertes de hombres en el mundo son provocadas por sus parejas mujeres.
El mismo informe se refiere a las motivaciones de estos asesinatos: Mientras los hombres matan mujeres por sentirlas de su propiedad, las mujeres matan hombres buscando una salida a la violencia recibida por sus parejas.
Sin embargo, el femicidio es más que el asesinato de un hombre a su pareja mujer.
Para Diana Rusell, (la creadora del término), y Jill Radford, ambas investigadoras feministas, siempre que alguna forma de violencia machista resulte en muerte, se produce un femicidio. En su definición especifican cuáles son estos tipos de violencia:
“El feminicidio representa el extremo de un continuum de terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como: violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina, y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones), operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías gratuitas), heterosexualidad forzada, esterilización forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía plástica, y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento”
Es interesante notar que para estas autoras el Estado es responsable del femicidio de las mujeres que mueren por abortos clandestinos.
Según el SERNAM, en Chile solo se considera femicidio (y por lo tanto se contabiliza) el asesinato cometido por un hombre hacia su cónyuge o conviviente.
Hay antecedentes en la comuna. De acuerdo a la información que maneja el SERNAM, en marzo de 2013 Sebastián Gajardo asesinó con arma blanca a su conviviente, Karen Sotomayor, de 38 años; y en noviembre de 2011, Domingo Muñoz, de 55 años, había asesinado a su pareja, Berta Fabres, de 37 años, también con arma blanca, luego de una violenta discusión.
[Imagen de La Batalla].
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