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El futuro de la DC Maipú en la voz de sus camaradas

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Tiempo de lectura: 6 minutos

Por Sergio Benvenutto y Bárbara Pizarro.

Apenas terminó el recuento de votos, la tarde del domingo 11 de diciembre de 2016 en el Colegio Carolina Llona, y se supo que Freddy Campusano era el presidente electo del Partido Demócrata Cristiano comunal Maipú, fue saludado por la lista perdedora, encabezada por la ex administradora comunal de la gestión Vittori, Alejandra Bustamante.

Luego se formaron sendos corros, bien separados, en torno de Campusano y de Bustamante. El de Bustamante mucho más cerrado, más compacto. El de Campusano más laxo y desdibujado.

Posteriormente, emocionada, Bustamante hizo una arenga ante sus adherentes, en la que aseguraba que no volverían a permitir que se atentara contra la dignididad de los miembros del partido, aludiendo a la contracampaña que hicieron a Vittori y su equipo los partidarios de Campusano en las pasadas elecciones municipales. “¡Agradezcan que no votó Juan Aliaga!”, concluyó este en tono de chanza. Es uno de los quince camaradas suspendidos por apoyar al alcalde saliente en su intento de reelección, en vez de al candidato oficial.

Campusano no dio ningún discurso y se limitó a recibir los saludos, tras una jornada a lo menos superficialmente fraterna, “un proceso republicano que sin duda ha tenido hoy día un día bastante armónico”, en palabras de Bustamante; “un proceso que se valida”, en palabras de alguien que se mantuvo cercano a ella, el ex SECPLA Raúl Villagrán.

“Hoy día vivimos un proceso democrático —indicó por su parte Rodrigo Velásquez, jefe de gabinete de Vittori que sin embargo apoyó a Campusano en esta pasada—, de participación ciudadana, básicamente con la participación de nuestros camaradas, tuvimos una baja en relación a las elecciones pasadas, no hay que negarlo, es una realidad. A pesar de eso y a pesar de que nos tocó un fin de semana largo, pese a todos los inconvenientes, a pesar de pasar un proceso eleccionario en la comuna en donde fuimos derrotados por la derecha, a pesar de ello estamos contentos, muy conformes, porque los camaradas de alguna u otra forma se volcaron a las urnas a demostrar que querían un proyecto, a demostrar que efectivamente les importa la vida partidaria y por sobre todo les interesa saber qué va a pasar con el partido de aquí para delante”.

Alguna voz, como la del abogado Sergio Barrientos, advirtió un origen no tan virtuoso en dicha participación, en cuanto uno de los sectores concurrentes, el que apoyó la candidatura de Bustamante, estaría “mayormente representado por funcionarios municipales que buscan mantener su cargo”.

Ahora, desde el mismo sector campusanista, Lucía Varas entiende que se busque negociar con la actual administración, por cuanto “si el partido tiene que defender a los buenos camaradas, no los camaradas que hacen uso del partido, tienen que haber conversaciones, porque toda alcaldesa o alcalde sabe que dentro de su territorio hay partidos políticos”.

El concejal Abraham Donoso no le ve mucho futuro a dicho propósito, en tanto “yo creo que la alcaldesa no tiene interés en los partidos políticos”, mientras que el citado Barrientos lo califica derechamente como “una estupidez”, “porque siento que la administración de Barriga va a ser súper dura y se vienen tiempos muy duros para la Nueva Mayoría, y para cualquier cosa que suene a algo distinto a la derecha tradicional chilena”.

Tocante con esto, e independientemente del resultado, para el concejal Donoso estas elecciones marcan un antes y un después, en el sentido de que al estar fuera del gobierno comunal, y en atención a “que mucha gente milita en virtud de un trabajo, entonces hoy día vamos a saber en realidad cuántos somos, cuántos vamos a ser, los militantes fieles y los accidentales”.

Ya con el resultado en la mano, Francisco Pincheira observó que perdía un sector interno acostumbrado a ganar, “y hoy día se da, se transforma y comienza, yo creo, un nuevo tiempo, comienza una nueva etapa que queremos todos los democratacristianos, de verdad que nos unamos, y podamos de alguna manera aprovechar esta instancia para que muchos más lleguen a nuestro partido y empezar desde cero una situación que a lo mejor va a ser para todos nosotros buena”.

Francisco Pincheira.

En general, todas y todos quienes conversaron con La Batalla apuntaron a la unidad del partido a nivel local como el primer desafío de la nueva conducción. Esto luego de reconocer sin excepción la división interna en dos bloques:

“Indudablemente que hoy tenemos una división al interior de la colectividad —declaró Lucy Morales—, ya que el resultado de la votacion comunal lo evidencia. Todo esto, producto de las pugnas de poder que existen con quienes confunden los cargos públicos con la vocación social, y sienten que deben ser beneficiados con trabajo en los estamentos públicos y negociar sueldos ostentados solo por ser parte de una directiva, olvidando que existe un solo propósito, la unión de metas y fines, en son al humanismo cristiano”.

“Efectivamente, porque aquí hay un hecho súper relevante que está en las actas del concejo —rememoró Donoso por su parte—, donde en el período de Christian hubo despidos de camaradas, y ni el presidente del partido ni la presidenta del partido dijeron nada… No se pronunciaron, entonces yo creo que desde el discurso a la práctica hoy en día hay un tremendo trecho de confianza, y yo creo que ese trecho de confianza está absolutamente roto, quebrado”.

Sergio Barrientos lo explica a partir de “la mala gestión que hizo Vittori a nivel político y a nivel de lo que hizo con la Democracia Cristiana, porque terminó dividiendo un partido”.

Desde el otro lado, Alejandra Bustamante apuntó a quienes durante las elecciones “nunca entendieron que había un bien colectivo, un bien superior, y que era efectivamente ganar la municipal. Al contrario, prefirieron hacer otros acuerdos, otras negociaciones, que afectaron a toda nuestra gente”.

En términos muy generales, podría decirse que desde el sector más cercano al exalcalde (hasta hace algunos meses democratacristiano) —que cabría llamar bustamantista— hay una tendencia más marcada que en el otro a sectorizar el conflicto. En todo caso, las distintas posturas parecen converger en la idea de que la división en bandos responde a liderazgos personales, más que dogmáticos o programáticos, a tal punto que Donoso estimó que “ya está personalizado, aquí no hay contenido, solo buenas intenciones”.

“La Democracia Cristiana local siempre se ha manejado por liderazgos —reflexionó a propósito de esto Raúl Villagrán—, liderazgos que son personales, figuras. O sea, ¿quién puede dudar que Herman es una figura dentro del partido, y ha sido el sustento de nuestro partido año tras año, hasta en las últimas elecciones?”.

Ahora, la necesidad de unificarse en la doctrina está recogida en las siguientes palabras de Villagrán:

“Los bloques van a hablar, yo creo que va a llegar un momento en que van tener que conversar, visualizar, ver que, si bien hay matices, la doctrina es una, el objetivo debiese ser uno”.

Y también en las de Pincheira cuando dice que “acá lo que interesa es que el partido sea un partido que le sirva a la gente, como dice nuestro estatuto, que trabajemos por la clase media y por los pobres…”.

Pero además de la vuelta a la doctrina el anhelo de unidad tiene otra fuente, menos explícita aunque quizás aun más determinante: la sensación de que la división costó caro y la conciencia de la capacidad electoral del partido, alimentada por los resultados de la elección municipal reciente como por la notable participación que exhibe el partido en instancias como las del domingo, muy superior a la de sus símiles a nivel nacional y local, tanto de la Nueva Mayoría como de Chile Vamos:

“Como ya sabemos, no hay gobierno comunal de la Nueva Mayoría en el fondo no Demócrata Cristiano —razonó Villagrán—, por ende la DC es un partido que tiene que reformularse, rehacerse, volver a estructurarse e integrarse, y lo que hemos visto hoy día sí se puede resaltar”.

Por de pronto, Rodrigo Velásquez habló de que “vamos a trabajar para eso, para mantener un CORE, que mantenemos hoy día en el gobierno regional”. En cuanto a las parlamentarias, el hecho de que el distrito 20 haya sido subsumido en uno mucho más grande (el 8) es muy tomado en cuenta en los análisis: “En el distrito 20 la DC no tenía parlamentario —discurrió Villagrán—… Al transformarse en el distrito 8 tenemos uno que no era de nuestro distrito, sino que era del otro, Gabriel Silber, y que entiendo yo que va a la reelección. Entonces ya hay un candidato, y ahí tendrían que sumarse los otros. Pero no solo Maipú tiene que decir o hablar, hoy el distrito son ocho comunas y muy distintas unas de otras”.

“(…) yo creo que las fuerzas nuestras a nivel comunal, a nivel distrital, si yo salgo electo, van a confluir para buscar el liderazgo necesario para subir por el segundo diputado. Están las condiciones para eso”, anticipó por su parte Rodrigo Velásquez.

Ahora, la competencia en un mayor número de comunas, advirtió por su parte el concejal Donoso, implica que “vas a requerir financiamiento, y vas a tener que tener un piso. O sea, aquí las aventuras como fueron las de concejal, el decir “yo quiero”, en la práctica no van a tener resultado”.

En un sentido similar Lucía Varas apuntó que “lógicamente el partido va a ayudar a sus diputados, pero también dependiendo del diputado, del peso político, la red que tenga dentro de Maipú, va a poder llegar a hacer negociaciones”. En fin, parece haber a lo menos en ciernes una idea compartida de que los apoyos serán para aquellas candidaturas “que tengan la real opción de competir y de ganar”, según precisó Alejandra Bustamante.

Sobre la figura de Christian Vittori, en este escenario, en general se asume que ya no está en el partido. Dicho esto, hay matices a la hora de imaginar su posible candidatura. Desde el seco: “Primero que todo no soy Vittori, no puedo opinar respecto de otro actor local”, de Alejandra Bustamante, pasando por el implacable “hoy solo se tiene a sí mismo”, de Lucy Morales, hasta un Pincheira que, aunque ve difícil que se reintegre a las filas de la Democracia Cristiana, y dado que “siempre lo miramos como un líder, porque es un hombre inteligente”, no le cerraría las puertas.

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  • Creo que todas las opiniones de nuestros camaradas son válidas. Ahora bien, como camarada , les pido unión, nada más que unión, y comprometerse con nuestros vecinos, y sobretodo con nuestros camarada. Mirando siempre el Humanismo Cristiano.
    Saludos. German Gutiérrez Q.

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