La Salud en Chile es elitista, más aún cuando hablamos de una consulta nutricional, psicológica u odontológica. Áreas del conocimiento que son prácticamente un lujo debido al alto costo de las consultas y al bajo reembolso de estas, ya sea por parte de la ISAPRE o del Fondo Nacional de Salud (FONASA).
Este último restringe el acceso de las personas a la consulta nutricional, por ejemplo. Ya que solo pueden optar a esta las personas con sobrepeso, diabetes o riesgo cardiovascular modificable con dieta, debiendo antes ser derivado por otro especialista y con un tope de tres bonos al año.
Sistema insuficiente que no contempla una prevención de las enfermedades derivadas de una mala alimentación, sobre todo considerando que el 63% de la población chilena adulta tiene sobrepeso u obesidad, según cifras informadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Panamericana de la Salud.
Carencias del sistema que dan paso a la creación de instituciones que visualizan esta necesidad. Como en el caso de la Fundación Más Que Felices, que facilita los servicios de nutrición y psicología.
La psicología también juega un rol importante como arma preventiva en esta sociedad del estrés y del correr donde el 5% de las y los chilenos tiene depresión, mientras el 6,5% sufre de ansiedad, según datos entregados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero que hay un sinnúmero de personas que, sin darse cuenta, se encuentra a pasos de una depresión.
La Fundación Más Que Felices está alojada en Maipú pero realiza actividades en diferentes comunas donde les soliciten. Acercando servicios a la comunidad, pero especialmente a quienes tengan un menor poder adquisitivo.
Semana a semana están disponibles las consultas de nutrición y psicología en su oficina ubicada en El Bambú Norte 18887 Local G, en Ciudad Satélite, las cuales tienen un costo de diez mil pesos para el público general y ocho mil para socios.
Aunque según sostuvo Yasna Sarmiento, directora de la fundación, si existen casos en que ese monto no pueda ser cancelado por el o la paciente, tras una evaluación socioeconómica, se puede rebajar o eliminar por completo. “La idea es que nadie quede fuera por no poder pagar”, sostuvo.
La nutricionista voluntaria, Karin Vargas, valoró que estén disponibles ambas especialidades ya que se complementan. Por ejemplo, en aquellos casos en que ella nota una disonancia entre el estado físico del paciente y su propia apreciación, los puede derivar a consulta con la psicóloga y de esta manera realizar un trabajo en conjunto.
Además, una vez por mes se encuentra disponible la consulta de optometría y otros servicios. Conjuntamente con la gestión de talleres enfocados principalmente en la mujer y en el desarrollo de su autoestima. De hecho, se encuentran próximos a desarrollar actividades encauzadas en la violencia contra las mujeres, para lo que dos directoras se capacitaron como monitoras comunitarias.
Actualmente la fundación no cuenta con empresas socias que aporten o colaboren con la causa. Yasna Sarmiento mencionó que en algún momento recibieron ayuda de la empresa Cintac, pero que tristemente la persona de contacto dejó de trabajar en el lugar y le ha sido imposible concretar una reunión con quien ahora se encuentra a cargo.
Por otra parte, se encuentran trabajando en contactar otras empresas, de las tantas que hay en Maipú, para que apoyen su trabajo y esto les permita entregar un servicio más integral y llegar a más personas. Yasna mencionó haber intentado con algunas empresas, pero sin resultado positivo.
En cuanto a la Municipalidad de Maipú, les recibieron en una oportunidad y quedaron de avisar cuando se inicie la fecha para postular a subvención del municipio, fecha que se encuentran esperando.
Dentro de las acciones que desarrolla la fundación, se encuentra la organización de ferias de servicios, como la realizada el sábado 20 de mayo en la Multicancha de Villa Las Palmeras, a petición de su junta de vecinos.
Periodista y comunicadora social en márketing. Vive en Maipú. Amante de la vida, los libros y los perros.
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Lo triste no es que sea caro, sino que el Estado de Chile, sea incapaz de prestar el servicio de acuerdo a las condiciones socio económicas del paciente.
Cuando aparecen protestas y carteles pidiendo el fin de la Isapres, siendo que estas son una alternativa y no una obligacion estar en ellas. Sin embargo el Estado con Fonasa no es capaz de dar el servicio que corresponde.