“Parece una misión imposible, pero se logra, lo primero es recuperar el deseo de vivir, base fundamental de la Rehabilitación humana; enseguida aceptar lo inevitable y sobre eso construir la vida.” Aldo Giachi
Inspirados en este lema, la Fundación Esperanza Nuestra de Maipú, ubicada en República 1802, acoge a adultos que han adquirido una discapacidad como consecuencia de haber sufrido un accidente cerebrovascular o un accidente automovilístico y han llegado con una paraplejia, una tetraplejia o una hemiplejia.
En este centro son atendidos por un grupo de profesionales, entre los que se cuenta con Kinesiólogo, terapeuta ocupacional, enfermera, médico, fisiatra, enfermera, Tens.
Aquí no solo hay un lugar para la rehabilitación, también lo hay para el amor por lo que se hace por el prójimo, por sus cuidados, su esperanza.
Se abren las puertas de este centro y nos internamos unos metros bordeando un bandejón de estacionamiento en la entrada, allí amable, sentado en su silla de ruedas, nos recibe Patricio Jaramillo Fuentes, director ejecutivo de la Fundación.
De entrada, el director nos señala que “la Fundación va a cumplir 53 años el próximo 15 de agosto”, y que fue fundada por el sacerdote jesuita Aldo Giachi, que también tenía una condición de discapacidad y que vino desde Italia a ayudar a una casa de acogida, “pero en los años 91-92 nos hemos dedicado a la rehabilitación de personas que han adquirido una discapacidad física siendo adultos.”
Patricio Jaramillo, director del centro, se moviliza en su silla de ruedas, abre puertas y nos muestra las distintas dependencias del centro, saluda al personal que encuentra a su paso y nos va contando detalles del funcionamiento, por ejemplo, señala que una de las personas que acaba de saludar es una alumna en práctica. Como hay en esa condición varios profesionales que vienen de distintas universidades a hacer su internado clínico en el centro, aprovecha de contarnos que los y las profesionales en práctica representan una ayuda muy importante para poder hacer funcionar esta obra, y que el personal contratado en el centro ha ido disminuyendo, han tenido que reducir personal porque les ha bajado también la ayuda.
La Batalla: ¿Y cómo llegan las personas, los pacientes acá a la fundación?
Patricio Jaramillo: “Las personas son derivadas de los CESFAM, de los hospitales o algún dato que le da alguna persona y lo derivan para acá. Nosotros tenemos una serie de documentos y una atención médica, un informe social, porque tenemos obviamente personas en situación de pobreza que no tienen como pagar una rehabilitación. En Chile, como ustedes saben, es bastante cara, carísima, entonces las personas se internan en el centro durante el proceso de rehabilitación. Están en general de lunes a viernes, viven acá, se alimentan acá todos y el sábado y domingo van a sus casas, porque la idea de rehabilitar es reinsertar con la sociedad.”
La Batalla: ¿Y usted me decía la derivación entonces viene del Centro de Salud y atienden a personas de la comuna y también de otros lugares?
Patricio Jaramillo: “De la comuna y de cualquier lugar que soliciten. Bueno, nuestra mayor cantidad de personas son de la comuna de Maipú.”
La Batalla: ¿Cuántas personas, cuántos cupos de atención tienen ustedes?
Patricio Jaramillo: “Tenemos en forma internado 30 camas, de las 30 camas igual tenemos ocupadas en forma permanente, porque son personas que son altamente demandantes por la discapacidad y han sido abandonados por sus familias, y además de tener la discapacidad física tienen algún otro daño también cognitivo, entonces no pueden salir a otra parte. Por lo tanto, hay algunos que los tenemos en forma permanente o con salida fines de semana, otros son ambulatorios.”
la Batalla: ¿Realizan alguna actividad dirigida durante la Jornada?
Patricio Jaramillo: “Si, tienen actividad, hay terapia ocupacional, hay un taller de ergoterapia que está a cargo de una monitora que es una persona con discapacidad también, que se rehabilitó acá en el centro y después la contratamos para trabajar como monitora.“
“Y este taller tiene un sentido. La ergoterapia es como hacer ejercicio de una forma más lúdica, por ejemplo, pintando un cuadro o haciendo algo, la persona ejercita su musculatura, entonces la persona a través de un trabajo está haciendo el ejercicio, pero tiene un objetivo, digamos que no es solamente mover el brazo.“
“Nosotros también apoyamos a distintas personas. Apoyamos a la Agrupación de discapacidad de Maipú también. Y hay una agrupación, se llama El Buen Pastor, también vienen acá. Hemos entregado este año alrededor de 100 sillas de ruedas en forma de donación a las personas que lo necesitan y lo único que necesitan es que nos llamen y que digan que necesitan una silla de ruedas y nosotros la entregamos en forma gratuita. Esta posibilidad de ayudar con sillas de ruedas es gracias al aporte que recibimos, por ejemplo, con la iglesia de los mormones como se les conoce, con ellos tenemos como una alianza.“
La Batalla: ¿Cómo seleccionan a quién entregar las sillas de ruedas?
Patricio Jaramillo: “Discapacidad nomás y que sea pobre, y lo que sí tiene que tener una evaluación, porque el kinesiólogo, la terapeuta, los tienen que evaluar para entregarles la silla a la medida, regulada.“
Seguimos avanzando, y el director nos muestra una sala en las que se entrena a las personas, para que cuando vuelvan a su casa, por ejemplo, puedan pasarse a la silla y aprender a cocinar y ese tipo de cosas.
Ver a las y los internos en rehabilitación, en los distintos sectores del centro como pacientes permanentes y ambulatorios, sentir allí su presencia, verlos trabajar, hacer ejercicios, saludar con humildad, es un momento que hace reflexionar y sentir que en un lugar de la comuna, como habrá otros en distintos lugares, hay todavía como dice su nombre, esperanza en la bondad de personas que no han perdido la capacidad de ayudar, y como siempre sucede buscando y rebuscando recursos para entregarlos a los que no tienen la posibilidad de atenderse pagando un costo inalcanzable.
“La Municipalidad de Maipú se ha portado bien…pero antes se portaba mejor.”
Así responde a nuestra consulta sobre el aporte a esta noble obra que realiza el municipio de Maipú.
Patricio Jaramillo: “Ellos han reducido la ayuda en un 60%, porque también tienen problemas de falta de recursos, según nos han dicho, bueno y esto para nosotros también significa que tengamos que reducir personal, por ejemplo, que dejar de contar con la asistente social, la psicóloga, y la secretaria. El mayor aporte proviene del Hogar de Cristo, que siempre nos apoya con una parte de nuestro presupuesto operacional, lo otro como le decía es una subvención municipal, en este caso de Maipú. Y también, como los alumnos que hacen internado clínico, nos pagan por prestarlo como campo clínico y bueno también justamente ahora en el mes de mayo, como en otros años hacemos una colecta, porque bueno, como cualquiera tenemos gastos, hay que pagar personal, mantención, luz agua, alimentación. Nosotros en el mes tenemos que dar aproximadamente 1200 desayunos y 1200 almuerzos y entonces eso nos significa un gran costo.“
Y continuamos conociendo el centro. Un aroma de comida nos alerta que estamos por entrar a un ordenado comedor, “aquí almorzamos todos” nos dice el director, nos muestra la cocina y las personas que alistan los alimentos de la hora de almuerzo. Pasamos por el sector de hombres, por el sector de mujeres, allí vemos el rostro amable, algo más resignado de personas que están de manera permanente en el centro, ellos, ellas tienen dificultades mayores y el centro ya es su casa. Cruzamos de un lugar a otro, llegamos a la enfermería.
“Aquí empieza todo” nos dice la enfermera a cargo de la recepción de los pacientes, allí también atiende un médico y se evalúa la condición de quienes llegan a este centro para comenzar su proceso de rehabilitación, aquí empieza todo, llegan con sus temores y esperanzas, aquí les evalúa el médico y se les entrega sus medicamentos.
Y volvemos al punto de partida, a la entrada de este lugar en cuyo interior se agitan tantas historias humanas, un lugar al que dan deseos de volver y ayudar, hay un espíritu de enorme vocación que transmiten los y las jóvenes en práctica y el personal, hay trabajo, dedicación, una gran entrega.
Nos despedimos de nuestro anfitrión don Patricio Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación, al estrechar sus manos solo nos resta por decirle sinceramente muchas gracias… por habernos permitido conocer un poco más esta hermosa obra.
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