Por Francisco Espinoza Rivas, Psicólogo.
En medio del brillo de las luces festivas y la alegría aparente que envuelve las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, es esencial recordar que, para muchos, estas fechas no siempre son sinónimo de alegría. En ocasiones, la ausencia de seres queridos o la carga emocional de procesos de duelo pueden eclipsar la temporada festiva, afectando nuestra salud mental de maneras que a menudo no son visibles a simple vista.
La sociedad nos impulsa a celebrar en familia, pero la realidad es que no todos tienen la fortuna de contar con una. La pérdida de seres queridos, la distancia física o las dinámicas familiares complicadas pueden convertir estas festividades en momentos difíciles de enfrentar. En este contexto, es crucial recordar que está bien sentirse triste o nostálgico, y que la salud mental es una prioridad que merece atención y cuidado.
La resiliencia se convierte en nuestra aliada en estos momentos. Encontrar la fuerza interior para celebrar, incluso cuando las circunstancias no son ideales, es un acto de autenticidad y valentía. Pero, al mismo tiempo, es fundamental reconocer la importancia de mantener la calma y buscar la ayuda necesaria cuando la carga emocional se vuelve abrumadora.
No todos los vínculos familiares son positivos, y las festividades pueden poner de manifiesto tensiones y conflictos enquistados. Aquí es donde entra en juego la sabiduría emocional: aprender a gestionar nuestras emociones y evitar infligir daño a otros, incluso cuando nuestras propias heridas del pasado parecen resurgir con fuerza. El respeto por los espacios seguros y la delicadeza en nuestras interacciones son elementos clave para mantener la armonía en medio de la celebración.
En este viaje hacia la celebración en paz, la importancia de contar con una red de apoyo no puede subestimarse. Amigos, familiares cercanos o profesionales de la salud mental pueden proporcionar el apoyo necesario para transitar por momentos difíciles. Pedir ayuda no es signo de debilidad, sino un acto de valentía y autocuidado.
Así que, en esta temporada festiva, invito a todos a reflexionar sobre la importancia de la salud mental, a celebrar en paz y a encontrar la resiliencia necesaria para superar los desafíos. Recordemos que la verdadera magia de estas fechas radica en la conexión humana, en el cuidado mutuo y en la posibilidad de sanar heridas del pasado. Al hacerlo, contribuiremos a crear un ambiente festivo más compasivo y respetuoso para todos.
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Francisco Espinoza Rivas
Psicólogo, Magister en Gestión de Organizaciones
Jefe de Desarrollo Organizacional
Instituto de Neurocirugía Dr. Asenjo
Francisco Espinoza Rivas
Psicólogo, Magister en Gestión de Organizaciones
Jefe de Desarrollo Organizacional
Instituto de Neurocirugía Dr. Asenjo
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