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Forastero Fernández: Me parece más profundo hablar de nuestras experiencias siendo personas que lanzar grandes críticas políticas o sociales

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Tiempo de lectura: 10 minutos

Por Álvaro Méndez.
Fotografías de Shaony Valenri.

En su casa, uno de los muchos departamentos de la Javiera Carrera, emblemática y populosa villla maipucina, nos recibió Forastero Fernández. Ganador del 2do Festival de Talentos de Maipú y del 1er Festival del Cantor Callejero y la Locomoción Colectiva también realizado en la comuna (ambos el 2014), y con apariciones en diversos programas ligados al mundo de la música y la cultura urbana en medios tan grandes como TVN y el canal 13c, Jorge Fernández (nombre que reveló ya adentrada la conversación) nos habló de manera profunda y honesta. Sentados junto a las escaleras del block donde está su departamento, compartiendo un par de cervezas (y siendo saludado por todo vecino que transitaba esa mañana de sábado) repasamos varios hitos de su trayectoria, visiones sobre la vida, el arte, la sociedad, la familia, incluso abordamos su candidatura como concejal en las pasadas elecciones. Resulta necesario destacar el trabajo de los artistas independientes, esos que nacen en la calle, en los barrios, ellos son el alma del país, la cultura de verdad, en La Batalla teníamos una deuda con Maipú al no presentar aún el trabajo del Fora, acá la saldamos.

Partimos con una pregunta obvia pero siempre decidora y necesaria… ¿Por qué el apodo de “Forastero”?

Desde chico siempre fui como el niño huacho de la familia, un cacho para todos, si bien vivía en Quinta Normal me venía harto para Maipú porque acá también tenía familia y además acá tuve mi primera banda – éramos unos cabros chicos haciendo hip-hop y nos llamábamos Bajo Imperio – me mandaban un tiempo a la casa de una prima en Renca, después donde unos familiares en Conchalí, también viví en San Miguel… De ahí viene el apodo de Forastero, vivía en tantos lados que no pertenecía a ninguno.

Y respecto a la música, ¿cuándo y cómo te encontraste con ella?

Viví un tiempo con mi tío y mi abuelo, ambos artistas callejeros. Un día, cuando yo tenía más o menos 14 años mi tío me dijo tal cual “Jorge, te voy a entregar la única herramienta que alguien como yo puede dar, la de no tener jefe…”, a esa edad andaba haciendo hip-hop en la calle y no caché la importancia de aquello: “Qué es esa weá?” fue lo primero que pensé. Esa herramienta era la de moverme en la calle desde la música y el arte, fue un gran maestro, una persona demasiado aterrizada y humilde, muy desprendido, él llevaba un gran recorrido y volvió a cero conmigo para enseñarme todo desde el principio, dejó cualquier ego artístico que pudiera tener y me incluyó en su trabajo, formamos un dúo de guitarras con el que tocábamos en diferentes lugares del centro de Santiago, fueron 4 años juntos y a los que les debo mucho, tanto así que de hecho creo que ha sido el momento en que he ganado más plata con la música, si hasta tocamos en la fuerza aérea, nos contrataron para un evento bien pituco así como a la hora del buffet, jaja. Luego de eso seguí recorriendo este camino solo, ya llevo casi 15 años en esa.

¿Fue dura esa transición a la independencia artística?, ¿Motivada por algo en particular?

Fue algo bien natural, tuvo que ver con la necesidad de empezar a hacer cosas propias y seguir caminos más personales, en esa época ya tenía como 18 años y comencé a irme a tocar a la Vega Central, cantaba cueca chora y tangos y me logré hacer un espacio, hasta tenía mi sobrenombre, todos me conocían como “El Che”. Por ese tiempo también tomé unas clases de canto con un profe que era barítono del Teatro Municipal, fueron 3 clases nomás en todo caso, como para aprender algo. Tomé también unas clases de pantomima que me sirvieron para desarrollar cierta personalidad, trabajaba de mimo en las micros… todas esas cosas fueron marcándome, haciéndome entender que ese sello personal que podía desarrollar tenía algo de cada uno de mis referentes, debía ser una fusión, comencé a sentir que tenía la capacidad de hacer algo nuevo y me decidí a darle vida a esa sensación, a esa idea de ir descubriendo cosas que están más allá de lo que ya es y de lo que ya existe, igual es un tremendo riesgo porque en este país si tú tocas música de afuera o que sea conocida te va bien pero cuando empiezas a proponer arte, a generar tu propia música no hay tantas puertas abiertas.

Tu música y propuesta tienen harta búsqueda, una diversidad bien inquieta…

Siempre he sentido la necesidad de experimentar con distintas hueás, por ejemplo en un momento aprendí a coser con máquina y me encerré a hacer vestuarios, marionetas, ropa, durante harto tiempo estuve súper motivado creando ese tipo de cosas, decidí también en un momento aprender a tocar acordeón – como en un mes ya lo manejaba – lo que me ayudó mucho a ampliar el repertorio cuando subía a tocar a las micros, o en otra oportunidad se me metió la idea de hacer radio teatro, cuando estábamos carretiando pescaba la biblia, sacaba una hoja, se la pasaba a cada uno de mis amigos y les pedía que leyeran e interpretaran, es la raja eso de ir inventando, creando, descubriendo, hay que darle un valor al ocio desde esa experimentación, de hecho los carretes siempre pueden ser culturales y casi nunca lo son, que charcha esa weá!. En mi caso si me estoy tomando una cerveza con un amigo seguro que de allí vamos a sacar un tema, demás que voy a proponer hacer algo y dejar un registro, hacerlo productivo, eso es hacer cultura, sembrar semillas, crear.

Al ser un artista que se identifica con la calle, con las poblaciones, los barrios, hay una visión social particular en tu trabajo… ¿quizá crítica?

Si, puede ser, desde que hago rap está esa visión social, siempre desde lo personal que intenta ser reflejo de lo que vives y experimentas a diario, lo aprendí con los cabros de Lexico – una banda de Quinta Normal – que son raperos de la vieja escuela, en los noventas cuando yo era un cabro chico ellos ya estaban componiendo sus canciones y lanzando sus rimas, también aprendí harto de los cabros de CRONI-K, ellos iban unos cursos más arriba en el colegio y los admiraba caleta, hacían la media música. Cuando tú tienes una vida, por llamarla de algún modo “sufrida”, existe siempre algún grado de resentimiento ante la sociedad o una visión más consciente sobre lo que pasa pero eso no debe implicar mantenerse atrincherado, al contrario hay que abrirse a incorporar nuevas visiones y experiencias, hacer música del mundo, tampoco hay que tenerle miedo al concepto de “lo comercial”, por ejemplo esa weá de que “ahhh, este loco se vendió…”, eso para mí no existe, es una crítica que vale callampa ya que todos quienes pretendemos vivir del arte debemos vender nuestro trabajo, entiendo que eso no debe significar transar tus convicciones pero todos tenemos que comer poh, muchos tenemos familia, hijos, entonces si me piden hacer una canción a las flores y si me van a pagar por esa weá obvio que la hago. Se habla mucho del rol social y de protesta de la música, ahí yo creo que cualquier weá la puedes hacer consciente, puedes escribir cuecas, cumbias, trovas y hablar desde ellas de lo que quieras de manera súper cotidiana y no deja de ser contingente o profundo, para eso no es necesario decir “oh está la cagá en el país, en el mundo, dejemos la zorra…”, todos saben que estamos llenos de pobreza, de corrupción, todas esas mierdas ya las cachamos, prefiero hablar de cómo las parejas se aguantan los peos, de que las minas no se depilan, qué se yo, son temas que pueden generar identificación más allá de la risa, me parece más profundo hablar de nuestras experiencias siendo personas que lanzar grandes críticas políticas o sociales.

¿Se puede vivir del arte y la música en Chile?

Si, por supuesto que se puede, aunque falta mucho por hacer y crecer, entre todos. Falta que más medios se pongan la camiseta por la idea de apoyar a los artistas locales, las radios, la televisión, los diarios y sobre todo los productores y gestores, esos weones son los que generan movimiento, quienes hacen los eventos, falta que ellos se arriesguen y dejen de traer a Chayanne, a los que suenan a cada rato en las grandes radios. Igual es un cambio que está pasando, de a poco se convierte en una realidad pero puta, estamos en Chile, el país de los vacíos legales, el país en el cual lo que queda para la mayoría son las sobras de los que están arriba… Hay mucha gente que hace música y arte de calidad y estamos ahí, somos el 98 % de los artistas que no estamos en los grandes medios, estamos escondidos, cacha que a mí no me conoce nadie poh, quizá alguien por ahí me ubica pero hay otros locos mejores a los que conocen menos, todo eso me hace no ser del todo optimista pero aun así confío.

Ganaste un par de festivales acá en Maipú, ¿qué tal esas experiencias?

Son instancias que agradezco caleta, mucho, han servido para acercarnos y conocernos entre músicos de la comuna, aunque por ahí salieron algunos cahuines, decían que estaba arreglado y en una de esas puede ser poh, pero si fue así se trata de una weá que no tiene nada que ver conmigo. Yo además me siento maipucino, entonces ha sido un orgullo enorme, pero creo que no es sano generar competencia, no me gusta esa visión, en el fondo igual hace daño eso de andar buscando quien es el mejor, sobre todo en el arte, los artistas debemos fluir de corazón nomás. Cacha que a veces hago temas con los que literalmente pienso “Esta canción no va a sonar en ningún lado, nicagando”, pero igual lo hago porque siento la necesidad de hacerlo, el espíritu creativo no debe estar determinado por la competencia, hay espacio para todos.

Pero igual algún valor tiene el reconocimiento, al menos hay allí una retroalimentación, un feedback que puede dar cierta objetividad al trabajo artístico…

Está muy bien recibir un reconocimiento, te inyecta caleta de energía pero creo que además debe tener un valor agregado más allá de la competencia, para todos quienes participamos debe ser un apoyo más profundo, permanente. Muchos de los artistas quienes participamos somos de las mismas poblaciones de Maipú, tenemos que estudiar, algunos tienen pegas fuera de lo musical, otros tienen que alimentar familias, todos tenemos que seguir creciendo en lo que hacemos, entonces hay que crear un piso desde el cual se valore nuestro trabajo, se potencie. Cuando llegamos a vender nuestro show a cualquier lado generalmente recibimos como respuesta “Y quien soy voh?”, jaja al final llevan a otro loco que no va a cobrar nada, a una banda que hasta paga por tocar o bien contratan a una “sandía calá”… Las instancias municipales más que nadie debieran estar ajenas a esa lógica, debieran valorar a los artistas de la casa y trabajar más por revertir esa realidad que por perpetuarla.

¿Cómo es tu relación con otros músicos, tienes amigos, generas lazos profundos o allí te mantienes más bien solitario?

Te voy a responder con una historia, fui parte de una muy linda historia de amistad entre músicos, con el Luis Adriazola de Guachupé, el “Lucho Pepa”; Éramos amigos de la calle acá en Santiago, cada vez que nos encontrábamos hacíamos desafíos de acordeón, conversábamos caleta y después cada uno por su lado seguía trabajando, después comenzamos a toparnos en Pichilemu ya que tanto él como yo tocábamos durante el verano en algunos bares y locales de allá, la buena onda fue creciendo hasta que un día me invitó a tocar en el local donde él se presentaba, fue un día domingo en el cual hicimos un piño bueno y terminamos carretiando y cantando, una jornada memorable, al día siguiente me vine a Santiago porque andaba viendo el arriendo de una casa… El loco justo ese día murió en un accidente. El tema “Ilegal” es de él, lo saqué el mismo día del velorio que fue ahí en el Gran Circo Teatro, llegué con mi acordeón y se lo canté, quizá pudo haber sido algo medio “florerito”, no sé, pido disculpas si a alguien le molestó pero la weá me nació del alma poh, cuando algo tiene que ser, que fluya nomás, eso me enseñó el Lucho Pepa.

¿Y ese llamado en el alma puede sentirlo cualquiera? me refiero a esa necesidad casi incontrolable de crear, de comunicarse desde el arte, una canción, un poema, una pintura…

Yo siempre he pensado que todos somos artistas, cuando alguien logra desarrollar lo que hace y más aún logra darle un carácter y una visión está haciendo arte, acá eso falta, darle identidad y carácter a lo que hacemos, salir del formato y de lo homogéneo. Acá nadie puede destacar, todos tienen que ser fomes y parejitos, esa weá nos hace mediocres, si Víctor Jara estuviera vivo estoy seguro que nadie lo pescaría porque precisamente se alejaría de lo que todos hacen, criticaría, incomodaría. Acá se valora a las estrellas cuando se mueren… El weón murió y todos “puta que era weno el loco”, por eso muchos artistas se van fuera de Chile, hasta un compadre del montón se va pa´ fuera y la hace poh, seguro.

¿De qué forma un artista de la calle llega a ser candidato a concejal? Cuéntanos sobre esa historia de la que no se conoce mucho pero está bien interesante, sobre todo en un año de elecciones como este 2016.

Me tiré como independiente apoyado por la Claudia Mix, lo que intenté hacer fue invertir eso que hacen generalmente los políticos de ocupar músicos para convocar y colorear sus campañas, acá yo ocupé a los políticos para mostrar mi música, obviamente si te involucras en una elección la idea es ser electo poh, pero te confieso que no era mi anhelo, tenía que ver con una intención de la Claudia por incluir candidatos diversos, no tradicionales, había un profesor, una vendedora ambulante, un travesti, una mapuche, la idea era mostrar gente común que generalmente no está tomando grandes decisiones ni en cargos de cierta responsabilidad, eso me pareció interesante, hasta le hice la canción a la Claudia, salió en CNN y fue elegido el mejor jingle en esas elecciones a nivel nacional, el más original, logramos interpretar el alma del proyecto. A la larga igual fue experiencia que me obligó a dejar de lado la música, más que avanzar en el sentido artístico fue un retroceso, es cuática la política porque genera desconfianza e incluso hasta un gran amigo que hacía circo me agarró mala, no sé, en general cuando alguien ligado a otras áreas se involucra en política se expone mucho, en varios sentidos fue una experiencia que me desagradó.

Más allá de esa experiencia, de que actualmente vives acá e incluso de que te sientes maipucino – o quizá precisamente por todo aquello – se te identifica harto con la comuna, ¿lo sientes así?

Acá he desarrollado mi carrera artística, acá está la mayoría de la gente que me conoce, me han visto en la calle, en la feria, en las plazas, acá participé muy comprometidamente en un comité de allegados, participé con los cabros del centro cultural La Base, con la gente del Ceibo, he colaborado con muchas organizaciones de la comuna, con caleta. Me pasa mucho que me dicen en Maipú, oye Fora, voh soy “famoso”, jajaj y les contesto que sí poh, por qué no?… Yo entiendo que ser famoso es tener buena fama, no salir en la tele ni tener lucas, ser famoso es que te valoren por tu trabajo, por la pertenencia e identificación que puedas generar y siento todo eso me ocurre acá en Maipú.

¿En qué estás hoy, cómo proyectas lo que se viene en tu carrera y en tu vida?

Hoy estoy enfocado en plasmar mi música en un buen registro fonográfico, concretar una grabación de calidad con los compas de Jazzantiago, es un objetivo a corto plazo que yo creo nos va a posicionar en un nivel profesional, hasta ahora me ha pasado que compongo un tema y lo grabo altiro de manera bien casera y después no me preocupo de mejorarlo, esas weás al final son solamente maquetas no un producto final. Lo más sofisticado que he logrado en mi carrera es este trabajo con Jazzantiago entonces es el formato y el momento indicado para dar este paso que es un disco, grabamos en La Makinita y las voces las estamos terminando con el apoyo de un ingeniero, estamos trabajando tranquilos y sin apurar los tiempos aunque pretendemos lanzar muy pronto el single Primavera. También guardo la idea de salir algún día de Chile, estoy seguro que me iría re bien afuera, tiene que ver con buscar calidad de vida sobre todo por querer darle lo mejor a mi hija, acá como antes hablábamos no se valora del todo el trabajo artístico, los espacios y el contexto no son los más favorables, lamentablemente en Chile la weá es difícil y no podís estar viviendo siempre de ilusiones aunque igual soy bien duro de cabeza, muchos me dicen que estudie algo, que me busque una pega… En el fondo y después de todo uno simplemente es lo que es poh, la única forma de vivir es mantenerse fiel a esa esencia, soy un forastero en todos lados pero eso mismo me permite tener muchos hogares, estar siempre en casa.

Ver comentarios

  • Debería rebautozarse como "Cabeza con agua" Fernández: contradictorio y estrella, se le pregunta algo y responde con historias míticas y prefiere cantar de los peos antes de hacer denuncia. Entonces que no la venda po "washo Pulento soy bkn porque soy de la pobla y soy Chori y estrafalario". Si Víctor Jara viviera, manso pape que le pegaría al "compa" por polilla: atraído por las luces. Por eso fue candidato y ahora anda llorando.
    Cero sustancia

    • felicidades forastero, uno tiene el dercho a descubrir y ancontrarse dia a dia, asi que prueba, vive, experimenta y encuentra tu futuro y al pastel, jajajaj la envidia lo corroe.

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