Pier Alejandro Contreras Migueles (30) es un apasionado de la informática. “Que mucha gente —se apresura a decir— cree que tiene que ver con el tema de la computación. Pero la informática es la información digital que actualmente existe”.
Tiene un magíster en informática educativa. Trabaja en una universidad, como jefe de seguridad informática, “y aparte hago clases de informática educativa y sistemas operativos. Y ahora me dedico a la política” añade un poco ansiosamente.
Él ha invitado, amablemente, el café. Deja su smartphone en modo silencioso sobre la mesa y conversamos acerca de su incorporación al Partido Progresista (PRO), remontable a una invitación que le extendiera la Fundación Progresa.
Pero Pier retrotrae el tema hasta su trabajo (el primero de su carrera) en la Municipalidad de Maipú, bajo las administraciones de Roberto Sepúlveda y Alberto Undurraga. Y al que tuvo en el SERNAC. Le llamó la atención dice, en ese entonces, lo que puede hacerse desde la política:
“La política para mí es obrar a la comunidad”. “Ése es el sentido que tiene. No es competencia entre partidos”.
Pensó que su inmersión en sector privado lo llamaría a pensar en otras cosas. Pero en COPESA se percató de que allí “está también muy metida la política”.
Entre empresario y gobierno de turno, sintetiza: “Una mano lava a la otra”. “En La Tercera nunca sale un enunciado de Marco”.
Pier se abochorna previo a referir el proceso de vinculación entre medios y política.
“Es difícil explicarlo técnicamente… Llega algún correo, o los periodistas que tratan de política; la mayoría son recomendados de ciertas cúpulas políticas”.
“En la universidad (donde trabaja) pasó lo mismo” —prosigue—. “Entonces dije: “O me hago a un lado, o me hago parte de esto, digamos”. “Me voy a tratar de meter, para tratar de a cambiar las cosas, y tratar de ayudar. Aportar en algo”.
“Era muy joven. Y uno cuando es joven, se le pasan algunos detalles. Que uno, con el tiempo y la experiencia, los va analizando y va sacando los resultados. Y en la municipalidad se ve mucho manejo político. Y no tan político, sino también un poco de politiquería. De una política sucia, digamos”.
“En ese tiempo yo vi muchas cosas. Persecuciones a funcionarios…”.
“Destinar a un funcionario, él siendo administrativo, le puedes poner un escritorio y una silla, no sé, en los viveros…”. “Tratando de hacerle más difícil el día a día para trabajar”. “O le ponen mucha pega que no le compete”.
“No se mide el tema de la expertise laboral que pueda tener, o la experiencia. Sino que netamente color político; o si le cae mal a ciertas personas que en ese momento están tomando decisiones con el alcalde. Y así pasa en todos lados”.
“Cambiar el sistema político actual. Renovarlo. (…) Personas nuevas, con ideas nuevas, con una mirada distinta de cómo hacer política. ¿Y cómo hacer política? Antes que todo es servir a la comunidad, y que mi entorno, donde yo voy a trabajar, sea excelente para mí y para los que me rodean”.
Pier se siente “antes que todo maipucino” (vive en Primera con Central, y lo ha hecho en la Ciudad Satélite y antes, cerca de La Colonia). Es decir, más allá de su filiación política. Aunque reconoce que “siempre fue hacia la izquierda”.
Ante la pregunta del porqué, da una lista de ejemplos que concluye en el tema de la salud: “El tema de la salud es súper complicado en este país. Tanto, que si no pagas, te morís. Simplemente es así. Entonces uno cuando lo sufre, se lo lleva. Y con el tiempo, va aprendiendo que esas cosas tienen que cambiar (…). Si no te metes adentro de la política no la vas a cambiar nunca”.
La vivencia, para él, es fundamental.
“En el tema personal, yo soy una persona súper esforzada. Y mi familia también. Cosa que yo creo que a muchos maipucinos les debe pasar lo mismo. O sea, cuando una sale de la educación media, cómo se fuerza por llega a la universidad, el recorrido que hace, de repente estudiando hasta tarde, sin ver a la familia de repente, los hijos cuando trabajan… Porque el común de Maipú es una comuna esforzada…”.
“Uno tiene que mirar hacia atrás –reflexiona. Y su conclusión es distinta a cierto estereotipo de derecha— y decir: A mí me costó harto, entonces a ellos también les debe costar harto. Ponerse en el lugar de ellos”.
“Aunque suene muy comunista”, ha dicho en algún momento. La explicación del tono viene también como ejemplo:
“Cuando fui la semana pasada a la CUT. Estaba Lorena Pizarro con Undurraga. Trataron de firmar un documento donde si él salía electo se iba a comprometer a ciertas cosas que me parecieron que era una farsa, una mentira. Porque estuve en el municipio, y sé que él se comprometía a que el SMAPA siempre iba a ser municipal. Oye, la dejó endeudada hasta el 2025 el compadre pos…”. “Y que lo diga una comunista, Lorena Pizarro, donde lo trata de Senador”. “Nunca había sentido que una comunista se vendiera tanto al decir esas cosas…”. Entonces yo de la CUT me paré y me fui.
“Ya tuvo la oportunidad”; “está probado”, señala. Y sentencia: “La teoría se queda en los libros, las palabras. Pero la práctica es lo que vale al final cuando uno habla de política. Es obrar a la comunidad”.
Pier pidió permiso en el trabajo, para afrontar esta candidatura al CORE. Se jacta de saber poner posteras.
“A las once de la mañana —cuenta—, parto con el stand, en la Plaza de Maipú. A las doce y media me voy a una feria, hasta las tres o cuatro. Luego de eso vuelvo al stand. Si alcanzo a comer algo, digamos, como por cualquier lado, por eso estoy tan flaco (ríe). Y en alguna Junta de Vecinos, agrupación o sindicato que me inviten, voy. Al último que fui fue al de Tres Poniente con Av. Sur. Que es un sindicato que se formó, que eran los coleros“.
“Y es un tema súper importante porque ellos hace tiempo han perseguido permiso. Ellos dicen: “Quiero un permiso permanente o provisorio, da lo mismo, yo lo pago”. Y el Alcalde no se los da, les tira a carabineros, seguridad ciudadana”. “Hay también persecución: una persona que compró una cerveza, la dejó al lado de su puesto, la acusaron de que estaba vendiendo alcohol en la vía pública”.
Los coleros son quienes no tienen permiso para ponerse en la feria.
“Uno como candidato no puede hacer mucho. Ayudar como extraoficialmente en algunos cosas. Son temas que van más allá de la política, de una conciencia social que uno tiene que tener. O sea si una persona esta ahí siendo colero es porque lo necesita”. “Tiene que cubrir algo que falta en la familia”. “Si no le dan esa oportunidad, ¿qué se está fomentando?, ¿que el gallo entre a robar?”.
“Luego me voy al stand nuevamente —prosigue—, pa cerrarlo. De seis a ocho. Y de repente terminamos con el tema de la publicidad. El tema de las posteras, gigantografías… Entonces termino como a las diez, diez y media. Y hay días en que he terminado a las tres de la mañana”.
“Ayer fui a la feria que se pone en Isabel Riquelme, camino a La Farfana. Y el mismo problema, es gente que es colero que no tiene permiso. Lo mismo pasa en Ferrocarril con Tres Poniente. Entonces es una problemática”.
“Y ahora, extraoficialmente, que entre ellos mismos saben las noticias, me dijeron: “Qué te parece lo siguiente: Vittori le dio permisos a la gente del consultorio —no sé, a sesenta y cinco personas más o menos…—, si le daban el apoyo a Grijalba””.
“Uno no pide que a ellos no les den permiso, sino que sea una igualdad para todos”.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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