Más de una asamblea ciudadana ha surgido en Maipú (y en otras comunas) durante estos días. “Es un lugar en donde estamos todos invitados, todos llamados a ser parte, a sumarnos, a construir juntos”; “hay cosas estructurales en este país que hay que cambiar”.
Más de una asamblea ciudadana ha surgido en Maipú (y en otras comunas) durante estos días. Hoy estuve en una, a pleno sol, en plena Plaza.
De hecho, se pensó trasladarla a la sombra. La conclusión fue que no, porque por ahí era que pasaba la gente. Gente que eventualmente podría unirse. Fue lo que me pasó a mí, que los vi de lejos, y fui.
Una vez allá, ya no pude hablar de “los vi”, porque pasé a formar parte,inmediatamente. Se ofreció la palabra. Un joven iba anotando los nombres de quienes querían hablar: Camila, Jorge, Patricia… Y luego un moderador iba dando la palabra en ese orden.
“Chiquillos: Ayer fue que comenzó este espacio. De la comunidad; de los vecinos de Maipú. Es un lugar en donde estamos todos invitados, todos llamados a ser parte, a sumarnos, a construir juntos; en unidad, en colaboratividad”.
“Es esencial que comprendamos que esos principios nos deben unir, y que la clase política no va a resolver los problemas por nosotros”.
“(…) hagan todo en comunidad. No se acerquen a los políticos, a ninguno, para que terminen con el manoseo moral que han generado con la gente. Todos, todos los políticos están en la misma parada. Todos, ningún color, ninguna diferencia. Todos, porque el que ve que el otro hace un fraude, calla, y cuando omite, se hace parte de ese delito”.
Había, por supuesto, opiniones encontradas: que hay que trabajar juntos para hacerle una propuesta al sistema político; que “hay que politizar esto”, para desenmascarar a la derecha, que está diciendo que esto no es “ni derecha ni izquierda” para “crear un caos”, y porque no podemos llegar y sacar el sistema republicano.
Ya desde antes, quienes primero habían llegado —cuando inquirí remarcaron que eran vecinos y vecinas; no obstante, se notaba su manejo político— habían pintado unos lienzos, con propuestas en materia de educación, salud y trabajo. Por ejemplo:
“Sueldo mínimo de $600.000; pago por todos los años de servicio; 40 horas semanales de trabajo”.
Apuntaban contra el modelo neoliberal que nos agobia, que nos frustra, que nos tenía con miedo, hasta hace unos días:
“El miedo se perdió”.
Pero eso que sucedía ahí en la Plaza trascendía el modelo, en el sentido de que tocaba un punto aún más esencial: la soberanía popular:
“Esto refleja lo que los vecinos queremos; no lo que el sistema nos está ofreciendo”.
Como enseña el historiador Gabriel Salazar, Chile tiene el recuerdo del cabildo, de la asamblea, del ejercicio de la soberanía popular en el territorio, en la comuna, por el vecindario.
Que existió por un largo período, hasta el primer cuarto del siglo XIX. De ahí en adelante, sustituido el cabildo por el municipio, incorporado este al gobierno central, el ejercicio de la soberanía fue cercenándose hasta reducirse al voto individual.
Pero esto era eso: un cabildo, una asamblea territorial.
Que se esperaba perviviese al reventón social que estamos viviendo, detonado por el alza del pasaje del metro y la rebelión estudiantil. Y que ha tenido en la comuna uno de sus puntos más álgidos:
“Hoy día nuestro pueblo despertó de una manera gigantesca”.
Que haya despertado implica que sigue despierto:
“(…) necesitamos una movilización de largo aliento, y para tener una movilización de largo aliento tenemos que saber organizarnos a nivel territorial”.
Porque “hay cosas estructurales en este país que hay que cambiar”.
¿Y el vandalismo?: “lo hacen ellos todos los días… a través del sistema de transportes, a través de la Ley de Pesca, a través de la minería, a través de la Ley Forestal”.
“(…) nosotros necesitamos reconstruir nuestra comunidad. Es la única manera de salirle al paso a este esquema que hoy día nos quiere seguir esclavizando (…). La única forma de salirle al paso a este esquema es mantener un esquema territorial, organizarnos en nuestros territorios, y seguir manteniendo esta comunidad y este sistema. Es la única manera”.
Articulando lo local con lo nacional:
“Para aterrizar un poco el tema a lo que es Maipú, aquí tenemos por ejemplo iniciativas como la de la señora Cathy Barriga, que ha hecho convenios con Salcobrand, en vez de tirar los recursos a las farmacias populares (…). “Médicos a domicilio”: en vez de tirar todos esos recursos —son mil y tantos millones— a una actividad privada, debió haberlos canalizado por la Disam, y fortalecer la salud pública a través de los consultorios. Por lo tanto, la casta política lo único que ha hecho es negociar con nuestras demandas, con nuestros derechos”.
Pero, en fin, esto es solamente una muestra. La deliberación está allá.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
Susana silva.salassalassu dice
Cómo participar..por.el.bién de la comuna..la comuna que.era el.pueblito de.maipú..con sus.lecherias..sus.plantaciones y las persona que se saludaban en la.calle…quiero participar..llevo muuuuchos.años en esta linda comuna…
Susana silva.salassalassu dice
Quieto participar
Javier Orellana dice
ya, dónde y cuándo son las próximas asambleas?