Hay sensaciones instaladas, una cierta tendencia a siete meses de la elección de alcaldes y concejales en octubre de 2024, que van encajando las piezas de un puzzle electoral que solo se completará cuando se haya sumado el último voto.
Para las figuras políticas que consolidan sus expectativas personales comienza una larga jornada de elecciones, en las que deben medir su efectivo crecimiento, capacidades y posibilidades para aspirar a un ascenso en su carrera política (o de servicio público).
En el plano colectivo, la suma post-elecciones será la totalidad de votos conseguidos, sean estos de victorias o derrotas individuales. Aquí se trata de cumplir los estándares de sobrevivencia de cada conglomerado político. Así como el respaldo electoral con los que se mirará contiendas presidenciales y parlamentarias que vendrán al año siguiente.
Estos resultados marcarán para los partidos y coaliciones un nuevo escenario de sensaciones, por esta razón políticamente ninguna elección se puede dar enteramente por perdida porque en el pozo global, todos los números suman.
Tomás Vodanovic (Revolución Democrática), el candidato que tendría asegurada su reelección
No es un misterio, ni un análisis tendencioso, afirmar que el alcalde de Maipú, ha conseguido de manera ascendente un posicionamiento político que es reconocido transversalmente en las esferas políticas, que le hacen una de las cartas más seguras para reelegirse. Más aún hay quienes en la propia derecha señalan que Vodanovic sería “el ungido” de su sector, para una futura contienda presidencial, a pesar que Vodanovic (quizás como los viejos políticos) ha dicho que no quiere, no debe, ni puede.
Las pronósticos, no solo de un eventual triunfo y reelección del actual edil de Maipú en las elecciones de octubre próximo, sino que además pueda ser por una mayoría significativa de votos, en una comuna con un universo electoral caudaloso de 400 mil electores, tiene esperanzado a su alicaído gobierno, especialmente a lo que queda del Frente Amplio, y preocupados a los analistas electorales de derecha opositora, a fin de cuentas en una elección los votos “son amores y no buenas razones “.
Maipú con historia de alcaldes presidenciables
La comuna debe tener razones y potencial para ser un sitio comunicacionalmente atractivo, por extensión sus máximas autoridades siempre están en el ojo del huracán noticioso, poniendo su propio sello en esta cruzada.
Desde los tiempos del ex alcalde Alberto Undurraga, se inauguró esta especie de figuración mediática de los alcaldes/as, que no escondían sus pretensiones presidenciables. Esta posta la continuó el ex alcalde Christian Vittori, y con mucha fuerza la ex alcaldesa Cathy Barriga, a quién personeros de la derecha la sindicaron en algún momento como una figura capaz de representarlos en una contienda presidencial.
El destino de estos tres alcaldes es de público conocimiento:
En el caso del ex alcalde Undurraga, tras perder una candidatura senatorial, asumió el ministerio de Obras Públicas en el gobierno de Bachelet, y ahora es uno de los diputados del distrito ocho.
Por su parte el ex alcalde Vittori, perdió la reelección a la alcaldía y ha tenido un largo período dedicado a la defensa de querellas que devinieron de su gestión, las que según sus cercanos ha sorteado con éxito en tribunales y ahora se encontraría en disposición de asumir una postulación a la alcaldía de Maipú, una candidatura todavía bajo la línea de lo público.
En el caso de la ex alcaldesa Barriga, es por ahora quien más lejos se encuentra de la actividad política contingente, enfrentada a un bullado caso judicial en curso.
Siguiendo con la tradición, es ahora el actual alcalde Vodanovic el que irrumpe en este probable camino hacia la Moneda.
Algunos hechos en la escalada de Vodanovic
En distintos sondeos para estas elecciones municipales en el país, en más de alguno se ha preguntado por la elección de alcalde de Maipú.
El actual edil, Tomás Vodanovic, sería el que lideraría las preferencias empinándose sobre el 50 % de adhesión. En realidad el edil declaró tempranamente su candidatura a la reelección, en tanto la derecha ha permanecido silente en cuanto a sus posibles candidaturas, por lo que durante mucho tiempo Vodanovic ha corrido prácticamente solo, o midiéndose en sondeos recientes con nombres que ni siquiera se vislumbra puedan rescatar una cantidad interesante de la votación para su coalición. No hay nada serio ni confirmado en el conglomerado opositor, salvo una preocupación sobreviniente mirando los datos y confirmando que han descuidado a Maipú y debieran encontrar un buen nombre para estrechar las distancia y cuando menos mantener la votación histórica de la derecha.
Entretanto, el alcalde Vodanovic ha ido cimentando y dando medidos pasos que lo han catapultado al torrente mediático, transformándolo en una figura reconocida, efecto en el que tuvo su primer impulso en las denuncias y querellas contra la ex alcaldesa Cathy Barriga, convertida en su “caballo de troya” para declarar en el inicio de su gestión a un “municipio en quiebra”, y declarando que “aquí no había plata para nada”, luego para poner el tema en la órbita nacional, con todos los medios existentes para anunciar querellas que han dado lugar durante los primeros meses del año a una investigación que sigue adelante el Ministerio Publico, con una cobertura exuberante.
Puesto en la agenda noticiosa, nuevamente Maipú se transformó en un actor relevante por la crisis de seguridad que comenzó a afectar de manera asfixiante a la población, a vecinos y vecinas a cualquier hora del día. Una ola de crímenes y una delincuencia desatada, impulsaron a Vodanovic a pedir ayuda al gobierno para la intervención de militares en la comuna. Esta solicitud a pesar de ser una repetición de lo pedido por otros alcaldes, tuvo un efecto y despliegue inusitado de prensa que llenó portadas, entrevistas y noticieros, en cuyo centro estaba el alcalde de Maipú. Al final del día, como diría un distinguido político, “fue un buen punto para el edil”, porque además le quitó a la derecha la exclusividad del tema de la presencia militar para combatir la crisis de seguridad.
El alcalde Vodanovic, junto con demostrar su notorias capacidades para dar vuelta las debilidades y problemas presentes en la comuna, (ej. La crisis de seguridad), transformándolas en oportunidades para transformar y cambiar el eje del conflicto proponiendo ideas para su eventual solución (algo del estilo Lavín padre en su mejor momento), tiene además en su favor atributos innegables, propios de liderazgos que requieren una dosis de carisma que se nota en una relación fácil y afectuosa con los distintos grupos sociales y dirigentes de la sociedad local (con excepción de los funcionarios municipales, sus subalternos directos, donde curiosamente hay quejas de cierta indiferencia y descuido de la actual administración por el clima de relaciones humanas).
El alcalde ha convivido en un estado de gracia, con un concejo municipal escasamente protagónico desde el punto de vista político, más funcional que deliberante, salvo un par de honrosas excepciones en las que ha cruzado la línea de la complacencia y donde algunos(as) parecen cumplir las tareas de comisiones, dar cuentas al jefe comunal, participar de las reuniones programadas, atender sus redes sociales, como un ritual justo y necesario para volver a repostular por una silla en el concejo municipal por un nuevo período después de las elecciones de octubre próximo.
Ahora el alcalde está empeñado en lucir la ejecución de las 200 obras de su gestión, muchas de las cuales se encuentran en plena ejecución este año, con recursos del estado, principalmente de millonarios proyectos entregados por el Gobierno regional de Santiago y la gestión de recursos del presupuesto municipal, estimado por sobre los 150 mil millones de pesos anuales, sin los fantasmas de una quiebra.
Son muchas y variadas las repercusiones del efecto de las próximas elecciones municipales y la votación que obtenga el alcalde Vodanovic en Maipú, especialmente si la derecha se duerme y se la lleva la corriente.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.