El pasado 26 de noviembre del presente,a las 11: 00 de la mañana, se realizó en toda la Región Metropolitana, de Santiago de Chile, un simulacro de terremoto, organizado por la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior, ONEMI, en conjunto con el Ministerio de Educación, MINEDUC.
En esta actividad de organización y prevención, se movilizaron alrededor de 2.650.000 estudiantes en esta región. Todo esto en coordinación con las fuerzas de apoyo de Carabineros de Chile; Bomberos; Asistencia Pública; Equipos de Emergencia de las respectivas Municipalidades; los observadores de la Onemi y de las respectivas Provinciales de Educación.
Personalmente me correspondió en mi Unidad Educativa la preparación del Comité de Emergencia Escolar, trabajo que se logró gracias al apoyo de todos los estamentos del colegio y especialmente de los alumnos, los que fueron activos y entusiastas colaboradores, en la formación de equipos internos para responder con la mayor eficiencia a las exigencias de este simulacro.
Debo reconocer que la función de la ONEMI fue bastante inferior en comparación a como fue el año anterior. Además de una evidente improvisación, una carencia de material de apoyo total.
En general, quiero destacar que en Chile falta mucho en materias de prevención de catástrofes. Falta planificación, falta coordinación, falta más profesionalismo para enfrentar potenciales situaciones que en un país con una realidad sísmica permanente debiéramos tener.
Me pregunto si ante una realidad de un terremoto que ocurra en horas de clase, un tercio de los apoderados se movilizaran en automóvil para ir a buscar a sus pupilos, o sea unos 850.000 automóviles más en el flujo de nuestras ya obstruidas calles, ¿cómo se podrán movilizar los equipos de seguridad?
Por ejemplo, me parece increíble que no exista una ley que obligue a todos los centros educacionales a tener vidrios de tipo inastillables o acrílicos para evitar los accidentes a raíz de rompimientos de vidrios, con las heridas y cortes, además de la peligrosa astilla de vidrio, generada en la rotura de estos materiales y que al tener menor peso específico, se mantiene más en el aire y puede dañar un ojo humano, lo que ocasionaría un accidente grave y que, en una situación real, demoraría mucho una evacuación además de ser una lesión que por su gravedad no es de fácil atención .
Considero que cada uno de los colegios, escuelas, sala cunas, jardines escolares, liceos, centros de formación técnica, institutos profesionales y Universidades de nuestro país, deberían estar clasificados como lugares de ALTA SEGURIDAD.
Por lo que considero que son nuestros parlamentarios los que deben crear un proyecto de ley para exigir que en cada colegio de Chile, todos los vidrios sean inastillables o de acrílicos.
Por sobre todo debe estar la protección de nuestros niños y niñas. Ellos son nuestra principal responsabilidad.
Chile es un país sísmico, la posibilidad de un terremoto siempre está con nuestra realidad como la Espada de Damocles, pendiendo sobre nuestras cabezas. Debemos realizar muchas más de estas simulaciones y luego evaluar los resultados para ver en qué estamos bien y en qué estamos fallando, no podemos darnos el lujo de dejar de lado la prevención de riesgos en la seguridad escolar.
INVITO A TODOS LOS PARLAMENTARIOS Y PARLAMENTARIAS A CONSIDERAR ESTA INICIATIVA.
Muchas Gracias.
* Profesor de Mecánica Automotriz en Enseñanza Media Técnico-Industrial. Vive en Ciudad Satélite.
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Profesor de Mecánica Automotriz en Enseñanza Media Técnico-Profesional. Vive en Ciudad Satélite, comuna de Maipú.
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