Por Carlos Rodríguez.
Poco ha transcurrido desde el vamos al tan anhelado “proceso constituyente” por parte de la Jefa de Estado. Dentro de un sinfín de ambigüedades, como ya está siendo costumbre, la Presidenta ha confirmado que no habrá cambio de Constitución durante su gobierno.
En la antesala de la reciente jornada futbolera, mientras seguramente muchos se encontraban preparado los asados pre-futbolisticos, se nos ha invitado a participar de un proceso que será finalmente delimitado por un congreso no representativo ni democrático, cuyos miembros fueron electos bajo un régimen binominal. Son estos parlamentarios, vinculados con los grupos trasnacionales, los llamados a enseñarnos hoy sobre educación cívica y participación ciudadana.
Este gobierno reformista de las eternas promesas ha expuesto cuatro propuestas, no a la ciudadanía, sino que al corrompido parlamento (Penta, SQM, Ley de pesca, etc.). Una vez más, nos tendremos que conformar con esperar la decisión de “grupos de expertos” para conocer cuál será el futuro de este particular proceso. ¿Será que ahora, después de siete gobiernos, seis de los cuales han sido de la Concertación, lograremos al fin ver matices de cambio a la fraudulenta Constitución? Una constitución que se forjó en tiempos dictatoriales, de horror, torturas y asesinatos, elaborada en una sociedad privada de libertad de expresión.
Desde 1980, nuestra Constitución se ha encargado de sostener un modelo neoliberal, defendiendo la propiedad privada por sobre todo y reduciendo al Estado a jugar un rol subsidiario, para así salvaguardar a la banca y al empresariado a expensas del pueblo. Esta Constitución ha establecido el lucro de nuestros derechos sociales básicos y el usufructo de nuestros recursos naturales esenciales como una práctica legítima y casi incuestionable. No olvidemos que es la Carta Magna el instrumento que sienta las bases de la sociedad que queremos y la formación de ciudadanos que a ésta compondrán. ¿Es esta la sociedad y fundación que esperamos ver a futuro?
Desde 1980, nuestra Constitución se ha encargado de sostener un modelo neoliberal, defendiendo la propiedad privada por sobre todo y reduciendo al Estado a jugar un rol subsidiario, para así salvaguardar a la banca y al empresariado a expensas del pueblo. Esta Constitución ha establecido el lucro de nuestros derechos sociales básicos y el usufructo de nuestros recursos naturales esenciales como una práctica legítima y casi incuestionable
Muchos hemos propuesto la cuestionada Asamblea Constituyente (AC) no solo como un mecanismo democrático para cambiar la Constitución sino que, además, como una oportunidad única para generar un momento político de representatividad, debate y educación. Sin embargo, sus detractores en la derecha política-económica, ha insistido en presentarla como una causa segura de inestabilidad política y de desorden constitucional.
Ante esto, es fundamental comprender que la AC es básicamente un engranaje capaz de regresar la soberanía y el poder a la ciudadanía. Una vez que la soberanía esté en manos del pueblo, podrán nacer nuevos actores políticos, entendiendo que todo ciudadano es un ser político. No obstante, es necesario comprender que la AC no es la “panacea”, sino que debemos entenderla como un espacio popular de representación de diversos sectores, ya sea populares, progresistas y oligárquicos. Por tanto, la lucha por una Constitución que nos permita aspirar a una nueva sociedad dependerá de un pueblo que sea lo suficientemente educado e instruido, y que tenga el carácter y la responsabilidad política a la altura de este importante desafío. La AC es entonces un “emparejamiento de cancha”, que tan solo un pueblo empoderado podrá enfrentar de forma responsable. Se hace alusión a esto debido a que la AC se ha convertido en el caballo de batalla de muchos sectores, incluso desde el oficialismo, pero no pasa de ser más que un objetivo proclamista, sin entregar acciones concretas que orienten y nos eduquen al respecto, sino más bien son elementos distractores para el pueblo.
es fundamental comprender que la AC es básicamente un engranaje capaz de regresar la soberanía y el poder a la ciudadanía
Centro Cultural Paulo Freire
El Centro Cultural Paulo Freire, junto a algunas comprometidas agrupaciones populares de la comuna, ha querido abrazar este desafío optando por la organización, la reflexión, la convicción y la educación. Es así como ha surgido la necesidad de levantar la Escuela para Monitores de AC, replicando la excelente iniciativa surgida desde el Foro por la Asamblea Constituyente. El Foro por la Asamblea Constituyente llevó a cabo la primera Escuela de AC y colabora hoy en la formación de otras escuelas. Entre sus integrantes, destaca la figura del historiador Sergio Grez, quien ha estado apoyando a los colectivos que se encuentran trabajando y empujando este movimiento por la AC a lo largo del país.
Como Centro Cultural, hemos recorrido un camino previo de charlas, foros, manifestaciones y actividades callejeras para el ciudadano de a pie, con carácter de formación. Es por ello que queremos aprovechar de invitarlos los sábados a las clases de la Escuela para Monitores de AC, Maipú, en la sede del Sindicato de Trabajadores de Nestlé, ubicada en calle Manuel Rodríguez 2074. A la fecha, se han desarrollado tres sesiones con gran convocatoria y participativos asistentes. En paralelo, se seguirán realizando conversatorios y talleres en relación a estos temas y aspectos locales de nuestra comuna.
El proceso constituyente del pueblo ya se ha iniciado pero aún queda un largo camino por recorrer. Los invitamos a ser parte de este camino de formación y educación para recuperar nuestros derechos sociales usurpados desde tiempos dictatoriales.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
ernesto hernandez dice
Tremenda noticia es esta de las escuelas AC. Me integrare en cuanto regrese a chile, en diciembre
Centro Cultural Paulo Freire dice
Es la dinámica que va tomando este proceso educativo en torno al pueblo. El momento es complejo y solicita acciones a la brevedad pero aunque tarde más tiempo este camino, la educación no debe esperar, solo así el pueblo va a exigir y a proponer en cuanto a conceptos críticos. Necesitamos el estallido social!
Publiquen con anticipación las clases de la Escuela Constituyente para poder promoverla.
Publiquen con anticipación las clases de la Escuela Constituyente para poder promoverla.
Hola Mónica,
En eso hemos estado, en redes sociales y volanteando en la plaza Maipú. Además de recibir el apoyo de medios como La Batalla pero a veces no alcanzamos a llegar a todo rincón donde quisiésemos. De todos modos mañana es la 4ta sesión de un total de 7. Ojala puedas participar de las próximas! Un gran abrazo y gracias por ofrecer promoción, muy impartante para la Escuela.