“Que no falte ninguno
a mi cumpleaños,
y que no se preocupen
por los regalos”
“Que se vengan los chicos”, interpretó un grupo numeroso de niñas y niños que participaron la noche de ayer sábado del cumpleaños del Centro Cultural Rayén, en Maipú.
Regalos no faltaron, la verdad. Entre ellos varias presentaciones artísticas que hicieron que el tiempo pasara rápido.
Son 16 años los que lleva el Centro Cultural Rayen funcionando en la sede de propiedad municipal ubicada en Pelantaro 2354, esquina Purén, en el límite de las villas Municipal y Louisiana, sobre el cerro de la Avenida Victoria.
Le consultamos a Segundo Sanhueza, quien se hizo cargo de las presentaciones, qué es el Centro Cultural Rayén:
“El centro cultural Rayén es una organización popular, que tiene como norte la educación popular, que se fundó el 7 de noviembre de 1998, y tiene como propósito el poder desarrollar actividad popular en el ámbito de la educación, en los distintos grupos, ya sea niños, jóvenes y adultos, a través del arte y la cultura, considerando que la cultura contiene a la ciencia, el arte, la política, la economía”.
¿Quiénes lo integran?
“El centro cultural en estos 16 años ha sido integrado por distintas personas, desde profesionales hasta obreros calificados u obreros simplemente, y también gente de distinta condición socioeconómica, pero que tiene un propósito común, y este es solidarizar con los demás”.
“Aquí -dijo- hay un elemento que es bastante característico de este espacio, que es la ausencia de dinero y la ausencia de proyectos. Aquí nosotros consideramos que los proyectos anulan la voluntad. Entonces al considerar esto todo este trabajo es voluntariado, es un trabajo voluntario, en donde no hay recursos económicos de por medio, ni aportes económicos de instituciones, ni actividades que busquen juntar plata para esto”.
“Es decir, no hacemos completadas, ni bingos, ni nada por el estilo, sino que las actividades que se desarrollan, cuando son talleres por ejemplo, son a través del trueque, entre el que ofrece el taller y los que lo toman. Se ponen de acuerdo en términos de intercambiar conocimientos, intercambiar saberes, a través de un taller específico. Y eso nos ha permitido funcionar por dieciséis años y no tener las dificultades que se presentan muchas veces cuando está el dinero de por medio”.
“En el caso de la bilbioteca -contó-, el fondo bibliográfico de la biblioteca está intergrado en un cien por ciento por libros donados. Entonces no son saldos de las editoriales, ni son aportes de otras instituciones, sino que son aportes de los propios vecinos, que una vez que han leído los libros los donan a la bilbioteca, de manera que podemos decir que el cien por ciento de los libros han sido leídos, no así como algunas otras cosas bibliotecas que tienen libros que no han sido leídos nunca”.
Y aquí cabe consignar la anécdota referida por Marlene Schulz, quien trabaja en la Biblioteca Popular Rayen:
“Los libros generalmente guardan cosas, que la gente deja en los libros: las florcitas que dejan para que se sequen, hojitas, boletos de locomoción, cartas, y muchas cosas… “.
Recibos antiguos del agua en Maipú; boletos de buses “Pila-Cementerio”, “Maipú-Cerrillos”.
“Hay una foto de una niña, muy bien escrita, tiene que haber sido de los años ’70. Pero era de las vacaciones, como dándole las gracias por los días vividos en las vacaciones… Como un amor de verano…”, ríó Schulz.
La cultura
Funcionan entonces en base a la donación, al trueque…
“Claro, el trueque… La solidaridad. Fundamentalmente la solidaridad de clase. Acá todos somos trabajadores [Sanhueza es Bibliotecario del colegio Centenario de Maipú] y le robamos el tiempo a la familia a veces, le robamos tiempo a nuestro propio trabajo remunerado, para poder hacer este aporte que creemos que es muy necesario”.
¿Por qué es necesario?
“Es necesario porque hoy día se presentan una serie de alternativas y de malformaciones de lo que nosotros entendemos por cultura. O sea, en ese ámbito nosotros creemos que por ejemplo Maipú no tiene un departamento de cultura en su municipio, sino que tiene una oficina de eventos. Un departamento que está reducido a producir eventos, entonces es una productora de eventos. Más encima rasca porque no van nunca a pérdida, de manera que le da lo mismo realizar un evento donde van tres personas o donde van trescientas”.
“De manera que nosotros creemos que la alternativa cultural -dijo Sanhueza- es una alternativa de protagonismo, y esa altrnativa de protagonismo está instaurada en la participación. Entonces nosotros proponemos la participación y el diálogo. El diálogo en sus diversas expresiones, ya sean audiovisuales, verbales, y un apecto muy importante dentro de esto tienen los conversatorios que realizamos periódicamente en este espacio”.
“Conversatorios que abordan distintas temáticas que van desde lo internacional hasta lo más local, y que tienen como particularidad que sus asistentes no necesriamente obedecen a la erudición sino que se producen conversaciones coloquiales que son propias de la educación popular”.
Cumpleaños
Además del coro infantil se presentó un número de cuentacuentos, el cantauror Raúl Acevedo y Victoria Herrera, con un espectáculo de danza:
“La primera canción que bailé era una canción de cuna, cantada en mapudungun: “Canción para dormir a un niño”, donde la mamá se preocupa de cuidar al niño de los zorros. Ella le dice que está protegido, que ya los zorros no van a llegar…”.
La segunda canción fue la “Canción sagrada del Viento”, “que le da una bienvenida al viento del norte, del sur, del este, del oeste”.
Ambas de Beatriz Pichi Malen.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
Manuel Riffo dice
Felicitaciones en su cumpleaños al centro cultural Rayen. Es de admirar su consecuencia y trabajo que todos estos años los han caracterizado, junto a los niños y vecinos.
También felicitar la siempre buena disposición y el profesionalismo del Director de “La Batalla”.
Saludos.