Por Rocío Inostrosa.
Fotografías de Estefanía Henríquez.
En medio de las polémicas por la instalación de la curtiembre Riñihue, en el número 610 de la calle Cerro Sombrero, en el sector industrial de Maipú (referencia: Camino a Melipilla, por detrás de Abastible), La Batalla entrevistó a su dueño y representante legal, Miguel Bas.
Se trata de una empresa de la familia Bas, dueña de Curtiembres Bas en San Joaquín, cuyo funcionamiento ha acarreado conflictos con la vecindad y las autoridades locales, que reclaman por los malos olores.
Una curtiembre es el lugar donde se realiza el curtido, o proceso mediante el cual la piel de algunos animales es convertida en cuero.
La planta de San Joaquín tiene autorización para funcionar hasta septiembre de 2017. Antes, iniciarán un cambio gradual hacia Maipú.
¿Qué diferencia hay entre la empresa que existe en San Joaquín y la que está ahora en construcción en Maipú?
“Son dos empresas totalmente distintas, la curtiembre que tenemos nosotros en San Joaquín no tiene nada que ver con esta, porque es una curtiembre del año 50… Las tecnologías han avanzado muy rápido y para solucionar problemas y eso es lo que nosotros tenemos acá. En este momento esta curtiembre va a ser una de las curtiembres que va a estar con la tecnología número 1 en el mundo, con todos los implementos de seguridad, de trabajo, de planta de tratamiento de agua, para que la curtiembre cumpla 100% con toda la normativa de medio ambiente y con las comunidades, porque al cumplir con uno voy a cumplir con lo otro”.
¿Por qué decidieron utilizar este lugar para la instalación de la curtiembre?
“Porque este es un sector para industria molesta, que está tipificado de esa forma, y es un sector que nos queda bastante cerca de los abastecimientos de materias primas, tenemos accesos bastantes buenos. El aeropuerto está cerca, exportamos mucho. Es una ubicación bastante estratégica para nuestra empresa”.
De entrada al terreno de las obras se percibe un estado de avance considerable del proyecto, la información entregada por la curtiembre nos señala que se encuentran en un 40% de avance y la construcción se extenderá hasta diciembre. El proyecto estima la utilización de alrededor de 10.000 m² en un terreno de aproximadamente 50.000 m², con una inversión cercana a los ocho millones de dólares.
Durante un recorrido por la obra, Miguel Bas nos explica qué conllevaría cada estructura: La curtiembre contaría con dos instalaciones principales que corresponden, en primer lugar, a un galpón industrial cerrado donde se ubicaría la curtiembre en sí, además de oficinas y otras disposiciones necesarias para la empresa, y; en segundo lugar, contarían con una planta de tratamiento de agua, que permitiría la reutilización de agua en las labores de producción, además de tratar las aguas que luego se desecharán en el alcantarillado público, mediante un tratamiento que Bas asegura que significaría que estas aguas queden disponibles como agua “apta para riego”.
Si bien nos comenta que la intención no es utilizarlas para dicho fin, plantea que esto significaría que el agua que ellos destinen al alcantarillado de SMAPA no sea más contaminante que la de cualquier domicilio.
¿Ustedes han tenido conversaciones con SMAPA?
“Nosotros con SMAPA, primero que nada, hablamos con ellos para consultar la factibilidad de conectarnos al alcantarillado, y ellos nos dieron la aprobación de conectarnos al alcantarillado de ellos. O sea, nosotros tenemos todo aprobado por SMAPA. Aquí no va a haber ningún agua que vaya a ninguna otra parte”.
¿Alguno de esos alcantarillados va al canal Santa Marta?
“No, no puede. Todo lo que sacamos acá de la curtiembre va a las aguas servidas a SMAPA. No hay ninguna agua nuestra que vaya a un canal”.
¿Cuáles serían las tecnologías que utilizarían para prevenir el daño ambiental?
“Tenemos las separaciones de las aguas, todas conducidas hacia los estanques donde deben conducirse. No va a haber mezclas de productos químicos que produzcan olores. Todo el manejo de químicos va a estar bajo la norma que exigen en este momento las instituciones de gobierno. En la planta de tratamiento de agua está una membrana de goma impermeable, luego una superficie de fierro, luego una superficie de concreto. Entonces, que se llegara a filtrar el hormigón, es imposible”.
“Lo más importante de esta planta es la separación de todas las aguas, el recirculamiento de las aguas, el reciclo de las aguas. Que vamos a ser una planta que va a ocupar mucha menos agua que cualquier otra curtiembre. Y lo otro, es que toda la planta va a ser una planta de tratamiento de agua completa, que no hay ninguna otra curtiembre en el país que la tenga”.
Una de las principales quejas de los vecinos en San Joaquín era la emanación de olores, ¿por qué acá no se repetiría lo mismo?
“Por lo que le expliqué anteriormente. Nosotros vamos a hacer aquí una tecnología totalmente distinta a la que teníamos en San Joaquín. En San Joaquín hay una tecnología del año 50, esta es una tecnología del año 2020. Es otra cosa. Son aguas que van todas separadas por canaletas distintas, se van a tratar las aguas de forma distinta. O sea, no debería existir emanación de olores”.
Para dar aviso ante la emanación de olores molestos, el protocolo según la Declaración de Impacto Ambiental sería mediante la denuncia. ¿Cómo deberían proceder los vecinos?
“Vamos a tener un libro de reclamo en portería. Cualquier cosa que haya, puede quedar expreso, y lo iremos revisando para solucionar los problemas”.
Consultado acerca de si consideran que podrían haber generado un acercamiento a la comunidad para informar del proyecto previo inicio de las construcciones, Miguel Bas nos responde:
“Dentro de la Declaración de Impacto Ambiental había una exigencia que nosotros teníamos que avisar a la comunidad y se puso en la radio, nosotros pusimos en la radio ADN. Se puso por tres días el aviso en la radio para que lo supiera toda la comunidad, pero no le dieron importancia”.
¿No pensaron en algún minuto recurrir a otra instancia además del aviso radial?
“Nosotros, como nos veníamos a un sector que es netamente industrial, pensamos que no debíamos. Pero en el fondo, ya estamos tratando de revertir ese error, y por eso que los invitamos aquí, y si las comunidades quieren venir, no hay problema, encantados los atendemos”.
¿Cree que existe la posibilidad de que a ustedes les reviertan los permisos que les han entregado?
“Ojalá que no pueda pasar eso, pero en el fondo lo que yo creo es que los permisos están bien sacados, estamos bajo toda norma. Yo creo que a lo mejor falta información para que vean todo lo que se está haciendo, la tecnología que se está usando. Yo creo que no se puede llegar y decir que uno es contaminante, si no ve realmente lo que se está haciendo”.
¿Usted podría asegurar que las dificultades que han tenido los vecinos en San Joaquín y lo que provocó el movimiento que pedía que la curtiembre se fuera de esa comuna no se volverán a repetir en Maipú?
“No se van a repetir. Y, además, nosotros estamos con un sistema de análisis y seguimiento de olores cuando la planta se ponga. Y no es un tema solo de la planta de tratamiento de aguas, sino que es un tema de cómo nosotros vamos a conducir todas las aguas en la curtiembre”.
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Bueno a su casa el mal olor no llegara.