Scarlette Espinoza, de 15 años, falleció la madrugada del lunes 18 de agosto, en el Hospital El Carmen de Maipú.
En entrevista con este medio la madre, Angélica Marín, refirió la circunstancia haber esperado su hija durante cuatro horas por atención médica.
Ahora presentamos la entrevista que el pasado viernes 29 de agosto sostuvimos con el director del Hospital El Carmen de Maipú, Ricardo Saavedra, a propósito de este caso.
Ricardo Saavedra oía nuestras preguntas inmutable. Posteriormente, unos segundos después, sus respuestas comenzaban deslizarse de manera calma, suave y controlada.
Indicó que había ordenado un sumario, para el que fijó un breve plazo de veinte días: “Porque yo creo que muchas veces en los sumarios se descansa en que las cosas se diluyan y se olviden y en este caso nosotros no queremos por ningún motivo que se olvide. Queremos que eso sea el punto de partida, primero, de ver donde están las responsabilidades, y también qué cosas es necesario modificar”.
“La gravedad que tiene la muerte de una joven que acude a un servicio de urgencia y que es trasladada de otro establecimiento. Eso tiene que investigarse profundamente: Qué ocurrió que se tuvo ese resultado”.
Paralelamente a este sumario, el director dispuso por resolución la creación de un comité estratégico de riesgo clínico, “en el cual se va a consignar cualquier situación que pueda ser constitutiva de error o negligencia, y semanalmente van a ser vistas y analizadas por todos los jefes de servicio, por el enfermero que está encargado de gestión clínica, los jefes de servicios clínicos, el jefe de la urgencia, el director del hospital que soy yo y la subdirectora médica (…)”.
Asimismo, “la recopilación de todos los protocolos de reclamo, incluidos los del servicio nuestro y los del Hospital Padre Hurtado. Y ahí es importante que usted sepa que un fiscal como el que hemos nombrado tiene una autoridad muy grande como para llegar a donde él le parezca que tiene que llegar para investigar lo que se le ha encargado. No tiene una jurisdicción estrecha ligada solo al hospital”.
“Por otra parte también tomamos la medida inmediata de suspender de sus funciones de jefatura de turno al médico que atendió a la chica, mientras se investigue. Eso no supone necesariamente la culpabilidad de él, pero es una medida precautoria que se puede tomar”.
A la madre de Scarlette, Angélica Marín, se le entregaron todos los antecedentes que solicitó. “Ella tiene derecho —dijo el director— a solicitar todos los detalles de las atenciones clínicas, de quiénes la atendieron, de qué se hizo, etcétera (…)”. Todo lo anterior, en el entendido de que “esto no pretende para nada limitar todas las demandas que le parezcan y nosotros vamos a entregarle todos los antecedentes que ella necesita”.
“No podemos dejar de conmovernos en una situación de este tipo. El sentido común hace pensar muchas veces que uno en salud tiene que desarrollar una especie de armadura, de cuero duro para que este tipo de cosas no le lleguen. Pero la verdad es que eso empobrece nuestro espíritu, nuestro corazón, y tenemos que mantener la compasión, en el sentido de sentir lo que otros sienten, y humanizar los hospitales”.
“El hecho fundamental es que esta chica vino para acá, que estuvo en la sala de espera un tiempo prolongado y que falleció. Eso es suficiente”.
“Una cosa en la que queremos insistir mucho —dijo el director en cierta parte de la entrevista— es que la gente no venga por patologías poco graves”. Consultado acerca de por qué ocurre lo contrario, señaló:
“Yo creo que hay una tendencia a mirar la salud desde lo hospitalario. Pienso que la gente a veces no valora la importancia que tienen las propias medidas de auto-cuidado (…) Y si siente que la situación no es grave no debe venir a un servicio de urgencia. Para eso están los SAPU; para ello está la atención primaria”. En este sentido, apuntó que “tal vez se necesite mucho más educación en salud”.
“Mucha gente piensa que la atención primaria es como una medicina de bajo nivel. Debería ser de muy alto nivel. Pero la verdad es que hay un gran déficit en la atención primaria. Se calcula, por un estudio que el propio alcalde de Maipú, como presidente de la Asociación chilena de municipalidades (AChM), solicitó y presentó y me lo comentó, que hacen falta 6.000 médicos en la atención primaria en el país. Y yo diría que hay una consideración tanto de la población como de los propios médicos de que eso es una medicina de bajo nivel, y es un error muy grave, porque allí se pueden ver mucho más cerca del hogar situaciones que a veces son de alta complejidad y que se pueden resolver mejor ahí. Y entonces este modelo centrado en el hospital, que a su vez está aislado de su comunidad como una torre de marfil, es un modelo que hay que cambiar (…)”.
“Es muy interesante su pregunta. Y es un tema que he estudiado. A principios de los años cuarenta una generación muy importante de salubristas chilenos se formó en Estados Unidos (…), y vino una generación muy destacada de salubristas, que tuvieron que ver con la creación del Servicio Nacional de Salud (…), que con estas ideas nuevas pusieron el acento en la propia comunidad, en la educación, en el control del niño sano, en el control de las embarazadas, en la educación en salud… y se crearon en esa época las unidades sanitarias. Y yo creo que tenían toda la razón: ahí debería estar el centro y el hospital ser una excepción. Sin embargo, se rebelaron los directores de los hospitales (específicamente el año ’57) y pasaron a ser los jefes de las áreas de salud. Y yo creo que ese modelo hasta la fecha no ha cambiado esencialmente (…)”.
“Yo creo que tenemos una salud a nivel nacional poco equitativa. Yo creo que hay problemas de equidad como el problema tal vez más importante. Porque hay una salud en la que cualquier caso de urgencia se resuelve de manera completamente distinta entre la gente que tiene muchos recursos (y cuando me refiero a recursos no solo son recursos de dinero, sino que son recursos también de educación, de información), y la que tiene pocos recursos”.
“Cuando se dice que tenemos las tasas más bajas de América Latina en sus promedios, en mortalidad infantil, en mortalidad materna, en muchas cosas importantes, se está hablando de promedios. Pero cuando hacemos el análisis de acuerdo al nivel educacional de una persona, y sus ingresos, y su trabajo, etc., vemos las tremendas diferencias que está develando esa inequidad”.
“Sí. Yo creo que los seguros privados no han sido una solución para Chile. Yo creo que Chile necesita un sistema de salud que sea válido para todas las personas, y que no se produzcan estas inequidades, y que la gente sin el poder económico y sin el poder de la educación tenga que recurrir a los medios de comunicación de masas para que se resuelvan sus problemas. La salud tiene que transformarse en un derecho, válido para todos; de cualquier condición social, etnia o sexo. Tiene que ser equitativo. Y ahí esta el problema central de la salud en Chile hoy día, creo yo”.
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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