
Diego Ortiz (33) llegó a Maipú a los ocho años junto a su familia, estableciéndose en la villa Los Robles 2º del barrio Sol Poniente. Mientras asistía al colegio CEMAR, su madre abrió una peluquería en la calle La Galaxia, un punto de encuentro donde se compartían historias y también, sin que él lo supiera, comenzaría su destino musical.
Su primer contacto con el piano fue casi accidental. A los doce años, pidió prestado un teclado a sus primas y comenzó a experimentar por su cuenta. «Desde ese día, la música y yo hemos sido inseparables», cuenta con emoción. Sin conocimientos formales, su entusiasmo lo llevó a buscar clases particulares. Encontró un profesor en Cerro Navia que le cobraba 2500 pesos la hora, un precio accesible que su familia hizo el esfuerzo de costear. Después de un año de estudios, sus padres decidieron comprarle su primer piano real, un regalo que, como le dijeron en ese entonces, valía por todos sus cumpleaños y navidades juntas. Ese instrumento marcó un antes y un después en su vida.
Fue ahí donde, a través de los vecinos, su madre escuchó hablar de un niño del barrio que tocaba el violín: Nicolás Saavedra, quien vivía en la Villa San Luis. «Nos dijeron que teníamos que conocernos», recuerda Ortiz. Ese encuentro fue decisivo. Juntos, comenzaron a interpretar obras de Brahms y Mozart, creando una amistad y un vínculo artístico que marcaría su camino.
El sacrificio y la perseverancia
Con su nuevo piano, Ortiz redobló sus estudios y, con esfuerzo, logró ingresar al Conservatorio de Música de la Universidad de Chile, donde se formó con la maestra Elisa Alsina. Al mismo tiempo, su amor por la música se extendió a la comunidad de Maipú. Tras el terremoto de 2010, cuando el Teatro Municipal quedó inutilizable, surgió la iniciativa de llevar conciertos a las juntas de vecinos. Así nació el programa ‘Piano al Atardecer’, en el que Ortiz participó activamente.


«Durante tres años, hicimos muchísimos conciertos en juntas de vecinos y CAM municipales», cuenta Ortiz. Este ciclo de presentaciones, organizadas por la Casa de la Cultura de Rinconada, le permitió compartir escenario con músicos como Rodolfo Reyes y Elisa Fuentealba. Luego, su trabajo en el Teatro Municipal de Maipú le abrió nuevas puertas y le permitió desarrollar arreglos musicales para presentaciones con Los Jóvenes Talentos.


Un nuevo hogar en los Balcanes y su gran obra «Empieza»

Pero su espíritu aventurero lo llevó a tomar una decisión radical en 2017: dejar todo y viajar por el mundo con su melódica y sus ahorros. «Quería saber a dónde me podría llevar mi talento», confiesa. La respuesta llegó rápido. En seis años, Ortiz recorrió más de 25 países, ofreciendo conciertos en lugares tan diversos como Bosnia y Herzegovina, Marruecos, Ecuador, Suiza y Eslovenia.
En 2019, encontró un trabajo de verano en Dubrovnik, Croacia, ciudad que se convirtió en su segundo hogar. «Desde ese momento, mi viaje se centró en la región de los Balcanes», explica Ortiz, quien decidió establecerse allí y formar su propio trío de jazz. Tras años de exploración musical y búsqueda de una identidad única, en 2024 grabó su primer álbum como líder, una obra que representa la esencia de su travesía artística, y lo lanzó en febrero de este año.
El disco, titulado ‘Empieza’, es una declaración de intenciones y un reflejo de su evolución musical. Fusiona la elegancia de la música clásica con la improvisación y el ritmo del jazz. Incluye cinco composiciones originales, creadas en Chile y durante sus viajes, además de un innovador arreglo de un Nocturno de Chopin. Para este trabajo, Ortiz contó con la colaboración de dos talentosos músicos croatas: Antun Profeta en la batería e Ivan Dzajic en el contrabajo. Este proyecto es el reflejo de su camino musical, un puente entre sus raíces maipucinas y las influencias que ha recogido en cada rincón del mundo.
Pero su viaje no termina aquí. Ortiz ya trabaja en su próxima publicación, ‘Classical Meets Jazz’, una propuesta que promete seguir explorando la fusión de géneros y ampliar aún más su universo musical.
Escucha su Álbum Debut Aquí:
Un legado que apenas comienza
Su llegada a la escena musical croata no pasó desapercibida. La revista de cultura pop Hasta el Fondo destacó el lanzamiento de Empieza, describiéndolo como «un nuevo comienzo creativo y de vida» para el pianista chileno.

La historia de Diego Ortiz es la prueba de que la pasión y la perseverancia pueden transformar un sueño en una realidad sin fronteras. Desde un teclado prestado en Maipú hasta los escenarios de Europa, su música sigue desafiando los límites del destino. Con ‘Empieza’ en el escenario musical croata y una carrera en constante evolución, Ortiz no solo ha conquistado los Balcanes, sino que ha sentado las bases para que su arte trascienda aún más allá.
Ahora, su música está disponible para el mundo. ‘Empieza’ ya se encuentra en Spotify, YouTube Music y todas las plataformas, listo para ser descubierto por nuevos oyentes y amantes del jazz. No te pierdas la oportunidad de sumergirte en su viaje sonoro y escuchar la obra de un artista maipucino que sigue rompiendo fronteras con su piano.
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