Rolando Jiménez dijo que el “Bus de la libertad”, que trajo a Chile la ONG española CitizenGo con el mensaje: “Nicolás tiene derecho a un papá y a una mamá -Estado +Familia”, “es el bus del odio, de la discriminación”.
Para Bladymir Muñoz, coordinador de la Oficina de la Diversidad de la Municipalidad de Maipú, es el “bus de la desinformación”. “Los argumentos esgrimidos por sus voceros, así como la organización detrás del bus y lo que hemos visto en muchas entrevistas a sus adherentes, es de total desinformación”.
No entienden, dijo, que lo que las leyes a favor de la diversidad sexual hacen es “dar un marco jurídico de protección a esos miles de jóvenes que estaban siendo invisibilizados por su comunidad escolar”.
El Estado, en este sentido, “tiene el deber de velar por aquellos grupos históricamente discriminados y vulnerados y entregarles un espacio seguro”.
Da la impresión de que el bus se paseó sembrando y cosechando el odio, con un conocido historial de repudio internacional. Atendido lo cual, piensa Muñoz:
“Claramente se pudo hacer algo mucho mejor respecto al bus”.
“Pudo haber un mejor análisis del impacto que esto podía tener en Chile, a días de una marcha del orgullo, con una ley de identidad de género en el Congreso, con los casos de niños y niñas muertos en el SENAME, con el premio otorgado por la UNICEF a la presidenta, y por un contexto nacional que necesita más puntos de encuentro que divisores”.
Nunca falta quien dice: “¿No piden respeto? Entonces respeten todas las opiniones…”.
Pero Muñoz es claro en distinguir:
“Uno respeta a las personas, en su integridad, diversidad, etc.; lo que uno hace con las opiniones es totalmente distinto: están hechas para debatirlas, criticarlas, avalarlas. Uno respeta a quienes se organizan y levantan un movimiento según sus intereses, pero de ahí a respetar o tolerar la intolerancia, es distinto”.
“Hay niños que están siendo vulnerados en su dignidad y vistos como sujetos de propiedad y no de derechos [“#ConMisHijosNoSeMetan”, dice el bus…]. ¿Es correcto entonces negar una realidad y transgredir la dignidad de otros, con un discurso tan desinformado y tendiente a la discriminación, en un bus que puede ver mucha gente, incluso esos mismos niños? No me parece y no están respetando a la persona en sí misma”.
¿Qué se está haciendo en Maipú, como municipio, en un sentido contrario al de este bus?
“Maipú es una de las primeras comunas en Chile en contar con una Oficina de Diversidad”, apunta su coordinador:
“Desde allí lideramos muchos procesos locales tendientes a la erradicación de la discriminación”.
Junto con esto se ve el tema migrante, el bullying, la discriminación y la violencia escolar, buscando brindar espacios seguros a las y los vecinos que se sientan parte de estas comunidades discriminadas, soñando con un Maipú unido, que sea inclusivo, “con el valor del respeto como parte importante de nuestro programa, así también la educación”.
[Fotografía de Romina Valdés].
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