Nos reunimos con Rodrigo “Blackmore” Mora, inquieto, prolífico y diverso músico maipucino. Guitarra y líder en varios proyectos musicales, tome nota; Highway Star en donde tributa a Deep Purple, Black Dogs desde donde cubren a Led Zeppelin, Sabbath Age rememorando a Black Sabbath y su banda original QueenMilk. Sin duda hay que tener algo más que solamente ganas de tocar para recrear a las bandas que muchos consideran fundamentales en la historia del rock, es necesario un poco de obsesión y bastante personalidad, sobre todo cuando la intención es recrear en detalle y con rigurosidad absoluta. Compartimos impresiones y cervezas en un local del centro de Maipú, tarde en que la conversación fluyó amena y llena de anécdotas e historias sabrosas…
¿De qué modo comienza tu gusto por el rock clásico?
Como herencia paterna desde muy chico he oído a los clásicos de los 60s y 70s aunque al comienzo no me gustaban, pensaba que era música de viejos… Prefería a los Backstreet Boys! Jaja. Tenía cerca de 10 ó 12 años y seguía a la masa, es como cuando ahora los chicos escuchan One Direction. En la época escolar y junto a uno de mis compañeros de curso comenzamos a oír mucho a los Guns n`Roses, allí para mí empezó todo… Profundizando en los Guns y en muchas otras bandas de los 90s como Nirvana, Pearl Jam y Alice in Chains e incluso en el Glam de los 80s como Poison o Bon Jovi – y gracias a la herencia musical familiar de la que antes de hablaba – te das cuenta que le deben muchísimo a las bandas de los 60s y 70s, todas te llevan a Led Zeppelin y Deep Purple, ahí caché que esas bandas son lo máximo, te mandan a la chucha literalmente, todo lo que escuchamos hoy viene de allá, son primero esas bandas y simplemente después viene todo lo demás.
Y esa fascinación casi obsesiva tuvo como paso natural el armar una banda tributo, entiendo que tu primera intención fue tributar a los Guns n’Roses.
La primera vez que vi a los Sweet Rose en vivo quedé impactado, cualquier intento de otra banda tributo habría sido en vano; el vocalista cantaba igual a Axl Rose, el guitarrista tenía la misma Gibson de Slash, sonaban igual, la actitud era la misma. Después de esa impresión inicial y con el paso del tiempo te das cuenta que hay varios detalles que faltan, comienzas a percibir con más agudeza y te das cuenta que se pueden mejorar muchos aspectos pero en ese momento para mí esos locos ERAN los Guns n`Roses, habría sido perder el tiempo intentar tributarlos porque ya existía la banda que lo hacía, de hecho hasta el día de hoy pienso que no hay competencia en cuanto a tributo de los Guns. Se consolidó en mí la idea de recrear y tributar a alguna gran banda, me pareció un desafío, había que lograr un nivel de detalle, cuidado y perfección que me atraía mucho.
Ahí te decidiste por los Deep Purple…
Como en la misma época vi i a los Stormbringer en vivo, también me parecieron una banda sólida, muy buenos, pero había un gran detalle; la vestimenta y actitud, la “caracterización”. En ese tiempo tenía junto a un grupo de amigos un proyecto llamado Black Dogs en el que tocábamos covers de varias bandas, coincidió justo porque el tecladista precisamente estaba buscando más participación y los Deep Purple eran la banda ideal. Muchos pueden pensar que es fácil o que no tiene mérito el copiar y les digo que están equivocados absolutamente; hay un tremendo trabajo en recrear milimétricamente, cacharle la maña a cada instrumento, al sonido, la atmósfera, es una pega de varios años. Hay que reconocer también algo de competitividad y auto exigencia, imagínate partimos con Highway Star el 2007 sin ser tan buenos, éramos cabros de 17 años con las versiones económicas de los instrumentos, sin la ropa ni la caracterización pero teniendo claro que esos eran los objetivos, nos propusimos ser iguales a Deep Purple, no solamente parecidos.
Los Highway Star son para muchos una agrupación consolidada, ¿lo sientes así?
Ya llevamos 7 años en que ha habido hartos cambios… Hemos cambiado de vocalista, de bajista y tecladista en más de una oportunidad. Podríamos decir que la base somos el baterista Fernando Escobedo, el actualmente retornado e histórico bajista René Cerda (quien en algún momento nos dejó por temas profesionales) y yo en la guitarra. Siempre hemos querido tener a los mejores en Highway Star, el nivel que pretendemos se lo merece y creo que lo hemos logrado. El período entre los años 2010 y 2011 tuvimos un momento muy alto, habíamos prácticamente “conquistado” todos los escenarios importantes tanto en Santiago como en regiones, tocamos en lugares tan grandes como el Movistar Arena y tan clásicos como en Teatro Caupolicán… Fue después de 3 o 4 años desde que nacimos en que llegamos a ese punto en que nos convertimos en LA BANDA TRIBUTO a Deep Purple y de rock en general, las proyecciones eran inmensas. Luego de ese momento como que se acabaron las ganas, hubo algunas diferencias, se fueron nuestro vocalista y tecladista quienes eran importantísimos y – si bien no indispensables – después de eso las proyecciones y ambición disminuyeron. Algo parecido en todo caso a lo ocurrido con Deep Purple, que tuvieron varias formaciones a lo largo del tiempo pero hubo una clásica, irrepetible y casi perfecta, época en la que salieron Made in Japan y Machine Head por ejemplo…
Luego tuvieron otra formación muy sólida que también se distanció. ¿Cómo fue esa época y de qué modo se proyectan desde allí hasta hoy?
A partir del 2013 siento que vivimos un nuevo aire, logramos una formación incluso más PRO en lo que concierne a show y caracterización a pesar de que no éramos tan amigos, una formación quizá sin tanta mística pero sí con más calidad técnica y sentido del espectáculo. Estaba por ejemplo haciendo de Jon Lord en los teclados Marcelo Bahamondes, quien luego se hizo muy popular como el doble de Camilo Sesto en un programa de TV, un tipo absolutamente rayado y perfeccionista con su personaje, musicalmente éramos la raja. Después de cerca de un año Marcelo se fue y nuevamente quedamos en pana, medio cojos. Hoy estamos con un sólido presente, preparando para el mes de agosto un gran show en el que repasemos las formaciones de Deep Purple y quizá también las nuestras, estamos buscando un teatro o bien un lugar como “La Batuta” que siempre nos recibe bien. Queremos recrear todo como corresponde; vestuario, actitud, formaciones, instrumentos… minuciosamente y cuidando cada detalle. La gente no va a ver a Rodrigo Mora ni a René Cerda, al público le interesa ir a ver a Ritchie Blackmore, a Ian Gillan, a Roger Glover, nosotros debemos recrear la magia de ellos en el escenario.
¿Puede ser un buen negocio una banda tributo? Te lo pregunto considerando que existe el prejuicio desde algunas bandas originales que ustedes se llevan los mejores días, públicos y lugares…
Se puede llegar a ganar algo de plata, pero solo a veces, además depende de cómo se lo toma cada banda. En mi caso por ejemplo, que tengo otra profesión además de la música, prefiero invertir en equipos, instrumentos, vestuario… No tengo atado en andar sin un peso y tener que tomar micro o comer todo el mes tabletones y serranitas si eso me permite juntar las lucas para tener los zapatos que usaba Blackmore y que cuestan 200 lucas, o importar una guitarra de 2 palos desde Inglaterra. Considera además que Deep Purple es una banda de nicho, no tan transversal como lo puede ser por ejemplo un tributo a Journey o a Bon Jovi, quienes pueden tocar en casinos o en un mall y asegurarse 3 fechas al mes en cada una de las cuales cortan 200 lucas por integrante, a nosotros nos pasa pero un par de veces al año. En defensa de ese tipo de agrupaciones te puedo decir que hay profesionalismo, da gusto ir a verlos, suenan y se ven impecables y no dudo que invierten mucho dinero en recrear a su banda. En el fondo es como en todos lados en que te mueves independiente, hay meses buenos y otros en que no pasa nada, hay mucho de riesgo y apuesta, lo que te mantiene es la convicción, hay que ser organizado nomás.
De igual manera le haces un espacio importante a tu proyecto QueenMilk, conoces allí de cerca lo que significa proponer desde una banda original…
Con mi banda original el interés es dejar un legado propio, crear y desarrollar una identidad musical. Costó mucho darle forma y llegar a los 4 integrantes que hoy somos, pero ya desde agosto del año pasado estamos levantando esta idea y ha funcionado. En este momento tenemos cerca de 10 temas de los cuales 3 son totalmente de mi autoría, algunos creados por nuestro vocalista y otros entre todos, trabajamos bien como grupo, hay alma y ganas. De igual modo pretendemos integrar algo del sonido vintage de las bandas clásicas al proyecto, antes pensaba que no era posible ser original sonando como los clásicos, pero luego de oír agrupaciones como Rival Sons te das cuenta que sí es posible. En lo personal pretendo mezclar el personaje que interpreto en cada una de mis bandas tributo; tomo elementos de Blackmore de Deep Purple, Jimmy Page de Led Zeppelin y Tony Iommi de Black Sabbath, todo ello pasado por un filtro personal y de esa mezcla de referentes sale algo personal, original.
[Fotografías: Gentileza de Rodrigo Mora].
Comunicador y gestor cultural maipucino. Con estudios en antropología sociocultural. Locutor en radio y presidente de Nación Cultural de Maipú, la primera corporación cultural de la comuna.
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