Resulta poco frecuente encontrar a un muchacho de 17 años que tenga tanta claridad y madurez en su propuesta artística y en la actitud con la que enfrenta la vida, más aún si se nota tímido e introvertido. Solamente prejuicios y etiquetas… precisamente el tipo de barreras que Marco Hidalgo pretende derribar. Nacido en Los Andes en el año 1997, este joven artista y músico nacional nos cuenta sobre su historia, inspiraciones y motivaciones, sobre ABISMOS, su EP lanzado este 2014 y sobre sus experiencias y proyecciones.
Llegaste a Santiago muy pequeño, casi de un año, pero mantienes una cercanía y conexión especial con tu tierra natal…
Allá aún viven mis abuelos, tíos y primos. Cada vez que vuelvo a Los Andes me conecto con el campo y también con una dimensión muy personal, íntima y agradable; Me reencuentro conmigo, hay una mirada más simple de todo, menos ruido, es como ir hacia adentro. Se genera un contraste con la vida citadina súper vertiginosa de Santiago. De igual modo también me gusta la ciudad, ese contraste del que te hablo se traduce en una visión equilibrada, ayuda a encontrar lo mejor de ambos mundos. Los Andes representa mi vida personal, más marcada por la reflexión y esas tardes enteras bajo un árbol junto a mi guitarra pensando y componiendo, Santiago por otra parte representa mi vida social, donde hay mayor interacción y extroversión.
En algún momento te denominaste como un “viejo en el cuerpo de un joven”, ¿te define esa idea?
La verdad es que mis amigos me lo dicen muy seguido. Gran parte de la juventud de hoy está cegada por la visión que entrega la TV, radios, redes sociales y la cultura en general… Te daré un ejemplo; La regla social dice que hay que aspirar a una pareja, pedir pololeo, más adulto casarse y tener tu propia familia, formalizar y etiquetar las relaciones. Para mí con el demostrar afecto a la persona es suficiente, toda esa clasificación lo hace menos libre y menos humano. No me identifico con esa visión que necesita de clasificaciones y estructuras que abunda en los jóvenes, además soy más tímido e introvertido que la mayoría de la gente de mi edad, me hace sentir más viejo, quizá más maduro, aun que esas también son solo etiquetas a la que no les doy mayor importancia. A veces me siento un alma vieja, además que siempre me he relacionado mejor con gente mayor que yo; en mi sello discográfico por ejemplo, soy el más joven.
¿Cuándo supiste que la música es la herramienta desde la que te expresarías hacia el mundo?
Mi viejo me regaló una guitarra cuando tenía cerca de 12 años, de hecho aún la conservo, al comienzo saqué un par de notas pero no la tomé muy en serio. En ese tiempo comencé a acercarme a los sonidos punk, bandas como Sex Pistols empezaron a gustarme mucho, también me interesó la poesía y sonidos folk como los de Bob Dylan… Con esos referentes y como a los 14 años me di cuenta que la música era una forma para volcar y externalizar emociones, me tomé en serio la guitarra y la composición. Me identifiqué con esa sensibilidad artística y supe que desde allí quería transmitir, además la lirica en si está bien ligada a la enorme sensibilidad que tenemos los artistas… cosa que el resto de la gente no tiene, y deberían estar agradecidos de ello.
Eso puede tener una cara muy arriesgada, estás bastante expuesto…
Totalmente, además llevas al extremo los sentimientos, te hace muy susceptible a los detalles, entonces cualquier pequeña situación, palabra o acción puede llevarte a un lugar muy oscuro y casi depresivo o por el contrario a una alegría totalmente eufórica. Quedas emocionalmente a la deriva, puedes descender o ascender.
¿Y prefieres componer y crear desde las profundidades o desde las cimas?
Difícil definirlo… En ABISMOS que es un EP de 6 canciones, hay solamente 2 que podrían considerarse compuestas desde esos momentos alegres y altos, las otras 4 se acercan a un estado más triste o bajo. De igual forma es importante entender la etapa en la que te encuentras, en Abismos se refleja el final de una relación, además mi padre no estaba muy bien de salud y todo ese contexto marcaba la composición, fue un trabajo y una etapa muy emotiva. Hoy puedo componer sin tanto compromiso emocional, me inspira el día a día… un árbol… una persona que veo en la calle… cosas más cotidianas y menos personales.
A propósito de esta etapa más “madura” y menos visceral, ¿estás trabajando en nuevo material?
Las nuevas canciones ya están listas, fueron compuestas entre junio y diciembre del 2014 y en enero de 2015 me encerraré en el estudio de grabación nuevamente para grabar estas canciones. Podría definirlas como menos de Los Andes y más de Santiago, aun así y aunque resulte paradójico me suenan más verdes y coloridas, menos grises pero igualmente personales y honestas, en esta etapa hablo más de nosotros como seres humanos, de la simpleza de ser y de la constante búsqueda de una identidad personal. Ha sido importante en el camino hacia este nuevo disco y en general en mi desarrollo como artista el grupo de compañeros y sobre todo amigos que encontré en el EPIFANÍA RECORDS, el sello discográfico que me acogió. Destaco el apoyo de todos… Hay una preocupación sincera en las personas y su dimensión humana más que en lo comercial, eso te motiva a crecer y a ser cada vez mejor músico y artista, Epifanía es un espacio para la diversidad, allí la individualidad se valora.
Lo que ocurre a nivel social y político, ¿te inspira o alimenta en tu trabajo?
No tengo mensajes políticos ni reflejo grandes causas sociales en mis letras, ahora bien sí me siento parte de algunas luchas, me mantengo siempre informado y tengo clara mi posición y opinión sobre lo que ocurre. En el tema educacional por ejemplo, allí soy parte de lo que está sucediendo. Soy alumno del EAT, la Escuela de Artes y Tecnología de Maipú, es un proyecto que no está reconocido, cosa que no entiendo… Iniciativas que apoyan el arte y que ofrecen alternativas educacionales reales y positivas debieran tener mayor espacio, apoyo y cabida en la sociedad. En mi caso es el tipo de lugar que siempre soñé y necesité para desarrollar ese marcado interés musical y artístico.
¿Y cuál es tu historia con Maipú, te sientes un músico maipucino?
Me siento totalmente Maipucino, es un lugar que me agrada e identifica. Como te comentaba antes nací en Los Andes, un lugar llamado Rinconada, mis padres se vinieron a Santiago en el año 98 a la comuna de Cerrillos, luego vivimos en Pedro Aguirre Cerda y por el 2000 llegamos a Maipú, desde esa época vivo acá, he crecido en Maipú. La gente de la comuna es cálida y los espacios te permiten salir a caminar, a andar en bicicleta, yo hago ambas cosas frecuentemente.
¿Cómo avizoras tus próximos pasos?
Me interesa que mi música logre conectar y representar a la gente, no con la industria ni con la prensa ni con las modas, sino que generar una conexión honesta y genuina con las personas. Espero también poder vivir de lo que hoy hago, sin tener que comercializar mi música. No descarto salir pronto a México o Argentina, de hecho ya he tenido algunas propuestas que estoy considerando… Aún soy muy chico para salir solo, tiene sus ventajas y desventajas ser tan joven. Ocurra lo que ocurra me veo en todos los posibles futuros como un artista, eso lo tengo más que claro.
Si consideramos que Marco aún sin cumplir la mayoría de edad ya tiene su primer disco editado y otro ya listo para ser lanzado, la convicción de seguir por el camino de la música e intereses en varias otras artes como la fotografía, poesía e incluso el teatro y la ópera no podemos sino confirmar que existen personas libres que arrancan de las clasificaciones y sobre todo de lo importantísimo y vital que es generar instancias de fomento, apoyo y guía en el camino de la creación desprejuiciada, sin estereotipos ni diferenciaciones. “La prensa de principio se interesa en mí porque creen que soy una especie de Matt Hunter o algo así, pero cuando se dan cuenta de que realmente no me asemejo en nada a algo como eso, se les va el interés de inmediato… Esa es solo una pequeña parte de la hipocresía que existe hoy en la escena musical chilena”, fue una de las ideas que surgieron mientras conversábamos en el Coffee Culture, idea que define totalmente a Marco Hidalgo… Es una pregunta más que válida. Por qué un joven de 17 años no puede ser un Alma Vieja? Entender que más allá de cualquier rol, edad o clasificación somos simplemente personas.
Comunicador y gestor cultural maipucino. Con estudios en antropología sociocultural. Locutor en radio y presidente de Nación Cultural de Maipú, la primera corporación cultural de la comuna.
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