Los países desarrollados tienen su “know how” más valiosos en sus empresas, sus universidades, sus centros de investigación, y también en sus destacadas consultoras, donde existe un rico capital de conocimientos, experiencias y prestigio que debe ser cuidado y fomentado especialmente por los propios gobiernos nacionales, regionales y locales haciendo un buen uso de la consultoría evitando las malas prácticas. Chile tiene una industria de consultoría y asesoramiento en administración de empresas e institucional muy cotizada incluso en el exterior. El estado chileno debe dar el ejemplo de transparencia en su buen uso y fomentar su correcta aplicación y las buenas prácticas de contratación de estos servicios.
Es común que se utilice un nombre o una profesión para designar a personas que realizan unas determinadas actividades en la sociedad – médico, abogado, perito, juez entre muchos, lo que es de enorme ayuda cuando se requiere disponer de un tipo de conocimiento, experiencia, habilidad, destreza o manejo de situaciones.
En esta oportunidad nos referiremos a una industria y a las personas que se denominan “consultores” para ejercer asesoría. Consultor es una denominación que no corresponde a una profesión que sea provista por alguna institución de educación. Sin embargo, el mundo está lleno de consultores -sentimentales, económicos, en negociación, belleza, previsión, investigación y suma y sigue.
Nosotros somos “consultores en administración de empresas e instituciones”, en especial en estrategia y futuro. Nadie nos ha otorgado este título, lo hemos tomado y tenemos nuestras razones para considerar que es un título legítimo y poder “asesorar”. Al igual que otros concurrentes a esta industria hemos tenido que hacer un conjunto de actividades, algunas previas, para poder colaborar con nuestros clientes.
– Obtuvimos una o más profesiones otorgadas por universidades nacionales o extranjeras.
– Trabajamos en empresas de consultoría en funciones de ayudantes hasta gerentes.
– Usamos métodos para promover nuestras actividades, presentar propuestas, y antecedentes de otros trabajos, hacer mediciones, evaluar desempeños, anticipar escenarios, etc.
– Participamos en trabajos para muchas empresas nacionales e internacionales, desde definir el o los problemas a resolver hasta evaluar los resultados obtenidos en relación a los objetivos iniciales.
– Hemos dedicado décadas a estudiar, investigar, innovar, entrenarnos e intercambiar experiencias con otros consultores y profesionales.
– Parte importante de nuestras actividades se ha referido al desarrollo de tecnologías que permitan aplicar enfoques estratégicos y de futuro, modelos y sistemas complejos creados en el exterior y que funcionan bien ahí, donde son creados, pero que tiene que ser adaptados a nuestra realidad.
Al igual que otros colegas de la profesión hemos tenido éxitos, de acuerdo a lo señalado por algunos clientes, pero también hemos cometido errores y hemos tenido fracasos de los que se ha aprendido a cómo reducirlos o hacer que nuestros clientes no tengan que hacerse cargo de ellos.
Para ejercer el arte de asesorar, como consultor profesional, se requiere estudio permanente y el uso de la capacidad de un equipo experto de soporte para evitar sesgos y de dedicación exclusiva a la actividad para evitar conflictos de intereses.
Así como otros consultores profesionales de la industria en Chile, hemos participado por más de 40 años en un trabajo gratificante, con aportes a empresas e instituciones públicas de diferentes sectores: salud, educación, minería, agricultura, forestal, construcción, automotriz, comunicaciones, etc. Y manteniendo siempre la reserva cuidadosa y la confidencialidad de toda información interna de cada cliente.
Todo lo anterior viene a colación por la proliferación de personas que, como nosotros, se apropian del título de consultor para a asesorar empresas e instituciones, pero que se les ha conocido más ejerciendo preferentemente otras actividades. Es habitual observar en nuestro país que las personas -profesionales o no profesionales- al quedar sin empleo o al decidir independizarse para dedicarse al asesoramiento se auto declaren consultores, y derecho tienen a hacerlo en una sociedad libre, pero debe hacerse el claro distingo, por la sociedad y sus contratantes, con aquellos que la ejercen profesionalmente de por vida y no en forma circunstancial.
Hay que recordar que la actividad de hacer consultoría y de asesoramiento para el buen gobernar se remonta a los inicios de la República de Chile sin considerar los consejeros o consultores de los gobernadores españoles y jefes de pueblos originarios que previamente poblaron estas regiones. Abogamos -sin pretender quitarle a nadie el derecho a un trabajo- porque la actividad de consultoría profesional cumpla ciertas condiciones para tener el carácter de tal, como:
1.- Preparación y formación estricta en la profesión en sus métodos y normas, como condición necesaria, pero no suficiente, para ejercerla.
2.- Experiencia con uso de niveles en el tiempo: senior, junior, ayudante y un probado respeto a la confidencialidad y humildad para no abusar del transitorio poder que la consultoría otorga.
3.- El mayor grado posible de autonomía e independencia de: partidos políticos, grupos de poder, económicos, religiosos o no religiosos que le permitan decir ¡No! con respeto a los mandantes y la verdad, pues no dependen de su último o primer proyecto u otras razones, afinidades o sensibilidades. Los consultores no están para ser simpáticos o desagradables con sus clientes.
Considerando los últimos acontecimientos públicos que remecen nuestra industria, los del pasado y los que vendrán en un futuro próximo nos atrevemos a sugerir que se tomen los resguardos pertinentes y frente a necesidades de consultoría ocupar los servicios de colegas consultores profesionales que estén reconocidos en la industria del asesoramiento por sus trayectorias u otros antecedentes valederos y evaluar siempre más de una alternativa.
Y por último, así como se discute una “Ley de Lobby”, en nuestro país se debiera legislar con respecto a las funciones de consultoría para el sector público, en general, la que entre otras condiciones a nuestro entender debiese:
1.- Siempre licitarse públicamente 2.- Conocer los ganadores y no seleccionado y sus propuestas y que haya al menos 3 postulantes en competencia. 3.- Un mecanismo transparente para conocer los resultados de los cometidos ofrecidos. 4.- Experiencia demostrable en consultoría y conocimientos de los postulantes. 5.- Contar con un Registro Profesional Abierto (RPA) de quien quiera entregar sus servicios de consultoría al sector público. 6- Crear un mecanismo tipo “Sernac de Consultoría” para que los ciudadanos y los mismos servidores públicos puedan hacer sus reclamos por servicios no cumplidos. 7.- Otros mecanismos ad hoc.
“Que para consultar y ser consultado/ se requiere talento, saber y mucho cuidado”
Envíanos tu Opinión ciudadana con título y tu nombre a diariolabatalla@gmail.com, asunto: Opinión ciudadana. Conforme a nuestra línea editorial publicaremos. Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de cada autor.
La diputada por la región de Antofagasta, Catalina Pérez, renunció oficialmente al Frente Amplio. La…
Con el objetivo de empoderar a jóvenes madres y ofrecerles herramientas para transformar sus vidas,…
En un reportaje de Teletrece, emitido el 18 de noviembre, se asegura que la pastelería…
Un intento de compra de una consola de videojuegos, terminó en tragedia durante la madrugada…
Un emotivo rescate tuvo lugar el pasado viernes 15 de noviembre en el barrio Portal…
Como parte de un ciclo de entrevistas sobre las nuevas autoridades de Maipú, en un órgano…