Estaban exhaustos, confesó el comandante del cuerpo de bomberos de Maipú, Ricardo Becerra, al iniciar su conversación con La Batalla (pasada la una de la madrugada del viernes 27 de enero de 2017).
Venían desde San Ramón en dirección a Constitución, en el B-7. Acababan de ser relevados tras permanecer ocho horas trabajando en el incendio de una forestal:
“Se divisa gran desprendimiento de humo desde varios lugares”.
Sus jornadas son de 12, 14 hrs., comentó Becerra. Él está a cargo de la delegación de la Región Metropolitana que enfrenta la serie de incendios forestales que asolan las zonas centro y sur del país. Más de doscientas personas y 24 vehículos.
De Maipú, propiamente, hay veinte voluntarios en el lugar, de la primera, séptima y octava compañías, quienes están allí desde el martes 24. Y son tres carros, el B-7, Z-8 y K-1. Hoy a primera hora sale de la comuna el B-X-3.
“Es un incendio muy extraño”, dice el comandante, ante la pregunta acerca de la posible intencionalidad, “porque se activan puntos de ignición en lugares diferentes y distantes. Y es muy complejo de combatir, producto del viento que corre en el sector, de la gran cantidad de bosques que hay acá, de la geografía que se enfrenta”.
“Son incendios extraños —continúa—, porque se producen de forma tan espontánea, en lugares tan distantes unos de otros… A mí la verdad es que me causa muchísimas dudas, el cómo se inician en diferentes focos este tipo de incendios en estos sectores”.
—No lo había visto usted antes…
—No. Nosotros habíamos tenido pastizales que se propagan por el desplazamiento de malezas, por el cambio de vientos, pero que se te vayan incendiando focos a dos, tres kilómetros de distancia, eso es lo que a uno le llama poderosamente la atención.
Los voluntarios se han alimentado e hidratado bien, pero las barras de cereal, el agua y las bebidas isotónicas se van agotando. Lo ideal es mantener un stock en cada una de las compañías. Es lo que se les podría enviar en estos momentos.
—¡Espérate un poquito! —se oye en el teléfono—. Becerra larga un improperio.
—Me voy a parar aquí, porque está prendido un sector de Caleta Maule —va relatando—, y está llegando a las casas.
Era un foco de pino, de aproximadamente cien metros cuadrados, en una quebrada.
Se detienen, y comienzan a bajar. El comandante hace llegar esta foto del incendio de más arriba, el de la forestal de San Ramón:
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DIOS AMPARE Y PROTEJA A TODOS LOS BOMBEROS Y HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD Y LES DE SABIDURIA PARA ATACAR Y APAGAR EL FUEGO ARRASADOR,......DIOS POR MISERICORDIA MANDA LLUVIA A ESA ZONA DE MI PAIS QUE SE ESTA QUEMANDO Y DESTRUYENDO TANTO SACRIFICIOS DE MIS COMPATRIOTAS.....OH DIOS ESCUCHA LOS RUEGOS DE TU PUEBLO .