Por Nolberto Salinas, abogado urbanista.
Una muy mala noticia para la industria de la Construcción, los Bancos siguen asfixiando a constructoras e inmobiliarias, poniéndole mayores restricciones a los créditos al igual que aumentan los intereses de las hipotecas.
Recordemos que la crisis suprime que derribó el sistema financiero mundial comenzó a desatarse el año 2007 debido, principalmente, al alza progresiva de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en los Estados Unidos, así como la baja en el valor de las viviendas adquiridas. Esto hizo aumentar la tasa de morosidad y el nivel de ejecuciones (lo que incorrectamente se conoce como embargo), y no sólo respecto de las hipotecas de alto riesgo. Pareciera que nos estamos enfrentando a un escenario similar, que hoy vuelve a golpear fuertemente la economía mundial, así lo indican los informes de la economía China, que anuncia un bajo crecimiento que tendrá un impacto directo en Chile, pues si tambalea la economía China, la nuestra palidece pues depende fuertemente de la exportación de materias primas como es el Cobre, principalmente hacia China.
Los Bancos toman sus resguardos, pero no le interesa la economía familiar, ni tampoco la cesantía que provoca la paralización de la Construcción, mucho menos les importa que las familias ya no tengan acceso de créditos hipotecarios.
En un solo año ya van más de 800 empresas constructoras las que han tenido que asumir un lamentable proceso de quiebra, esto solo sirve para aumentar la cesantía y por cierto el déficit habitacional. La falta de vivienda propia ya no solo afecta a los sectores más pobres del País, sino que deja sin posibilidad alguna de acceso a créditos hipotecarios a vastos sectores de la clase media o aquella que está por sobre el 40% de vulnerabilidad en el Registro Social de Hogares.
Hay que valorar el Plan Nacional de Emergencia Habitacional que impulsa el Gobierno del Presidente Boric, pero claramente será insuficiente como para poder atender la falta de viviendas que aqueja a miles de familias, pues poco a poco lo que era identificado como un problema que aquejaba solo a los más pobres, hoy comienza a extenderse a sectores de la clase media.
Hace seis años atrás junto a la ex Diputada Marcela Hernando trabajamos en la redacción de un proyecto de Ley que regulaba las demandas hipotecarias, protegiendo a las familias que entraban en morosidad en el pago de sus créditos, por razones de fuerza mayor, como eran los casos de despidos o graves cambios de circunstancias en la economía familiar, probablemente habrá que desempolvar dicho proyecto de Ley.
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Abogado Consultor en materias de Derecho Administrativo, Derecho Urbanístico y Legislación Ambiental.