Por Álvaro Méndez.
Fotografías de Shaony Valenri.
En Av. El Olimpo # 1266, justo frente al Complejo Educacional de Maipú se ubica la casa cultural La Zebra, agrupación artística y cultural que se vincula de manera participativa con la comunidad a partir de variados talleres ofrecidos bajo el concepto de “Escuela Artística”. Conversamos con Montserrat González Bravo, actriz y gestora de esta iniciativa social, artística y cultural que puede ser entendida como una familia.
¿Cómo nace el proyecto cultural la zebra?
El 14 de abril del año 2012 inauguramos La Zebra como tal, pero la idea se fue gestando desde antes; Utilizábamos esta casa como lugar de ensayo con varios amigos actores, nunca habitó nadie acá permanentemente así que para cubrir los gastos comenzamos a ofrecer algunos talleres; de cueca, de máscaras, teatro, pintura… Llamábamos al lugar “Espacio el Olimpo” pero ese nombre nunca nos convenció del todo, en esa búsqueda de identidad desarrollamos este concepto de tratar de colorear la rutina de blanco y negro en la que muchos pasamos el día a día, nuestra idea es romper esa rutina monótona poniendo un poco de arte y color.
Ofrecen una gran variedad de talleres desde su idea de escuela artística…
Tenemos funcionando cerca de 20 talleres, la idea es llegar a los 25 que proyectamos para este año, impartidos entre lunes y sábado, están divididos en diversas categorías; Escénicos, musicales, manuales, audiovisuales y de servicio a la comunidad (como huerto urbano y lenguaje de señas que teníamos el año pasado o mapudungun que tenemos este año), todos ellos surgen de las necesidades e intereses de la comunidad y de quienes participan en esta familia que es la casa La Zebra.
¿Y cuáles son las expectativas y metas?
El proyecto ha tenido una evolución que principalmente es motivada por quienes lo integran, siempre se va sumando gente y la idea es que ellos colaboren e intervengan, se hagan parte del crecimiento de esta idea, que entre todos vayamos determinando las metas. Siempre la realidad va superando nuestras expectativas por ejemplo la tremenda convocatoria que significó el TOUR POBLACIONAL no la esperábamos, tampoco la cantidad de gente que se sumó a nuestro pasado carnaval, muchas personas se nos acercaron y acompañaron mientras caminábamos hacia el templo, esas actividades nos hacen sentir una gran satisfacción y comprobar en terreno que podemos lograr grandes cosas.
¿De qué modo generan recursos para mantener viva esta idea?
Tenemos Personalidad Jurídica desde octubre del 2012, pero no la hemos utilizado más que para conseguir permisos y autorizaciones, aun no pensamos en utilizarla para postular a fondos. La dinámica de la casa nos ha permitido cubrir gastos y costos mediante las actividades que organizamos, no cerramos ninguna puerta pero preferimos construir en base a la dinámica y energía de la gente que participa. Además cuando postulas a un proyecto existe obviamente la posibilidad de no adjudicártelo y no queremos que una situación como esa haga que nuestros sueños se detengan. Acá hoy somos nosotros los que desarrollamos, financiamos y concretamos nuestros proyectos, visualizamos lo que queremos hacer y le damos…
¿Hay algún sueño por el que ya están trabajando en hacer realidad?
Queremos construir una casa grande, de tres pisos. Hasta el año pasado vivíamos un grupo de personas en comunidad acá, ahora queremos volver pero necesitamos mayor espacio, estamos pensando esa idea. Cada lugar de la casa se utiliza, puedes ver que en la sala central se desarrolla el taller de danza recreativa, en la biblioteca el de fotografía, el patio con el taller de teclado y más tarde con el de batería y saxofón… y esto es solamente hoy, si consideras que hay talleres y actividades toda la semana te das cuenta que en caso de volver a habitar permanentemente acá necesitaríamos mucho más espacio. Vamos concretando esa idea paso a pasito.
Entiendo que incluso algunos de sus talleres han salido de la casa…
En febrero de este año por primera vez uno de nuestros talleres se presentó fuera de Santiago, nos fuimos de gira con las niñas de teatro infantil a Chiloé, fue una tremenda experiencia para ellas y para nosotros, esas salidas te marcan harto, muy linda experiencia. Alejandra y Pablo, papás cuyas 3 niñas eran parte del taller y quienes como familia participaban mucho en la casa, se radicaron en Chiloé, surgió la idea de ir a presentar allá la obra “Caicai y Trentren Vilu” que ya habíamos presentado en otra agrupación auto gestionada de Maipú llamada “Cas Colegato”.
¿Y en ese sentido, qué tal es su relación con las otras agrupaciones sociales y culturales?
No somos para nada aislados, al contrario somos muy a favor de la generación de redes, sobre todo acá en la comuna que desde hace unos años presenta una fuerte aparición de actores culturales, absolutamente pro asociatividad con otras instancias y agrupaciones; Los Hijos de Mafalda, la Biblioteca Cecilia Magni, La Pluma, La Base, los mismos Cas Colegato, La Fundación Proyecto Joven. De verdad que es imposible trabajar sin considerar el hacer redes, se necesita del apoyo mutuo entre los diferentes actores sociales. Nos apoyamos y participamos en la difusión y organización de actividades, manifestaciones, intervenciones. De igual modo nuestro tono es más familiar y cultural, trabajamos harto con pequeños así que hay un filtro diferente al momento de determinar en qué participamos, pero en general hay muy buena relación y colaboración entre las agrupaciones de Maipú, en nuestro caso tenemos por ejemplo el Carnaval de cierre de año que es con convocatoria abierta y muchas organizaciones se suman y participan.
Cuéntanos de ese carnaval, es una gran instancia para ustedes…
Cada año ha sido más grande, esperamos que ya en la quinta versión sea una fiesta de la comuna, transversal e inclusiva, que todos participen. El carnaval se llama “Los colores nacen de la selva”, nació tras nuestro primer año al pretender hacer visible el trabajo de la Escuela Artística sacándolo a la calle, creando un espacio en que los alumnos pudieran mostrar lo aprendido, el segundo año se sumaron batucadas y tuvo la idea de acercar nuestra casa a la gente y ya el tercer año nos sentimos más consolidados porque se sumaron bandas, gente con carros alegóricos, vehículos y camiones, muchísimas personas. Este año después de la celebración de nuestro cumpleaños nos centraremos de lleno a organizar la cuarta versión del carnaval, que se realizará la última semana de noviembre.
Permanentemente crean actividades e instancias de financiamiento y entretenimiento, son bien lúdicos y creativos…
Hay varias actividades que desarrollamos para generar financiamiento y que se han ido consolidando como recurrentes en la casa como las “Tallarinatas Musicales” que partió como un micrófono abierto y con algo de decoración y se fue transformando en la “Tallarinata Gitana” ya que se sumaron agrupaciones de baile y música gitana y le dieron esa identidad, de hecho ahora nos caracterizamos con toda esa onda. Realizamos también “Cenas Sensoriales”, se trata de una cena en la que no hay más de 15 participantes, es un público reducido, se encuentran con los ojos vendados y la idea es que vayan percibiendo a partir de diferentes estímulos hasta terminar con el sentido de la vista, de hecho tenemos algunos videos en youtube así que invitamos a todos a darle un vistazo y motivarse en participar. También organizamos show de variedades, inspirados en el concepto circense de “varieté” que desarrollamos de manera temática, por ejemplo recreando el mundo de “Alicia en el País de las Maravillas” y que está enfocado principalmente a los más pequeños.
¿Si tuvieras que definir el alma de “la zebra”, qué es aquello que más les identifica?
Eso habría que preguntárselo a todos los rayad@sorganizad@s! Creo que lo que nos identifica es la responsabilidad artística y el hecho de ser un espacio de retroalimentación a la par, es decir independiente de que unos sean profesores y otros alumnos, somos una instancia en que todos aportan y colaboran. Acá intentamos que todos se sientan dueños de casa, nuestras asambleas y reuniones son abiertas, tratamos que no sean conformadas solo por profesores, allí todos pueden opinar y sugerir. También como espacio físico la casa se ha construido colaborativamente, entre todos.
La Casa Cultural La Zebra se perfila como un espacio diverso y transversal, surgido desde sus miembros de manera colectiva y colaborativa. Hay en quienes la conforman un interés genuino y honesto por enseñar desde la cultura y el arte, entendiendo ambos conceptos como primordiales en la formación de personas, de vecinos, de familia. Se trata de un lugar abierto, inclusivo, que se transforma en un actor importante dentro de su barrio y dentro la comuna, las proyecciones son inmensas, pero van dando cada paso sin apuro y con seguridad, entienden que primero hay que trabajar, sumar y convocar. Montserrat comenta “Aún nos falta mucho por hacer, con cada carnaval sentimos que vamos sumando. Nuestra gran motivación es desarrollar el arte y entregarlo a la gente, ofrecer un espacio para todos, sin exclusión”.
Los talleres de La Zebra:
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