Por Álvaro Méndez.
Fotografías de Gabriel Padilla.
“Fue más simple tocar en México que en el día de la juventud” fue uno de los tantos comentarios que el músico y activista Camilo Antileo hizo rodar por las redes sociales como impresión de un viaje financiado por el fondo IberMúsicas y que lo llevó a tierras aztecas en calidad de embajador de la música independiente nacional; comentario que debe ser leído como un llamado a las autoridades a mirar con mayor respeto y consideración a la música emergente, autogestionada, un llamado a iniciar el diálogo y a generar redes que sean para todos sin excepción, no solamente para algunos. Nos reunimos justo un día después de su retorno, compartiendo unas cervezas y en una conversación distendida habló en extenso para La Batalla sobre este recorrido que lo llevó durante 3 semanas a empaparse de otra cultura y sociedad, a vivir aquellas experiencias tan íntimas y personales pero a la vez tan universales que afloran tras un viaje a otra realidad, a veces la mejor forma de conocer quien somos es enfrentarnos con “el otro” y entender que también es nuestro hermano y que siempre es más aquello que compartimos que aquello que nos diferencia.
¿Cómo evalúas este viaje? Hay varios hitos o momentos importantes que viviste…
Fue un viaje muy valioso en diversos sentidos; Por un lado estuvo la charla que realizamos en la Casa de la Cultura de León, donde además lanzamos el videoclip del tema CANTOS grabado en Xochimilco con un IPad, por otro la realización del concierto en Kino Room, una noche literalmente de rayos y truenos en que a pesar de todo la gente repletó el lugar… Ambas instancias nos permitieron desarrollar el objetivo principal del fondo IberMúsicas que es propiciar un intercambio y diálogo cultural. Paralelo a esto hubo muchas otras instancias interesantes y enriquecedoras como la visita al Centro de Desarrollo Indígena Loyola, donde compartí con niños que me enseñaron palabras en Nahuah y a quienes enseñé palabras en Mapudungun, siento que en ese momento inicié un diálogo con México en mi calidad de artista Mapuche. Participar del GIFF, el festival de cine de Guanajuato y uno de los más importantes del mundo es otro gran hito de este viaje, estar presente en su alfombra roja llena de espectáculo y glamour, por donde han pasado Antonio Banderas o Jared Leto, fue toda una experiencia… pude acercarme a la industria del cine y también de la música en una dimensión que en Chile no existe, allá la aproximación a esas industrias es a escala humana, no desde el modelo capitalista.
¿Y crees que este modelo es aplicable acá en Chile o más específicamente en Maipú?
Para llegar a un punto como aquel habría que trabajar mucho, comenzar a generar lazos entre gestores culturales, músicos, poetas… conocernos más y crear un relato entre todos, que nos represente y motive, es algo totalmente factible. Lo que hicieron en León hace 18 años fue precisamente eso, a partir de este festival que es el GIFF marcaron a toda una generación de artistas e insertaron la creación audiovisual – y el arte en general – en las venas de la ciudad y su gente. Allá el taxista hace cortometrajes, el panadero trabaja además haciendo guiones, es común que un joven de 20 años haya participado en más de 20 cortometrajes, está muy incorporado el formato en la mentalidad de todos, fluye naturalmente. Existe también el KINO LAB, otro festival en que convocan a 10 invitados internacionales ya sea actores, camarógrafos, directores y en una semana desarrollan muchos proyectos junto a la comunidad, si alguien entusiasmado en participar no tiene conocimientos o herramientas técnicas y formales no significa problema, la idea es que igualmente participe en el rol que más le acomode… Algo absolutamente abierto e inclusivo en el que además un mismo equipo puede ir rotando roles en diferentes proyectos.
A nivel personal y más allá de tu carrera también hubo experiencias que te marcaron…
Siempre he pensado que el arte es el camino para alcanzar el verdadero desarrollo humano. Todas esas experiencias se las debo al arte, a la música, entendiendo que aún queda muchísimo por recorrer, estoy muy lejos por supuesto de acercarme siquiera a ese desarrollo del que te hablo pero siento que voy avanzando de a poquito. Conocer a un chamán mexicano, participar del TEMAZCAL, una ceremonia azteca ancestral, donde estuve largas horas sin ver nada en un subterráneo, con exceso de calor y en un momento pensando que me iba a desmayar… donde finalmente resistí, renací como ser humano e incluso recibí un nombre bajo aquella cosmovisión que es OC, cuyo significado es Perro Blanco Auto-Existente. Son experiencias que el arte me ha entregado, que agradezco, incorporo y me hacen madurar tanto a nivel personal como profesional.
¿Está en tus planes volver?, te lo pregunto considerando esta especial conexión con México y su gente que pareces haber tenido.
Luego de la ceremonia, el chamán me dijo “Hermano Mapuche, bienvenido a tu casa del norte”, así que por supuesto me sentiré en casa si vuelvo. Hay que trabajar y armar la forma de financiamiento pero está en mis planes volver lo antes posible, incluso veo factible estar en Estados Unidos sobre todo tras haber participado del GIFF. El productor con quien trabajé en esta gira, Aly, ha estado en Alemania, en Francia, tiene un recorrido y experiencias enormes, seguiremos colaborando y sin duda aquello me hace avanzar hacia una internacionalización y dentro de ese crecimiento México es una plataforma necesaria. Recuerda que hubo una banda local que me apoyó en vivo, quienes hicieron sonar distinta cada una de mis canciones, en esta reinterpretación hubo un permanente intercambio de ideas y en ella Aly tuvo un rol importantísimo. De todas maneras seguirá ese trabajo, ya sea volviendo yo a México o viajando Aly o alguno de los músicos acá a Chile.
¿El Camilo Antileo que partió hace casi un mes es el mismo que vuelve hoy a Chile?
Soy otra persona, partiendo por el paso por esta ceremonia ancestral y espiritual de la que hemos hablado. Creo que tras el viaje soy consciente de cosas que antes no lograba dimensionar, por ejemplo siento haber recibido una visión menos egocéntrica, relacionarse desde el ego es una trampa. Comienza una etapa más ligada con la gestión cultural y la música que con aspectos como la política local o la prensa, llego motivado a trabajar en un tercer disco y a estar más cerca de mi familia, de mi polola, de mis amigos. Antes viví una etapa en que sentí la necesidad de acercarme a mis orígenes Mapuche, a mi pasado, hoy siento que es igualmente necesario situarse en el presente, mirar aquello que eres en este momento. Son dos condiciones que te forman y en las que te apoyas al proyectar hacia el futuro, al ir construyendo.
¿Cuál estimas que es principal aprendizaje que incorporas tras esta experiencia?, tomándolo también como tu consejo a otros músicos y artistas independientes.
Autogestión, ese es el gran concepto que comprendí, se trata no de algo personal sino que colectivo, que requiere principalmente de amistad y cariño, confianza profunda, del deseo sincero que al de al lado le vaya increíble, que crezca contando con tu apoyo y que aquello sea mutuo, en eso debe basarse la industria que tenemos que construir, tanto en Maipú como en Chile y Latinoamérica. En cuanto a proyecciones, estamos trabajando en un acercamiento al cine, al mundo audiovisual desde un documental que registra lo que fue este viaje, esperamos que salga luego y que logre transmitir todas las experiencias vividas en México. Es absolutamente aplicable un modelo sociocultural como el que viví en León , el que una comunidad comience a moverse en torno al arte y a la identidad local, sobre todo en un lugar como Maipú, acá tenemos la posibilidad de armar un relato potente generando lazos desde nuestros artistas y levantar un relato como el que allá se armó en torno al GIFF, por ejemplo en León se vivía una inmensa identificación con el equipo de fútbol local, que pasó de estar en la “B” a ser subcampeón del torneo profesional, eso genera arraigo y un ambiente que propicia el conversar más seguido, el sentirnos y sabernos hermanos, el diálogo y el arte traen bienestar social, sin duda.
La Batalla, de Maipú hacia el Mundo.
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