Un cuarenta por ciento de avance tienen las obras de construcción de la curtiembre agrícola Riñihue, en la zona industrial de Maipú (referencia: Camino a Melipilla, detrás de Abastible).
Una curtiembre es un lugar donde se realiza el curtido, o proceso mediante el cual la piel animal (en este caso vacuna) es convertida en cuero.
El fin de semana pasado, un grupo de vecinas y vecinos, nuclearizado en torno al Movimiento No a la Curtiembre en Maipú, marchó por Avenida Pajaritos, alegando que el funcionamiento de la planta supondrá olor a podrido, contaminación al agua y graves perjuicios a la salud.
La empresa, que operará en Maipú tras una existencia en San Joaquín que ha acarreado conflictos con la vecindad y las autoridades locales, que reclaman por los malos olores, ha salido al paso de los cuestionamientos, apuntando que:
“La nueva planta está emplazada en pleno corazón de un barrio netamente industrial, donde se permite la actividad que se desarrollará y otras de las más variadas industrias, y que se ubica a más de un kilómetro de distancia en línea recta de los barrios residenciales más cercanos”.
Su gerente general, Miguel Bas, indicó que “nuestro proyecto, que inició su construcción el primer trimestre del año 2015, cuenta con todos y cada uno de los permisos de las autoridades regionales y municipales para su realización, y presenta a la fecha casi un 40% de avance. Tal como describe nuestra a Resolución de Calificación Ambiental (RCA) –a disposición de todos en la red–, estamos utilizando las más recientes tecnologías europeas en esta iniciativa, que será del más alto estándar cuando comience a operar, en los próximos meses”.
“Gracias a la tecnología que estamos incorporando, todas las aguas que se utilicen –que por lo demás, son derechos de uso existentes y no nuevos derechos– van a ser tratadas en las mismas instalaciones y cumplirán cabalmente con el DS 90. Por ello, no existirá ningún tipo de contaminación de las aguas de la zona”, señaló.
Bas agregó que, “a diferencia de una curtiembre tradicional, nuestra fábrica considera la separación total de las aguas en cuatro cursos independientes para cada uno de los procesos –entre ellos, el de pelambre, curtido, recurtido y aguas generales– con el fin de evitar que se generen olores por la mezcla, que es lo que a veces ocurre en las curtiembres antiguas. Incluso, garantizaremos esto mediante pruebas permanentes que realizaremos y que serán fiscalizadas por las autoridades pertinentes”.
“Esto nos permite asegurar –junto con la distancia de los centros poblados– que no se van a generar olores que puedan molestar o impactar la calidad de vida de la comunidad de Maipú”, dijo.
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