En esta oportunidad, quisiera destacar un excelente artículo que encontré en el último número de la revista Punto Final, con respecto a la última exhortación que hace Papa Francisco, el día 24 de noviembre pasado y que se titula “La alegría del Evangelio”.
Dejando muy en claro mi total y absoluta independencia de cualquier credo religioso, e inclusive mi marcada posición critica con los poderes eclesiásticos de todo tipo y forma, debo ser muy objetivo y reconocer que en este documento apostólico veo algo que es sin duda digno de ser leído, comentado y analizado en todos los estamentos de nuestra sociedad y de nuestros pueblos, porque es un llamado a despertar de la conciencia y una muy fuerte condena a un sistema neoliberal, capitalista voraz y anti humano, que pretende imponernos un Nuevo Orden, donde el ser humano común sea solo un objeto aprovechable y desechable, con un Estado cada vez más pequeño y subsidiario al servicio de las grandes transnacionales que depredan recursos, personas y valores humanos.
Algo me recuerda otro texto similar, la encíclica “Rerum Novarum” o sea “De las cosas nuevas”, publicada el año 1891, y creada por el Papa León XIII. A la luz de las injusticias que ya eran más que evidentes, un capitalismo emergente y desmedido que no respetaba el trabajo ni el sacrificio de los obreros y campesinos, se hace sentir la frase papal, “EL CAPITALISMO HA IMPUESTO ENTRE LOS TRABAJADORES, UN YUGO MUY SIMILAR AL DE LA ESCLAVITUD”.
Analizando brevemente el texto del actual Papa, comentaré algunos de los párrafos que son muy decidores y un claro llamado a corregir conductas de quienes gobiernan y regulan las interrelaciones entre los individuos y la sociedad.
En el apartado titulado “Algunos desafíos del mundo actual” el prelado hace una clara referencia al capitalismo voraz y mercantilista al decir “Así como el mandamiento de no matar, pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy día tenemos que decir NO a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la Bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida, cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al débil.
En otra parte acusa al sistema de considerar a los excluidos, no solo como explotados sino que como desechos sobrantes.
También apunta sus dardos contra uno de los grandes mitos y absurdos del sistema capitalista, la Teoría del Chorreo, a la que critica aduciendo que “Esta teoría que jamás ha sido confirmada, por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto los excluidos siguen esperando”.
Luego argumenta, “El crecimiento en equidad, exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone. Requiere decisiones, programas, mecanismos, y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo”.
Luego agrega, “MIENTRAS LAS GANANCIAS DE UNOS POCOS CRECEN EXPONENCIALMENTE, LAS DE LA MAYORÍA SE QUEDAN CADA VEZ MÁS LEJOS DEL BIENESTAR FELIZ. ESTE DESEQUILIBRIO PROVIENE DE IDEOLOGÍAS QUE DEFIENDEN LA AUTONOMÍA ABSOLUTA DE LOS MERCADOS Y LA ESPECULACIÓN FINANCIERA. DE AHÍ QUE SE NIEGUE EL DERECHO DE CONTROL DE LOS ESTADOS, ENCARGADOS DE VELAR POR EL BIEN COMÚN”.
Por último quiero destacar la visión que tiene el Papa Francisco con respecto a la violencia que se genera como respuesta a la desigualdad, cuando dice: “HASTA QUE NO SE REVIERTA LA EXCLUSIÓN Y LA INEQUIDAD DENTRO DE UNA SOCIEDAD, Y ENTRE LOS DISTINTOS PUEBLOS, SERÁ IMPOSIBLE ERRADICAR LA VIOLENCIA. Agregando: “LAS REIVINDICACIONES SOCIALES, QUE TIENEN QUE VER CON LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO, LA INCLUSIÓN SOCIAL DE LOS POBRES, Y LOS DERECHOS HUMANOS, NO PUEDEN SER SOFOCADOS CON EL PRETEXTO DE CONSTRUIR UN CONSENSO DE ESCRITORIO O UNA EFÍMERA PAZ DE UNA MINORÍA FELIZ. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA, Y EL BIEN COMÚN, ESTÁN POR ENCIMA DE LA TRANQUILIDAD DE ALGUNOS QUE NO QUIEREN RENUNCIAR A SUS PRIVILEGIOS. CUANDO ESTOS VALORES SE VEN AFECTADOS, ES NECESARIA UNA VOZ PROFÉTICA. EL MAL CONSENTIDO QUE ES LA INJUSTICIA, TIENDE A EXPANDIR SU POTENCIA DAÑINA Y A SOCAVAR SILENCIOSAMENTE LAS BASES DE CUALQUIER SISTEMA POLÍTICO Y SOCIAL POR MÁS SOLIDO QUE PAREZCA”.
Sin duda es un llamado a la humanidad a reconsiderarse, un llamado a los que gobiernan, a los que crean las leyes y a los que ejercen la autoridad, a pegarse a normas más estrictas de honestidad y de humanidad, de velar por aquellos más desposeídos, por los que día a día sufren la miseria, el hambre, la injusticia. Por velar para que los grandes y poderosos no sean cada vez más voraces y depredadores con personas y recursos, como dijera el gran Mahatma Gandhi, al referirse a la riqueza que genera este planeta: “ESTE MUNDO DA PERFECTAMENTE PARA QUE TODOS VIVAMOS MUY BIEN, PERO NO DA PARA LA AVARICIA DE TODOS”.
Quiero recordar a grandes curas defensores del pueblo, tales como Monseñor Arnulfo Romero, el gran defensor del pueblo salvadoreño, asesinado por los fascistas ligados al gobierno, por haber expresado frente al Papa Juan Pablo II que en El Salvador se estaba asesinando al pueblo. Recuerdo al padre André Jarlan, asesinado por la policía uniformada chilena en la población La Victoria, y a otros como Pierre Dubois, gran defensor de pobladores de la zona sur de Santiago de Chile; como el ejemplo del Padre Mariano Puga, el cura valiente de la población La Legua; a los curas y monjas de la Vicaría de la Solidaridad… y a tantos hombres y mujeres de fe a lo largo de nuestra Historia Universal.
La miseria de grandes multitudes es alarmante, mientras que la riqueza un muy pequeño puñado es ya grosera. En el libro “La Política”, el filósofo griego Aristóteles nos dice a toda la civilización una frase que es un paradigma, que es una bofetada en la cara más dura del capitalismo actual: “LA MISERIA ES LA ÚNICA CAUSA DE TODOS LOS MALES DE UNA SOCIEDAD”.
Profesor de Mecánica Automotriz en Enseñanza Media Técnico-Profesional. Vive en Ciudad Satélite, comuna de Maipú.
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