¿Qué se hace? ¿Qué se espera? Cuando como intrincada medida, se crea una “ley” psicopática, donde ya invade y levanta la espada para cortar tu cabeza, porque las ideas no se pueden sacar de ella.
La comunicación es un “arte” que se desarrolla mediante la expresión y el desarrollo de ideas, pensamientos y sentimientos. La Sociedad está constituida por individuos y grupos que se comunican entre sí.
Saint- Exupery, en su obra El Principito: “el lenguaje suele ser la causa de problemas, malos entendidos, incluso guerras”. Entonces debemos deducir que: “el buen uso de los canales de expresión resuelven los conflictos”.
Kurt Lewin, psicólogo alemán: “el conflicto es una de las fuentes más frecuentes de tensión y ansiedad cotidianas. Surge siempre que algo interfiere en el intento de alcanzar una meta”.
Victoria Hernández, psicóloga contemporánea, en su trabajo “La Frustración y los Mecanismos de Defensa expone”: “La frustración es una experiencia emocional desagradable, inducida por la retirada de recompensas, y produce tristeza, decepción y rabia. También supone una desorganización de la conducta: uno no sabe a qué atenerse o reacciona de forma incontrolada”.
Causas de la Frustración:
1° Insuficiencias físicas o psicológicas.
2° Obstáculos físicos o sociales.
3° Demora en el reforzamiento (vuelva en otra ocasión, lo lamento).
4° Extinción del reforzamiento (adiós, no es lo que necesitamos).
Conflicto: existen varios motivos incompatibles que interfieren en la conducta del sujeto, que expresa no saber qué hacer.
Hoy la población en Chile tiene un doble conflicto: Acceder a educación, vivienda, salud, alimentación, vestuario; pero para obtener estos derechos mínimos debe hacerse a costa del endeudamiento monstruoso, sin la seguridad, estabilidad laboral y remuneración justa.
El chileno se enfrenta hoy a un horizonte sin futuro, donde el suelo y la casa que pisa no le pertenece, donde ya no recibe el agua y el aire como dones de la naturaleza, donde su fuerza y esfuerzos no les pertenecen pues los administran las AFPs. Donde se limita de tener hijos y casarse por miedo a “no poder” cumplir con las funciones mínimas de “proveedor”. Donde el esfuerzo y sacrificio de hombre y mujer no alcanza, y en esa lucha también se sacrifica a los hijos pues pertenecen a una sociedad voraz, codiciosa e inhumana, donde adoleciendo de formación e identidad crecen abandonados a su suerte, a pesar de la encomiable labor de los padres. Y hoy ya tampoco nos pertenece el cuerpo con el que nacimos, pues esta licitado por las leyes donde de acuerdo a necesidades reales y “conveniencias”, dispondrán de nuestras “presas”.
Es cierto: el infierno existe. Y es aquí.
Ante toda la ignominia que nos avasalla, siendo “la guinda de la torta”, se pretende por quienes prometen y juramentan servir a quienes les confían presente y futuro, una ley que termina con todo atisbo de humanidad que pueda heredar este Pueblo.
La represión es la incapacidad de comunicarse, de lograr empatía con el otro, la inconsciencia del dolor ajeno. No muestran remordimientos por sus actos, el objetivo es salirse “con la suya”, no importando el “costo”. Mitómanos, codiciosos, irresponsables, inhumanos, fríos, superficiales, llevan “su propia escala de valores”, distorsionan la realidad.
Esta conducta en un individuo aislado, no altera más que su entorno; pero increíblemente cuando se reúnen selectivamente varios individuos con características similares en cargos de Presidente, Ministros, Secretarios, Congresales, Asesores y Fuerzas policiales al “servicio” de ideas distorsionadas, inhabilidad de cargos, incapacidad de comunicación y con todo “el poder” y la fuerza contra un Pueblo desarmado, hambriento, enfermo y desprotegido.
¿Qué se hace? ¿Qué se espera? Cuando como intrincada medida, se crea una “ley” psicopática, donde ya invade y levanta la espada para cortar tu cabeza, porque las ideas no se pueden sacar de ella. La Ley que no te permitirá caminar libre si piensas, si estás en desacuerdo, menos si lo dices y lo reclamas, donde la revolución endógena del hombre, de manera natural, intrínseca e impulsiva le lleva a rebelarse ante la injusticia. Porque la Ley Hinzpeter además no es clara, por lo mismo no santa.
Dueña de Casa. Vive en Maipú.
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Dueña de casa. Vive en Ciudad Satélite.
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