¿Cómo pueden, quienes han jurado defender la patria, cometer horrores con quienes comparten las raíces de la fundación de esta tierra? Porque en alguna parte del tronco genealógico nos encontramos.
La palabra “honor” viene del latín honos, honoris, que describía ciertas cualidades (rectitud, decencia, dignidad, gracia, fama, respeto…) que deberían tener las personas que ejercen un cargo público. De ahí también las palabras: honesto, honrado, honradez, honorable, etc. El honor, o lo que entendemos por “honor personal” u honra de las personas es en latín decus, decoris; de donde vienen decencia y decoro. Probus y probitas, honrado y honradez. Integer e integritas, integro e integridad, es decir el que no puede ser sobornado (Wikipedia).
Los hermanos Carrera, Manuel Rodríguez, Arturo Prat, Ignacio Carrera Pinto, Luis Cruz Martínez, Veteranos del ’79. ¿Cuánto perdieron estos hombres, para llegar a formar Patria? Fueron ellos grandes referentes en nuestra “Historia de Chile”, ninguno de ellos se enriqueció en base a su participación en guerras. Imaginan ustedes, a estos, nuestros héroes: apropiándose de bienes de quienes han detenido y flagelan? ¿Los imaginan entregando los recursos a extranjeros del suelo que juran defender? ¿Los imaginan violando mujeres y niñas? ¿Los imaginan en superioridad enorme de condiciones matando cruelmente a un compatriota?, ¿los imaginan? Nuestra identidad terminaría de caerse a pedazos. ¿Cómo pueden, quienes han jurado defender la patria, cometer horrores con quienes comparten las raíces de la fundación de esta tierra? Porque en alguna parte del tronco genealógico nos encontramos.
En el Código de Justicia Militar Chileno no se contemplan los abusos sexuales; con el Decreto Ley 2.191, publicado el 19 de abril de 1978, redactado por la Ministra de Justicia de la época Mónica Madariaga se crea la Ley de Amnistía, entorpeciendo de esa manera la investigación de todas las inmoralidades y crímenes llevados a cabo por delincuentes con uniforme, que usufructuaban cuotas poder con los más bajos instintos.
¿Qué honor tiene sacar a viva fuerza a familias enteras, incluso niños, y torturarlos hasta darles muerte?
¿Qué honor puede tener torturar un hijo frente a sus padres?
¿Qué honor puede tener de provocar la violación entre padre e hija?
¿Qué honor tiene violar?
¿Qué honor tiene reducir a otro ser a la mínima expresión?
¿Qué honor tiene desaparecer cadáveres?
¿Qué honor tiene mentir?
¿Qué honor tiene negar lo evidentemente hecho?
¿Qué honor tiene no tener el valor de asumir lo cometido?
¿Qué honor tiene esconderse bajo un uniforme para dar rienda suelta a los más bajos instintos?
¿Por qué ensucian con cobardía, con mentiras, con cinismo, con basura, la Institución que está para protección de los hijos de La Patria?
¿Quién se enriqueció con la venta parcelada de Chile?
¿Son familia militar ahora que deben “dar cara” por vuestros apetitos mezquinos?
¿Acaso la guardia militar compuesta por conscriptos, soldados o clase, se sentaron con vosotros a la mesa?
¿Durante las “tertulias” en vuestras casas, los soldaditos tenían la libertad de sentarse, o comer junto a ustedes?
¿Acaso las fuerzas armadas ofrecen iguales oportunidades a quienes quieren formar vuestras filas, no importando si vive en Vitacura o Cerro Navia?
¿Llaman ahora “la familia militar”? ¿No son invisibles “esos soldaditos” cuando los tienes sirviéndote en quehaceres del hogar?
Honor, rectitud, integridad, son palabras que no conocen, ni les encaja. Por último, para salvar algo de dignidad: decir la verdad y aceptar por los crímenes la sentencia ganada. Porque no es impuesta, la ganaron con sus acciones viles. El Código Militar dice: “quien reciba una orden, debe cumplirla”, pero, ¿por qué con saña? Entonces por qué tanto pataleo, eso no dignifica el grado; es más, da pena y vergüenza. He visto delincuentes con menor criminalidad, aceptar el castigo con una abismante resignación y fortaleza, porque “a lo hecho pecho”.
* Dueña de Casa. Vive en Maipú.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de cada autor/a y no representan necesariamente la línea editorial de laBatalla.
Dueña de casa. Vive en Ciudad Satélite.
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