“Con la revolución digital concluye la última etapa del proceso post industrial del capitalismo moderno y surge la sociedad del conocimiento (…) La sociedad del conocimiento es una sociedad superlativamente dinámica porque está contagiada del dinamismo de los conocimientos, que es exponencial”.
Decir que la tecnología ya forma parte de la vida cotidiana es casi una obviedad. La ciencia y el uso de nuevas tecnologías están provocando una revolución de la vida humana nunca antes vista en la historia.
En el último cuarto de siglo, uno de los motores fundamentales del cambio ha sido, sin duda, la revolución digital que “reduce” las distancias, “elimina” fronteras, “suprime” el tiempo e “impulsa” cambios en todas las dimensiones de nuestra vida: el trabajo, la entretención, la producción cultural, las comunicaciones personales y masivas e incluso la participación política.
El rápido desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) y la innovación de los sistemas digitales representan una revolución, que ha cambiado la manera en que la gente piensa, actúa, comunica, trabaja y gana su sustento. La llamada revolución digital ha forjado nuevas modalidades de crear conocimientos, educar a la población y transmitir información. Ha reestructurado la forma en que los países hacen negocios y rigen su economía, se gobiernan y comprometen políticamente.
La revolución digital con su fascinante mundo de la informática, de Internet, del ciber espacio, de la robótica, de la realidad virtual, del correo electrónico, de la inteligencia artificial, del dinero electrónico, de la prensa digital y de los demás prodigios de la cibernética de nuestro tiempo, ha abierto una nueva era histórica para la humanidad, a partir de la cual los modelos de sociales y de negocios comienzan a experimentar una transformación sin precedentes.
Con la revolución digital concluye la última etapa del proceso post industrial del capitalismo moderno y surge la sociedad del conocimiento, en la cual la información, en forma de textos, signos, gráficos, imágenes, ideogramas, sonidos, son por así decirlo, la materia prima con la que trabajan los modernos instrumentos de la producción. La sociedad del conocimiento es una sociedad superlativamente dinámica porque está contagiada del dinamismo de los conocimientos, que es exponencial; simplemente pensemos que ellos se duplicaron desde la época de Cristo hasta mediados del Siglo XVIII, que después volvieron a duplicarse en los siguientes ciento cincuenta años y que hoy se duplican cada cuatro o cinco años, de esta manera, en las tres últimas décadas se ha producido mayor información que en los cinco mil años anteriores. A modo de ejemplo, la edición dominical del New York Times contiene más información que la que poseía al final de sus días una persona culta del Siglo XVII.
La gran transformación tecnológica
La pantalla electrónica ha sustituido al papel escrito y las bibliotecas del futuro, sin duda, serán reemplazadas por bancos de datos conectados a terminales de computación. De esta manera la revolución electrónica va modelando nuevas formas de relación social, nuevas formas de hacer política, nuevas maneras de comunicación de los líderes con las masas populares, nuevos modos de producción en lo económico, nuevas modalidades financieras, nuevos sistemas de producir, intercambiar y distribuir bienes y servicios, en fin, esta revolución implica una transformación desde los cimientos en muchas de las más importantes actividades humanas. Todo se ha ido transformando de manera sorprendente.
En Chile, en apenas una década hemos sido testigos de grandes transformaciones en este sentido. Así por ejemplo, los medios de comunicación escritos hoy cada vez más se acceden vía Internet, los computadores personales no sólo han perdido mercado frente a la irrupción de los notebooks y netbooks, también han debido dar paso a las tablets y los teléfonos inteligentes o smartphones que hoy son altamente demandados por personas de todos los estratos sociales.
También hemos sido testigos de como la telefonía móvil ha dejado obsoletas a las cabinas de teléfonos públicos, como hoy el correo electrónico (Gmail, Hotmail, Yahoo) hace casi innecesario concurrir a la oficina de correos para enviar o recibir una carta. Igualmente, gracias a la página Web del SII y a la posibilidad de realizar transferencias electrónicas, ya son cosa del pasado las declaraciones de impuestos hechas en formularios de papel o la carrera al banco, antes de que éste cierre, para cubrir un cheque o pagar la cuota de un préstamo.
El mundo conectado
Gracias a la considerable reducción de costos de los dispositivos electrónicos, hoy el acceso a Internet es masivo. Siguiendo la tendencia mundial, en nuestro país, entre 2000 y 2012, se registró un crecimiento en el número de usuarios de 7 veces y un aumento en el tráfico total por Internet de 519 veces.
Continúa el próximo lunes…
* Ingeniero Comercial Universidad de Chile, mención en Administración de Empresas; Analista de Sistemas, Universidad de Chile; Diplomado en Gestión de Recursos Humanos, Universidad de Chile. Vive en Maipú.
Ingeniero Comercial, mención en Administración de Empresas (U. de Chile); Analista de Sistemas (U. de Chile); Diplomado en Gestión de Recursos Humanos (U. de Chile).
Vive y trabaja en Maipú.
[…] (Ver primera parte acá). […]